Fusi¨®n de poderes

La publicaci¨®n del auto con que el Supremo aplica el indulto concedido por el Gobierno a Lia?o ha permitido comprobar la solidez y el rigor de su fundamentaci¨®n jur¨ªdica. El n¨²cleo del razonamiento explica c¨®mo el tribunal sentenciador debe examinar los aspectos reglados del derecho de gracia -una at¨ªpica intervenci¨®n discrecional del Poder Ejecutivo en el ¨¢mbito del Poder Judicial- para llevar a cabo el pertinente control de legalidad de los actos administrativos. El Supremo considera inaplicable una de las partes del decreto de indulto: dado que Lia?o fue castigado por un delito continuado de prevaricaci¨®n a la privaci¨®n definitiva del empleo de acuerdo con el art¨ªculo 42 del C¨®digo Penal, su 'reintegro a la carrera judicial' ser¨ªa ilegal.

El Supremo, sin embargo, considera aplicable el resto del decreto; esto es, el perd¨®n del tiempo de la pena no cumplida de quince a?os de inhabilitaci¨®n especial (as¨ª pues, casi 14 a?os) a que fue tambi¨¦n condenado en octubre de 1999. El Gobierno dispone de un holgado margen discrecional para pagar sus oscuras deudas con Lia?o y darle una oportunidad -decisi¨®n criticable desde otros puntos de vista- para volver a vestir la toga si supera las pruebas correspondientes cuando sean cancelados sus antecedentes penales. El Supremo niega la existencia de un supuesto conflicto de jurisdicci¨®n que le permitiera al ministro Acebes plantear esa hipot¨¦tica controversia -nunca una apelaci¨®n- ante el ¨®rgano mixto encargado de dirimir tales cuestiones, formado por tres magistrados y tres miembros del Consejo de Estado de designaci¨®n gubernamental.

A diferencia de la unidad de poder del franquismo, la divisi¨®n de poderes constituye la caracter¨ªstica b¨¢sica del sistema democr¨¢tico. La pol¨¦mica sobre el vergonzante indulto concedido por el Consejo de Ministros al ex juez Lia?o, dentro del reba?o de otras 1.442 medidas de gracia inspiradas por las preces papales y los terrores del milenio, gira precisamente en torno a la maniobra del Gobierno para hacer retroceder al Estado de derecho a las pr¨¢cticas de la dictadura. El fraudulento 'reintegro' en la magistratura por la puerta falsa del ex juez prevaricador implicaba la voladura del art¨ªculo 117.3 de la Constituci¨®n, que encomienda en exclusiva al Poder Judicial 'el ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos'; algunos medios de comunicaci¨®n tambi¨¦n han tratado a su estilo de dinamitar ese precepto, que asigna cada litigio a tribunales 'determinados por las leyes seg¨²n las normas de competencia y procedimiento' previamente establecidas. Frustrado una vez m¨¢s el caprichoso empe?o de Lia?o de recusar jueces a tutipl¨¦n, El Mundo lanz¨® una feroz campa?a de intimidaci¨®n y desprestigio contra cinco de los 14 magistrados del Supremo con la esperanza de forzar su abstenci¨®n y de conseguir de esta manera un c¨®modo tribunal a la carta.

Los inductores del ex juez Lia?o han propalado tambi¨¦n un fant¨¢stico embeleso: el indulto gubernamental para su fallido 'reintegro' autom¨¢tico en la magistratura implicar¨ªa la revocaci¨®n de la sentencia condenatoria del Supremo. El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, larga mano del Gobierno en la instrucci¨®n del caso Sogecable, esparci¨® la descabellada interpretaci¨®n seg¨²n la cual la medida de gracia favorable al ex juez se hab¨ªa limitado a restablecer la legalidad. La intoxicadora versi¨®n de Eduardo Fungairi?o fue repetida con entusiasmo en los peri¨®dicos por los matones de turno: el indulto de Lia?o hab¨ªa venido 'no a mitigar o cancelar una pena, sino a reparar una injusticia' (Campmany) y constitu¨ªa 'un acto de reparaci¨®n de un juez injustamente condenado' (El Mundo).

El ex magistrado beneficiado con la gracia gubernativa-papal-milenarista hab¨ªa distinguido ya sabiamente entre los indultos orientados a 'reparar el da?o' causado por 'sentencias notoriamente injustas' y los indultos dirigidos a dar 'juridicidad a resoluciones puramente pol¨ªticas'. Seg¨²n Lia?o, el derecho de gracia es s¨®lo un 'suced¨¢neo' de la justicia: 'quien tiene la llave puede abrir las puertas de la c¨¢rcel'. A su juicio, sin embargo, 'determinados lavados de conciencia no deben hacerse en seco, ' ya que entonces 'la justicia queda en cueros'. En su instructivo libro Desde el banquillo, el autor advierte de que cuando la sociedad se enfrenta con 'muy concretos y graves delitos' conviene que 'el calendario pase con fuerza bastante para agotar ese r¨ªo caudaloso que se llama memoria' (p¨¢ginas 25-26). ?sa es precisamente la causa de que buena parte de la sociedad espa?ola se escandalice de los motivos que han llevado al Gobierno a permitir que un ex juez condenado por prevaricaci¨®n pueda volver a vestir la toga.