'Todos los negocios ser¨¢n de Internet' El 'predicador' de las nuevas tecnolog¨ªas asegura que no ha habido ning¨²n fen¨®meno econ¨®mico en la historia 'que haya tenido la influencia de la red' y considera que 'la mayor¨ªa de los legisladores no entiende la nueva econom¨ªa'
John T. Chambers tiene una doble personalidad, la del gestor y la del guru. Como presidente ejecutivo de Cisco Systems, Chambers es uno de esos hombres de negocios que aparecen de manera recurrente en las listas de los m¨¢s admirados por los empresarios estadounidenses. En los siete a?os que lleva al frente de Cisco, Chambers ha conseguido que este fabricante de equipos de telecomunicaciones multiplique por 26 sus ingresos, y que sea n¨²mero uno o dos en los 40 mercados en los que opera; de hecho, en el negocio de los routers, los equipos que controlan el tr¨¢fico de Internet, lo hace casi de manera monopol¨ªstica, con un 70% del negocio mundial. El inter¨¦s por Internet de Chambers, que casi roza la obsesi¨®n, ha convertido a Cisco en la que es, probablemente, la primera empresa realmente internauta del mundo, ya que realiza m¨¢s del 80% de sus transacciones por la Red. Internet es parte de la vida en Cisco. Los empleados pueden, por ejemplo, contemplar desde su monitor las evoluciones de sus hijos en la guarder¨ªa de la compa?¨ªa.
'Ayudar a gobiernos a cambiar la educaci¨®n es estimulante, pero tambi¨¦n asusta un poco' -
Desde hace un par de a?os, John Chambers es, adem¨¢s, el Predicador -con may¨²sculas- de Internet. El pasado a?o se reuni¨® con 12 jefes de Estado y primeros ministros, incluidos el rey Abdal¨¢ II de Jordania, el brit¨¢nico Tony Blair o el chino Jiang Zemin, y con presidentes de grandes multinacionales como Jack Welch, de General Electric. Chambers se reunir¨¢ muy pronto con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, aunque prefiere no hablar de ello 'por razones de seguridad', explica. El mensaje es el mismo para todos: 'La mejor pol¨ªtica es una econom¨ªa fuerte, y la mejor manera de conseguir una econom¨ªa fuerte es tener una infraestructura de red fuerte; es sorprendente c¨®mo esto se ha convertido en uno de los tres o cuatro factores que determinan el futuro de un pa¨ªs', explica, en una sala de reuniones del enorme campus de la compa?¨ªa en San Jos¨¦ (California).
Chambers, de 53 a?os, es locuaz y habla a la velocidad del rayo, hasta el punto de que su secretaria graba sus mensajes y muchas veces debe reproducirlos a menor velocidad para poder entenderle. Es, adem¨¢s, extremadamente amable y muy precavido. Siempre utiliza el plural mayest¨¢tico cuando expresa sus opiniones, y adem¨¢s las explica muy bien cuando se trata de cuestiones sensibles, como su idea de que los Gobiernos deber¨ªan mantener sus man¨ªas reguladoras lejos del 'nuevo mundo'.
Pregunta. El enfriamiento de la econom¨ªa estadounidense est¨¢ causando problemas a las compa?¨ªas de telecomunicaciones y de tecnolog¨ªa. Si sus clientes dejan de invertir, ?c¨®mo afectar¨¢ a sus cuentas?
Respuesta. Estamos sometidos, como cualquier otro, a que la econom¨ªa vaya bien, porque si se reduce el consumo, evidentemente nos afectar¨¢. No somos inmunes a la recesi¨®n. Cuando presentamos los resultados del ¨²ltimo trimestre ya dijimos que tendr¨ªamos menos visibilidad en los pr¨®ximos dos trimestres.
P. Cisco ha perdido, adem¨¢s, un 50% de su valor burs¨¢til desde el pasado abril. ?Qu¨¦ ha pasado?
R. Siempre hemos tomado las decisiones a largo plazo. Si la industria sigue creciendo a niveles del 30% al 50% anual, y nosotros lo hacemos bien, las acciones nos seguir¨¢n. Pero no podemos controlar lo que hace el mercado en un periodo de tiempo dado; conozco a muy poca gente que entienda las tendencias del mercado.
P. Despu¨¦s de la quiebra de muchas puntocom, hay gente que piensa que las expectativas a corto plazo sobre el poder de Internet se han exagerado.
