La orquesta Ciudad de Granada triunfa en la Philharmonie berlinesa

La orquesta de Granada eligi¨® un programa de sabor hispano basado, sobre todo, en Astor Piazzolla y Manuel de Falla. Del primero interpretaron el concierto para bandone¨®n Aconcagua, con un extraordinario y ovacionad¨ªsimo Pablo Mainetti de solista, y del segundo El amor brujo, con una respuesta de la orquesta excelente, una direcci¨®n de su director Josep Pons vibrante y una cantaora, Ginesa Ortega, m¨¢s que discutible por sus libertades y en momentos hasta impulsos an¨¢rquicos de puro convencionales.

Las piezas de Granados (intermedio de la ¨®pera Goyescas) y Bizet (suite n¨²mero 1 de La Arlesiana) prepararon el terreno para Piazzolla y Falla, y con la propina de Ginastera rubricaron el merecido ¨¦xito. La orquesta y su director soportaron la tensi¨®n de actuar en un lugar tan emblem¨¢tico, y exhibieron un sonido muy equilibrado, un sentido muy preciso de la musicalidad y un equilibrio m¨¢s que notable entre las diferentes secciones.

Hubo muy buena entrada en la Philharmonie y una amplia representaci¨®n de granadinos, con su alcalde, Pedro Moratalla, a la cabeza. Tambi¨¦n se volc¨® la embajada de Espa?a en Berl¨ªn.

La presencia de una orquesta espa?ola en un ciclo de estas caracter¨ªsticas y en una sala tan carism¨¢tica es de una importancia extraordinaria. La fiesta musical espa?ola en Berl¨ªn no cesa (hoy vuelve ha actuar el Orfe¨®n Donostierra con Claudio Abbado y la Filarm¨®nica de Berl¨ªn en el Requiem de Verdi). Esta coincidencia no es ninguna fantas¨ªa, sino en cierto modo la consecuencia de un progreso evidente de la interpretaci¨®n musical en nuestro pa¨ªs.