Moy¨¤ cae ante quien menos contaba
El espa?ol fue vapuleado por el franc¨¦s Grosjean, que no le concedi¨® ni una sola bola de 'break'
Las expectativas eran tan enormes que nadie pens¨® en Sebastien Grosjean. El ruso Yevgeny Kafelnikov se llen¨® la boca de elogios hacia el juego desplegado por Carlos Moy¨¤ y por el australiano Patrick Rafter. Pero tambi¨¦n ¨¦l descuid¨® que en cuartos de final deb¨ªa enfrentarse al franc¨¦s Arnaud Cl¨¦ment. Y tanto ¨¦l como el espa?ol pagaron al final su osad¨ªa: pensar que su rival era un puro tr¨¢mite hacia el enfrentamiento que deb¨ªan dirimir en semifinales. Grosjean, en una hora y 38 minutos, derrot¨® a Moy¨¤ por 6-1, 6-4 y 6-2.
Probablemente el planteamiento no es tan simple. Seguro que est¨¢ lleno de connotaciones. Alguien del equipo de Moy¨¤ y de Kafelnikov debi¨® de estar estudiando el juego de los franceses en las rondas precedentes. Y los dos saltaron a la pista con una estrategia que seguir. Pero la sensaci¨®n que ambos dejaron en la pista fue que salieron convencidos de que ah¨ª no iba a concluir su camino. Y se equivocaron. La semifinal la disputar¨¢n Cl¨¦ment, 18? mundial, y Grosjean, 19?. Francia tendr¨¢, por primera vez, a un finalista en el open de Australia. 'Tengo que darle todo el cr¨¦dito', reconoci¨® Moy¨¤ en su conferencia de prensa; 'Lo ha hecho todo bien. Simplemente ha sido demasiado para m¨ª. Me sorprendi¨® un poco. Cambi¨® el ritmo cuando quiso y cuadr¨® un gran partido. Si sigue as¨ª tiene incluso posibilidades de ganar el torneo'.
Moy¨¤ no pareci¨® especialmente preocupado al final de la primera manga, a pesar de haberla perdido por 6-1 en s¨®lo 26 minutos. Simplemente, se fue a su silla y pareci¨® concentrarse en lo que quedaba por jugar. Pero su cara fue cambiando cuando se dio cuenta de que el juego de Grosjean, de 22 a?os, permanec¨ªa inmutable a medida que avanzaba la segunda manga. El franc¨¦s parec¨ªa muy consciente del papel que quer¨ªa desempe?ar en aquel partido. Y lo constat¨® sin conceder una sola bola de break a Moy¨¤ en todo el partido.
Grosjean nunca hab¨ªa superado los octavos de final en un Grand Slam (los jug¨® en Wimbledon en 1998), pero en 1999 jug¨® la final de Cayo Vizca¨ªno, tras aniquilar todas las ilusiones de Moy¨¤, que estrenaba all¨ª su liderato mundial, en la primera ronda. Y luego, el a?o pasado gan¨® su ¨²nico torneo en Nottingham y confirm¨® parte de lo que hab¨ªa apuntado en 1996 cuando fue proclamado el mejor j¨²nior del mundo.
En el noveno juego de la segunda manga el mundo se le cay¨® encima a Moy¨¤. El mallorqu¨ªn perdi¨® el saque (5-4 en contra y saque del franc¨¦s) y comenz¨® a vislumbrar la posibilidad de verse dominado por dos mangas a cero. Eso fue lo que ocurri¨® s¨®lo unos minutos m¨¢s tarde, porque Grosjean no baj¨® su list¨®n y se mantuvo en una l¨ªnea de juego alt¨ªsima que le llevar¨ªa a la victoria.
'Ha sacado muy bien y ha tenido un gran d¨ªa. En cambio, no ha sido el m¨ªo', agreg¨® Moy¨¤. 'Cuando vas todo el rato por detr¨¢s es dif¨ªcil remontar. Siempre he dicho que cuando las cosas van mal, todo acaba yendo mal: las bolas que tocaban la l¨ªnea te salen fuera por un mil¨ªmetro, y el saque no te ayuda. Y cuando he perdido la segunda manga, todo se me ha hecho una monta?a'. El mallorqu¨ªn dijo que el gran culpable de su derrota no hab¨ªa sido ¨¦l sino su rival. Y es cierto en gran parte. Pero para que Grosjean pudiera mantenerse en unos niveles de acierto tan altos como tuvo, deb¨ªa de sentirse c¨®modo en la pista. Y eso es lo que Moy¨¤ no consigui¨® evitar ayer.
?Por qu¨¦? Posiblemente, tambi¨¦n ¨¦l se lo est¨¢ preguntando. ?C¨®mo es posible que ganara a Hewitt en una quinta manga memorable y perdiera ayer con Grosjean, si el australiano es hoy por hoy mucho mejor jugador? ?Es un problema de mentalizaci¨®n, de exceso de presi¨®n? Cuando Moy¨¤ afirm¨®, tras clasificarse para los cuartos de final, que hab¨ªa ganado ya alguna vez a seis de los siete jugadores que quedaban en el cuadro, puso en sus espaldas una presi¨®n que al final acab¨® pas¨¢ndole factura.
Y cuando lanz¨® un reto a Ferrero y Corretja para dirimir en los pr¨®ximos meses cu¨¢l de los tres ser¨¢ el n¨²mero uno espa?ol, hizo muestra de un exceso de confianza que no le aportaba nada bueno y pod¨ªa retornarle con efecto boomerang, como en realidad ya ha ocurrido. Ayer mismo, tras su derrota, Moy¨¤ matiz¨® que no quiso ofender a nadie. 'Nunca me he cre¨ªdo que soy el mejor, ni el n¨²mero uno. No es mi manera de ser. No busco follones con nadie, sino buen rollo para todos', dijo.
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