R. Al contrario. En Cisco estamos ahorrando 1.400 millones de d¨®lares al a?o gracias al uso de Internet, y esto significa un tremendo incremento de la productividad en casi cualquier aspecto de la empresa. Lo que ha pasado es, en esencia, que los inversores de la Bolsa se hab¨ªan convertido en capitalistas de riesgo. Los capitalistas de riesgo invierten en diez empresas, conscientes de que seis o siete de ellas van a fracasar y una o dos ser¨¢n goles. As¨ª, el accionista medio se convierte en capitalista de riesgo, tanto si lo sabe como si no, y se financian ideas que probablemente no se deber¨ªan financiar.
P. Pero, ?cu¨¢l es el impacto concreto que est¨¢ causando la Red sobre la econom¨ªa?
R. La Red lo cambiar¨¢ todo, desde la atenci¨®n sanitaria a la educaci¨®n, y en la econom¨ªa no s¨®lo cambiar¨¢ la productividad de un pa¨ªs, sino tambi¨¦n el PIB. Las cifras m¨¢s recientes en Estados Unidos mostraban un aumento del 3% en la productividad este a?o. Si se puede mantener este ritmo durante los pr¨®ximos 25 a?os, el est¨¢ndar de vida del ciudadano estadounidense se doblar¨¢. As¨ª que, tanto si considera el nivel de vida para un individuo o el crecimiento del PIB, como la productividad y rentabilidad de una compa?¨ªa, no ha habido ning¨²n factor en la historia, desde la revoluci¨®n industrial, que haya tenido la influencia que tiene Internet. Las empresas que no han entendido esto, simplemente, se est¨¢n quedando atr¨¢s.
P. ?Y cu¨¢l es la diferencia entre las empresas que lo han entendido y las que no? ?La visi¨®n del presidente ejecutivo?
R. Tiene raz¨®n. Al principio, yo pensaba que era un asunto de educaci¨®n, que el cambio estar¨ªa basado en los conocimientos. No es as¨ª. Una vez que el presidente ejecutivo o los l¨ªderes de un Gobierno comprenden que Internet va a determinar el futuro, entonces cambian su conducta. Nosotros no ¨¦ramos distintos cuando nos metimos en esto. Yo quer¨ªa integrar Internet en cada aspecto de la compa?¨ªa, pero necesitaba a?adir 2.000 personas s¨®lo para poder atender las exigencias el cliente, y ten¨ªa 2.000 en toda la empresa. Y no me qued¨® m¨¢s remedio que hacerlo.
P. Y ?cu¨¢l es la fecha tope para que una empresa est¨¦ en Internet?
R. Yo dir¨ªa que para el final de esta d¨¦cada no habr¨¢ ning¨²n negocio importante que no sea un negocio Internet. Eso no significa que vayan a desaparecer los ladrillos y el cemento, pero si se est¨¢ funcionando en una base global, no hay opci¨®n. No hay ning¨²n proveedor de Cisco, y son cientos, que no trabaje en la Red. Y si no puede hacerlo, no es un proveedor.
P. Usted ha hablado con algunos de los personajes m¨¢s influyentes del mundo. ?Por qu¨¦ quieren reunirse con usted?
R. Me gustar¨ªa decir que se re¨²nen conmigo porque soy encantador, pero est¨¢ claro que no es por eso. Si mira lo que hacen ahora todas las empresas y pa¨ªses del mundo, nosotros lo hemos hecho antes. Ellos ven a Cisco como la compa?¨ªa de Internet que lo ha hecho todo, en pr¨¢cticamente todas las categor¨ªas de la Red, y tambi¨¦n hemos sido capaces de ense?ar a otros. Podemos compartir nuestras experiencias y las de los otros.
P. Y entre esas experiencias, ?las hay negativas? ?Cu¨¢les son los problemas que ha encontrado por estar tan volcados en Internet?
R. Hay que tomar las decisiones mucho m¨¢s deprisa. D¨¦jeme que ponga un ejemplo: cuando termin¨® el ¨²ltimo trimestre, los empresarios m¨¢s importantes de Estados Unidos se dieron cuenta de que diciembre ser¨ªa peor de lo esperado, as¨ª que empezaron a recortar inventario y cambiaron sus planes de gastos o contrataci¨®n. Nuestro problema ha sido el Gobierno, la Reserva Federal, que recorta los tipos de inter¨¦s un mes m¨¢s tarde. Uno de los peligros es que, si las empresas est¨¢n funcionando con el sistema y el Gobierno no lo hace, el Gobierno est¨¢ tomando decisiones a un ritmo del viejo mundo.
P. Mucha gente en Silicon Valley cree que es mejor que el Gobierno no toque la tecnolog¨ªa. Usted est¨¢ entre los asesores del nuevo presidente George Bush. ?Qu¨¦ piensa decirle al respecto?
