Hablar a bombazos
Por orden del juez Garz¨®n fue detenido ayer Pepe Rei, el director de la revista Ardi Beltza, especializada en poner en la picota a periodistas y lectura favorita de los activistas de ETA: varios ejemplares del ¨²ltimo n¨²mero, que contiene diversas insidias contra el periodista Luis del Olmo, fueron hallados en poder del comando Barcelona, que hab¨ªa intentado asesinarle en repetidas ocasiones.
Probar una relaci¨®n directa, sustanciable penalmente, entre los escritos de Rei y los atentados de ETA no es f¨¢cil: el derecho penal exige pruebas de una responsabilidad personal indubitable, y buen cuidado tiene el interesado en no dejarlas a la vista. Garz¨®n cree disponer, sin embargo, de indicios de una relaci¨®n entre el equipo de investigaci¨®n del diario Egin, que dirig¨ªa Rei, y ETA, motivo por el que le proces¨® en 1999, fecha desde la que est¨¢ en libertad provisional. Los nuevos indicios que relacionan a la revista que ahora dirige con atentados recientes son interpretados por Garz¨®n como prueba de que contin¨²a su actividad delictiva de colaboraci¨®n con banda armada. De ah¨ª que ordene suspender su libertad provisional y pida al juez que investiga los atentados del comando Barcelona, Juan del Olmo, que se inhiba en favor de su propio juzgado. El magistrado tomar¨¢ hoy la decisi¨®n tras interrogar a Rei.
Pero, adem¨¢s de la dimensi¨®n judicial, existe la pol¨ªtica y moral. Hoy nadie ignora que la empresa de intimidaci¨®n social organizada en torno a ETA requiere de colaboradores que extiendan las amenazas. ETA no tiene ning¨²n inter¨¦s en desmentir una relaci¨®n entre los cientos de personas marcadas por la kale borroka (quema del coche, pintadas, acoso al domicilio) y los ulteriores atentados. Ese mismo papel de se?alar a muchos, de los que s¨®lo algunos ser¨¢n v¨ªctimas de los atentados, lo cumple la revista de Pepe Rei en relaci¨®n a jueces, empresarios y, sobre todo, periodistas.
Luis del Olmo no suele callarse lo que piensa de los terroristas, y ¨¦se es el motivo por el que ETA ha intentado eliminarle. Se trata de una pr¨¢ctica fascista teorizada hace cinco a?os por los estrategas del asunto: 'La din¨¢mica de denuncia y presi¨®n que hay que realizar de los periodistas est¨¢ por hacer. (...) Hay que crear una din¨¢mica que tenga que desarrollarse desde otros tipos de lucha para que luego la lucha armada tenga un apoyo s¨®lido'. O sea: contra la palabra, insidias; y luego, bombas.
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