Vuelo 8329 a Casablanca
La compa?¨ªa EAT-DHL enlaza Vitoria y ?frica con un avi¨®n hist¨®rico que vuela desde 1954 y lleva seis toneladas de carga
A las siete de la ma?ana del d¨ªa 16 de enero Hamid Quimibila le daba manotazos a un infernal despertador que botaba sobre su mesilla de noche. En Casablanca la niebla s¨®lo dejaba a la vista del cielo los ¨²ltimos metros de la impresionante y reci¨¦n acabada mezquita de Hassan II.
A esa hora, 1.500 kil¨®metros al norte, en Vitoria, Jes¨²s S¨¢nchez apuraba un caf¨¦ frente a la pantalla de su ordenador. Conectado a Internet comprobaba que todo estaba en orden. Al mirar por la ventana vio que ca¨ªa un ligero sirimiri y se frot¨® las manos en un gesto instintivo.
El agua tambi¨¦n resbalaba por el exterior de las ventanillas en la peque?a cabina del Convair 580, un p¨¢jaro constru¨ªdo en 1954 pero con dos motores nuevos Alison de 4000 caballos cada uno, que esperaba a levantar el vuelo en el aeropuerto de Foronda. En su interior el comandante Juan Ayuso y la copiloto Eugenia Asensio hac¨ªan las ¨²ltimas comprobaciones de carga y centrado, combustible, y ruta. Su aliento se congelaba en forma de palabras cuando le¨ªan la lista de chequeo de puesta en marcha de los sistemas del avi¨®n.
La l¨ªnea de carga Vitoria-Casablanca que explota la empresa de aviaci¨®n de DHL en Europa es, adem¨¢s de un servicio a¨¦reo, un trozo de historia de la aviaci¨®n. Enlaza dos continentes, Europa y Africa con destino en una ciudad m¨ªtica, y lo hace con un avi¨®n que est¨¢ a punto de cumplir medio siglo en servicio.
Frente al desarrollo tecnol¨®gico del proceso de control de la carga, del departamento de log¨ªstica y de los servicios que ofrece la compa?¨ªa, el Convair 580 conserva intacto el sabor de la esforzada aviaci¨®n de mediados de siglo. Si en 1946, las azafatas del primer vuelo de Iberia a Argentina vest¨ªan con unos blancos uniformes hechos con la tela de los paraca¨ªdas militares, en el Convair subsisten unas sogas junto a las ventanas de cabina para descender del avi¨®n en caso de emergencia. La carga es la otra aviaci¨®n, la gran desconocida, la que en opini¨®n de muchos comandantes 'curte' al piloto, le obliga a tener m¨¢s recursos, y cuyas horas de vuelo son mucho m¨¢s valoradas por los tribunales de selecci¨®n de las compa?¨ªas de transporte de pasajeros.
Tan s¨®lo una hora despu¨¦s de las siete, Jes¨²s S¨¢nchez, el responsable en Vitoria de DHL, una de las tres mayores empresa de transporte a¨¦reo del mundo, cuya firma de aviaci¨®n en Espa?a y Europa es EAT, le daba carpetazo al ordenador port¨¢til. Sab¨ªa que todos los aviones de su flota, que totalizan 30 movimientos diarios en Vitoria, estaban en el aire. Aunque la climatolog¨ªa no era la m¨¢s favorable, todos los aparatos iban rumbo a su destino trepando hasta su nivel de crucero y llevando a bordo desde peque?as piezas de automoci¨®n, documentos, cartas, tel¨¦fonos m¨®viles, percebes, alg¨²n que otro caballo, perros, flores, peces ex¨®ticos, cart¨®n, vestidos de novia, productos qu¨ªmicos, y miles de mercanc¨ªas m¨¢s. Un d¨ªa m¨¢s todo funcionaba como un reloj.
Efectivamente, a las ocho de la ma?ana en punto el viejo Convair rodaba a toda velocidad por la pista 22 de Foronda. Ten¨ªa que estar a las 10.30 en Casablanca. Dos minutos despu¨¦s ya se hab¨ªa metido entre las nubes, en ascenso para los 19.000 pies, 6,3 kil¨®metros sobre el nivel del mar.