R. Conozco muy bien al presidente Bush y he tenido el honor de reunirme con ¨¦l muchas veces en los dos ¨²ltimos a?os. ?l entiende muy bien esta nueva econom¨ªa, y compartimos bastantes ideas. Es interesante que la industria creciera m¨¢s cuando casi no hab¨ªa normativa gubernamental y, cuando ya ten¨ªamos m¨¢s ¨¦xito, empezaron las reglamentaciones, que tend¨ªan a ser bastante restrictivas. Una vez dicho esto, el Gobierno tiene preocupaciones muy realistas, entre ellas la seguridad y la intimidad. Si las empresas no siguen esta l¨ªnea, entonces el Gobierno tendr¨¢ que intervenir. Pero si intentas aplicar las normas que se concibieron para la revoluci¨®n industrial, es muy posible que no s¨®lo no funcionen, sino que tengan el efecto contrario. Creemos que lo mejor es que eduquemos al Gobierno y trabajemos juntos para lograr una econom¨ªa m¨¢s fuerte. ?sa es la relaci¨®n que tenemos en Estados Unidos, en el Reino Unido, en China, y que estamos desarrollando en la India. Es tambi¨¦n una relaci¨®n que me gustar¨ªa desarrollar en Espa?a.
P. ?Cree que puede existir una legislaci¨®n internacional sobre Internet?
R. Me decepcionar¨ªa mucho si existiera una autoridad internacional que controlase Internet, porque la mayor¨ªa de los legisladores gubernamentales son buena gente, pero no comprenden esta nueva econom¨ªa. Recuerde que los altos funcionarios de Gobierno de todo el mundo ni siquiera la comprend¨ªan hace dos a?os. Probablemente sea ilusorio e injusto preguntar a alguien que no procede de ese entorno y trabaja en el Gobierno, y esperar que se meta en ello y lo comprenda. En segundo lugar, basar¨¢n su experiencia en el pasado. Antes, cuando conduc¨ªas por una autopista pod¨ªas saber qu¨¦ ten¨ªas delante y qu¨¦ es lo que ya hab¨ªas visto. ?sta es una nueva autopista, se conduce 10 veces m¨¢s r¨¢pido, tiene curvas, puntos de aceleraci¨®n, lluvia, cruces. Si miras en el retrovisor, te sales de la carretera. As¨ª que tienes que ser realista a la hora de facultar a alguien... Incluso los chinos comprenden esto.
P. Parece que ¨²ltimamente trabaja m¨¢s como guru que como hombre de negocios. ?Se siente a gusto con ese papel?
R. Bueno, la tecnolog¨ªa me parece muy interesante, pero lo que me encanta de ella es la manera en que cambia la forma en que trabajamos, vivimos, jugamos, aprendemos. Adem¨¢s, mis padres me ense?aron que la educaci¨®n es lo que permite igualar a la gente. ?Qui¨¦n hubiera podido pensar que un ni?o de Virginia Occidental terminar¨ªa en Silicon Valley, en una de las compa?¨ªas m¨¢s influyentes? Si alguien me hubiera dicho que iba a dar el 52% de mis opciones a colaboradores yo hubiera dicho que eso era socialismo. Pero, de hecho, es la forma definitiva del capitalismo, y funciona muy bien. Y si alguien me hubiera dicho que me iba a asociar con el Gobierno para cambiar la educaci¨®n yo habr¨ªa dicho: 'Eso no suceder¨¢ nunca'. Y sin embargo, aqu¨ª nos tiene. Y es tan estimulante, es algo que te hace ser humilde y te asusta un poco. Pero uno casi nunca tiene una posibilidad de cambiar el mundo. Si intentas cambiar el mundo, tienes que enfocarlo de una forma en que nadie lo haya hecho antes, porque, aunque lo est¨¦s intentando duramente, otras personas muy inteligentes lo han intentado y no han obtenido resultados.
