Novatadas al nuevo presidente
Bush ordena catalogar los actos 'vand¨¢licos' de los colaboradores de Clinton al dejar la Casa Blanca
Amargados por la forma en que los dem¨®cratas perdieron la batalla por la presidencia, algunos colaboradores de Bill Clinton en la Casa Blanca se excedieron en las novatadas dejadas como herencia a George W. Bush y los suyos. El flamante equipo republicano en el 1.600 de la avenida de Pensilvania est¨¢ perdiendo esta semana en reparar los efectos de esas bromas. Un ex consejero de Clinton ha aceptado en The New York Times que esas bromas pueden ser 'excesivas', pero ha a?adido que todav¨ªa peor es 'robar las elecciones'.
Bush, seg¨²n declar¨® ayer su portavoz, Ari Fleischer, se ha tomado la cosa con filosof¨ªa. Ha ordenado que se cataloguen y eval¨²en 'todos los actos de vandalismo' recibidos en herencia, pero ha descartado emprender acciones para encontrar a los culpables y hacerles pagar los da?os y perjuicios. Varias cartas al director de The Washington Post piden estos d¨ªas que sean los autores los que cubran los gastos causados a la Casa Blanca, pero Bush, seg¨²n Fleischer, comprende que una transici¨®n de poder despierta 'fuertes emociones' y sigue empe?ado en aportar a Washington 'un esp¨ªritu de cortes¨ªa y reconciliaci¨®n'. Habr¨¢ valoraci¨®n de las travesuras, pero no exigencia de responsabilidades.
Las novatadas en el cambio de equipo son una tradici¨®n en la Casa Blanca y la gente de Clinton tambi¨¦n las sufri¨® cuando reemplaz¨® en enero de 1993 a la del primer presidente Bush. Esta vez, sin embargo, la cosa ha ido un poco lejos. El equipo del segundo Bush se encontr¨® con que de los teclados de decenas de ordenadores hab¨ªa sido eliminada la letra w, que no es s¨®lo la inicial del segundo nombre propio del nuevo presidente (Walker), sino su marca personal. Bush ha convertido en un signo de victoria el formar con tres dedos una w y, para distinguirle de su padre, todo el mundo le llama con esta letra. Al eliminar la w de los ordenadores, el mensaje de repudio no pudo ser m¨¢s claro.
La gente de Clinton tambi¨¦n sustituy¨® el papel en blanco en las fotocopiadoras e impresoras de la Casa Blanca por hojas con una portada falsa de la revista Time que muestra a un Bush infeliz pronunciando una palabrota como reacci¨®n a la batalla de Florida. Los r¨®tulos oficiales de las puertas de varios despachos fueron asimismo cambiados por otros, como Office of Strategery y Office of Subliminable Messages, que bromean sobre la mala pronunciaci¨®n de Bush en ingl¨¦s. Y en los lavabos aparecieron pintadas insultantes.
Pero m¨¢s perturbador para el trabajo fue el que los nuevos cargos y funcionarios republicanos se encontraran con que las etiquetas de sus tel¨¦fonos no correspond¨ªan a los n¨²meros reales y tuvieran que perder horas averigu¨¢ndolos. En algunos casos, los mensajes de saludo de los contestadores hab¨ªan sido reemplazados por mofas sobre Bush. Tipper Gore, la esposa del ex vicepresidente, ha telefoneado a Lynne Cheney, esposa del nuevo n¨²mero dos, para pedirle disculpas por todo eso. Las travesuras incluyen cosas como la desaparici¨®n de las 24 copas de champa?a con el sello presidencial de Air Force One, que se produjo tras el ¨²ltimo viaje de Clinton en el avi¨®n presidencial, el que el pasado s¨¢bado le llev¨® de Washington a Nueva York. Nadie ha dado mayor importancia a lo de las copas, pero otros episodios s¨ª que est¨¢n dando que hablar. Un editorial de The Washington Post ha puesto a caldo a Bill y a Hillary Clinton por llevarse de la Casa Blanca 190.000 d¨®lares (37 millones de pesetas) en regalos. Eso, seg¨²n el diario, demuestra que 'los Clinton no tienen capacidad para la verg¨¹enza'.
Richard Daley, alcalde dem¨®crata de Chicago, tambi¨¦n ha criticado al ex presidente por declarar a la revista Esquire que los republicanos deber¨ªan pedir perd¨®n por el caso Lewinsky y terminar aceptando el ¨²ltimo d¨ªa de su mandato que minti¨® bajo juramento. Y muchos dem¨®cratas no entienden c¨®mo su ¨²ltimo acto presidencial fue perdonar al millonario Marc Rich, exiliado en Suiza durante 17 a?os para escapar de 50 acusaciones de fraude, extorsi¨®n y evasi¨®n de impuestos. Precisamente la ex esposa de Rich regal¨® a los Clinton muebles por 7.000 d¨®lares.
Estas y otras pol¨¦micas contrastan con las buenas migas que hicieron los sure?os Clinton y Bush durante la transici¨®n y el d¨ªa mismo del traspaso de poderes. Clinton comprob¨® que su sustituto es agradable y simp¨¢tico en el trato personal. 'Bush realmente conecta, es un error subestimarle', dijo el pol¨ªtico de Arkansas. 'No estoy de acuerdo con mucho de lo que ha hecho, pero la verdad es que Clinton es un tipo que cae bien', replic¨® el de Tejas.
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