Diez minutos despu¨¦s del despegue, el comandante Juan Ayuso pidi¨® al control a¨¦reo informaci¨®n meteorol¨®gica sobre Casablanca. El aeropuerto estaba bajo m¨ªnimos, cubierto por la niebla. El sol brillaba helado a 19.000 pies y dibujaba la silueta del avi¨®n sobre la cresta de las nubes con un incre¨ªble arcoiris a su alrededor.
La baja temperatura exterior, en torno a los 28 bajo cero, hab¨ªa transformado el agua en hielo, y los pilotos conectaron el sistema para descongelar el borde de ataque de las alas de su avi¨®n. Tambi¨¦n bajaba la temperatura del aceite del motor derecho y cerraron la ventana de aireaci¨®n.
A pesar de su edad el Convair es uno de los aviones que menos accidentes ha tenido y la copiloto Eugenia Asensio asegura que 'es un orgullo volar con ¨¦l'. A nadie en su sano juicio se le ocurrir¨ªa cuestionar que un aparato que est¨¢ volando desde hace casi medio siglo sea un gran avi¨®n, asegura el ingeniero aeron¨¢utica Pedro Mu?oz. Uno igual al que explota Swift Air para EAT fue el protagonista del primer secuestro a¨¦reo en Espa?a el 17 de enero de 1970, cuando era utilizado en la l¨ªnea Madrid Zaragoza para transporte de personas. Un a?o antes, en 1969 el Concorde vol¨® por primera vez y el hombre lleg¨® a la Luna.
A bordo del Convair, dos horas y veinte minutos despu¨¦s de despegar, el campo de Casablanca est¨¢ a la vista. El comandante Ayuso solicito autorizaci¨®n para hacer una aproximaci¨®n visual. La niebla hab¨ªa dado paso a un cielo azul y en diez minutos pos¨® el avi¨®n sobre el cemento de Cascablanca. Antes del mediod¨ªa las seis toneladas de correspondencia iban a ser entregadas en mano en todo el pa¨ªs.
Ese martes, antes de ir al Aeropuerto para supervisar la descarga, Hamid Qimibila, el responsable de DHL en Casablanca pas¨® por el mercado de Derb Ghallef, 'El Corte Ingl¨¦s', le llaman en la Oficina Comercial de Espa?a en esa ciudad. Su viejo despertador no hab¨ªa aguantado en los ¨²ltimos d¨ªas la presi¨®n de su trabajo.
Control al segundo de la carga
La tecnolog¨ªa inform¨¢tica m¨¢s moderna puesta al servicio de la correspondencia permite tenerla controlada en todo momento desde sus domicilios, tanto a Jes¨²s S¨¢nchez como a sus clientes. En cada punto intermedio del trayecto los paquetes pasan por un lector ¨®ptico y la numeraci¨®n de su c¨®digo de barras entra en la red inform¨¢tica. De este modo, tanto el remitente como el destinatario pueden comprobar a trav¨¦s de la p¨¢gina web de DHL en qu¨¦ punto est¨¢ y qu¨¦ recorrido ha seguido su mercanc¨ªa. Y eso a pesar de que EAT movi¨® el pasado a?o con sus aviones 30 millones de kilos de carga por Vitoria, de los que la mitad m¨¢s o menos se quedaron en el aeropuerto para su traslado por otros medios. Los 200 empleados con contrato fijo de EAT que trabajan en Vitoria-Foronda, el primer aeropuerto de carga pura de Espa?a, trabajan de madrugada. En el Convair que va a Casablanca se cargaron el pasado a?o cargaron en torno al mill¨®n de kilos. De hecho, EAT es el principal cliente del Aeropuerto de Vitoria-Foronda, ya que representa el 75% del volumen de negocio del campo con unos 30 movimientos diarios de aviones. Ahora EAT va a invertir 1.500 millones en un nuevo hangar de carga que va a construir CLASA, la empresa dependiente de AENA y con el que EAT quiere seguir creciendo a un ritmo del 17% anual de los ¨²ltimos a?os. En ese contexto de mejora y modernidad, el hecho de que el hist¨®rico Convair siga dando servicio en vuelo se convierte en el eslab¨®n entre el pasado y el futuro. Sus dos modernos motores turboh¨¦lices Alison le permiten surcar los cielos a una velocidad pr¨®xima a los 500 kil¨®metros por hora y su car¨¢cter de reliquia hace que los pilotos quieran volar en ¨¦l .
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