Antiguos, pero efectivos

Tal y como est¨¢ el patio del negocio del rock, llenar tres d¨ªas seguidos un recinto de dos mil y pico de personas, es para aspirar a medalla. M¨¢xime cuando el estilo que se practica no goza de las bendiciones de la promoci¨®n masiva. He aqu¨ª el logro de este numeroso grupo madrile?o que reivindica el heavy metal. Con los o¨ªdos y el coraz¨®n puestos en nombres a?ejos como Ritchie Blackmore, del que toman la concepci¨®n ¨¦pica del rock duro y sus desviaciones c¨¦lticas y medievalistas, o Iron Maiden, de los que adoptan pose esc¨¦nica y af¨¢n de espectacularidad.

El primero de los tres conciertos que Mago de Oz ofrece estos d¨ªas en Madrid -tambi¨¦n hoy y ma?ana en la misma sala- fue contemplado por una espectacular chavalada preuniversitaria que vivi¨® un ¨¦xtasis tal con la banda que parec¨ªa que les hubieran dado a todos vacaciones en el instituto. ?Qu¨¦ euforia, qu¨¦ entrega, que cantidad de manos levantadas haciendo el signo de los cuernos y de gargantas entregadas al canto colectivo! Mago de Oz, que salt¨¢ndose a la torera todas las leyes del mercado, llevan ya 70.000 copias vendidas de su cuarto ¨¢lbum Finisterra, correspondieron con un concierto en el que echaron el resto en todos los sentidos: una coral de doce voces que reforzaba su ceremonioso sonido, pirotecnia en el escenario, elementos esc¨¦nicos como una enorme cruz o una enorme bruja hinchable, un figurante disfrazado de enorme pene con atav¨ªo de Superm¨¢n...

Mago de Oz, grupo compuesto por m¨²sicos con un nivel de ejecuci¨®n en el que no caben excesivos virtuosismos, atac¨® en su actuaci¨®n arreglos complicados, c¨¦lticos aires campestres, amagos de m¨²sica cl¨¢sica, abrasivos baladones que abrumar¨ªan a los mism¨ªsimos Skorpions, temas de marcha y un espect¨¢culo con unos niveles de comunicaci¨®n impresionantes. Su cantante, Jos¨¦, tir¨® de agudos en sus cuerdas vocales como se hac¨ªa antes de que los heavies se vieran todos influ¨ªdos por grupos de estilo vocal ag¨®nico -Pantera, Sepultura- y, por un momento, el calendario se pleg¨® y pareci¨® posible el retorno a los a?os 70 y 80, la edad de oro del rock trallero m¨¢s vistoso y mel¨®dico. Triunfo total, pues, para esta banda poco innovadora y nada dada a contemporizar con el s¨ªndrome futurista-tecnol¨®gico del rock pesado actual. Antiguos, si, pero efectivos como pocos son estos Magos de Oz.