Uno de cada cuatro casos de fracaso escolar est¨¢ relacionado con la dislexia
Miles de alumnos que no superan la ESO desconocen que padecen trastornos al leer y al escribir
La dislexia no tiene nada que ver con la inteligencia. En esta afirmaci¨®n coinciden todos los especialistas. Sin embargo, no hay una opini¨®n un¨¢nime sobre la definci¨®n de la persona disl¨¦xica. Algunos consideran que es cualquiera que tenga dificultades para leer y para escribir (hay estudios que apuntan a que las dificultades en el aprendizaje lector representan el 80% de todos los problemas de la ense?anza) y otros sostienen que s¨®lo se debe llamar disl¨¦xico a quien padece una alteraci¨®n espec¨ªfica en su capacidad de aprender.
La dislexia es uno de los trastornos del aprendizaje m¨¢s frecuentes. A pesar de que se conoce desde hace m¨¢s de un siglo, los expertos coinciden en que no est¨¢n claros el tratamiento m¨¢s adecuado, las causas que la provocan y su definici¨®n. Tampoco hay datos contundentes acerca de su prevalencia, que oscila entre el 5% y el 20%.
Los expertos insisten en que la mejor forma de atajar el problema es detectarlo pronto, a ser posible antes de que el disl¨¦xico cumpla siete a?os y siempre antes de que concluya su educaci¨®n primaria. De lo contrario, dado que la mayor parte del conocimiento se adquiere a trav¨¦s de la lectura, el estudiante puede arrastrar un grave retraso en su formaci¨®n. Si este retraso se prolonga hasta la adolescencia es posible que lleve al alumno a superar sus estudios de secundaria.
Algunos investigadores aseguran que un 8% de los ni?os espa?oles sufre un retraso en su aprendizaje lector de 15 meses y que un 2%, de 24 meses. En Espa?a, el 25% de los estudiantes no consigue obtener el t¨ªtulo de graduado en educaci¨®n secundaria, segun los datos del Ministerio de Educaci¨®n.
D¨¦ficit educativo
A veces ocurre que una persona no descubre que es disl¨¦xica hasta la edad adulta; mientras tanto, compensa su problema con un esfuerzo extraordinario de memoria. La logopeda Sonia Riera, directora de un centro de estudios para ni?os con problemas de aprendizaje, afirma que 'el hecho de que lleguen estudiantes a grados superiores sin tener una lectura ¨¢gil es una prueba de que la escuela no da soluciones suficientes'. Riera defiende la teor¨ªa de que la dislexia no es una enfermedad, sino un modo distinto de aprender que no forma parte del actual sistema educativo.
En la detecci¨®n de la dislexia es necesario que se impliquen maestros y padres, los responsables de llevar al ni?o a un profesional en cuanto se detecte el problema. Seg¨²n la psic¨®loga y logopeda Pilar Revilla, una de las principales especialistas en la materia, la psicolog¨ªa del conocimiento define la dislexia estrictamente como un trastorno importante en el aprendizaje de la lectura y la escritura que no se justifica por causas como una deficiencia mental, una lesi¨®n neur¨®logica, una carencia visual o auditiva, un trastorno de personalidad y un problema emocional.
Cuando aparece un problema en el alumno con la lectura y la escritura que puede parecer relacionado con dislexia, primero se descartan otras muchas posibilidades, como las mencionadas anteriormente, y posteriormente se le somete a una evaluaci¨®n que incluye pruebas de lectura (de letras, s¨ªlabas, palabras, textos completos) y de escritura (dictados, copias, redacciones espont¨¢neas).
En contra de lo que a menudo se piensa, la dislexia no desaparece espont¨¢neamente, sino que requiere un proceso de reeducaci¨®n individualizado, orientado a compensar las carencias propias de cada individuo. El principal objetivo es que el disl¨¦xico consiga interpretar, por s¨ª solo y de forma casi autom¨¢tica, los s¨ªmbolos de la lectura y la escritura.
En general, y aunque el tratamiento es largo, los disl¨¦xicos consiguen paliar su problema y completar sus estudios. El ¨¦xito del tratamiento es mayor cuando antes se intervenga para solucionarlo, aunque en numersosas ocasiones es necesario ayudar al disl¨¦xico a lo largo de todo su periodo de aprendizaje.
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