P. ?Y usted cree que puede cambiar el mundo?
R. Internet y la educaci¨®n pueden hacerlo. Y Cisco puede desempe?ar uno de los papeles m¨¢s importantes en ello.John T. Chambers tiene una doble personalidad, la del gestor y la del guru. Como presidente ejecutivo de Cisco Systems, Chambers es uno de esos hombres de negocios que aparecen de manera recurrente en las listas de los m¨¢s admirados por los empresarios estadounidenses. En los siete a?os que lleva al frente de Cisco, Chambers ha conseguido que este fabricante de equipos de telecomunicaciones multiplique por 26 sus ingresos, y que sea n¨²mero uno o dos en los 40 mercados en los que opera; de hecho, en el negocio de los routers, los equipos que controlan el tr¨¢fico de Internet, lo hace casi de manera monopol¨ªstica, con un 70% del negocio mundial. El inter¨¦s por Internet de Chambers, que casi roza la obsesi¨®n, ha convertido a Cisco en la que es, probablemente, la primera empresa realmente internauta del mundo, ya que realiza m¨¢s del 80% de sus transacciones por la Red. Internet es parte de la vida en Cisco. Los empleados pueden, por ejemplo, contemplar desde su monitor las evoluciones de sus hijos en la guarder¨ªa de la compa?¨ªa.
Desde hace un par de a?os, John Chambers es, adem¨¢s, el Predicador -con may¨²sculas- de Internet. El pasado a?o se reuni¨® con 12 jefes de Estado y primeros ministros, incluidos el rey Abdal¨¢ II de Jordania, el brit¨¢nico Tony Blair o el chino Jiang Zemin, y con presidentes de grandes multinacionales como Jack Welch, de General Electric. Chambers se reunir¨¢ muy pronto con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, aunque prefiere no hablar de ello 'por razones de seguridad', explica. El mensaje es el mismo para todos: 'La mejor pol¨ªtica es una econom¨ªa fuerte, y la mejor manera de conseguir una econom¨ªa fuerte es tener una infraestructura de red fuerte; es sorprendente c¨®mo esto se ha convertido en uno de los tres o cuatro factores que determinan el futuro de un pa¨ªs', explica, en una sala de reuniones del enorme campus de la compa?¨ªa en San Jos¨¦ (California).
Chambers, de 53 a?os, es locuaz y habla a la velocidad del rayo, hasta el punto de que su secretaria graba sus mensajes y muchas veces debe reproducirlos a menor velocidad para poder entenderle. Es, adem¨¢s, extremadamente amable y muy precavido. Siempre utiliza el plural mayest¨¢tico cuando expresa sus opiniones, y adem¨¢s las explica muy bien cuando se trata de cuestiones sensibles, como su idea de que los Gobiernos deber¨ªan mantener sus man¨ªas reguladoras lejos del 'nuevo mundo'.
Pregunta. El enfriamiento de la econom¨ªa estadounidense est¨¢ causando problemas a las compa?¨ªas de telecomunicaciones y de tecnolog¨ªa. Si sus clientes dejan de invertir, ?c¨®mo afectar¨¢ a sus cuentas?
Respuesta. Estamos sometidos, como cualquier otro, a que la econom¨ªa vaya bien, porque si se reduce el consumo, evidentemente nos afectar¨¢. No somos inmunes a la recesi¨®n. Cuando presentamos los resultados del ¨²ltimo trimestre ya dijimos que tendr¨ªamos menos visibilidad en los pr¨®ximos dos trimestres.
P. Cisco ha perdido, adem¨¢s, un 50% de su valor burs¨¢til desde el pasado abril. ?Qu¨¦ ha pasado?
R. Siempre hemos tomado las decisiones a largo plazo. Si la industria sigue creciendo a niveles del 30% al 50% anual, y nosotros lo hacemos bien, las acciones nos seguir¨¢n. Pero no podemos controlar lo que hace el mercado en un periodo de tiempo dado; conozco a muy poca gente que entienda las tendencias del mercado.
P. Despu¨¦s de la quiebra de muchas puntocom, hay gente que piensa que las expectativas a corto plazo sobre el poder de Internet se han exagerado.
R. Al contrario. En Cisco estamos ahorrando 1.400 millones de d¨®lares al a?o gracias al uso de Internet, y esto significa un tremendo incremento de la productividad en casi cualquier aspecto de la empresa. Lo que ha pasado es, en esencia, que los inversores de la Bolsa se hab¨ªan convertido en capitalistas de riesgo. Los capitalistas de riesgo invierten en diez empresas, conscientes de que seis o siete de ellas van a fracasar y una o dos ser¨¢n goles. As¨ª, el accionista medio se convierte en capitalista de riesgo, tanto si lo sabe como si no, y se financian ideas que probablemente no se deber¨ªan financiar.
P. Pero, ?cu¨¢l es el impacto concreto que est¨¢ causando la Red sobre la econom¨ªa?
R. La Red lo cambiar¨¢ todo, desde la atenci¨®n sanitaria a la educaci¨®n, y en la econom¨ªa no s¨®lo cambiar¨¢ la productividad de un pa¨ªs, sino tambi¨¦n el PIB. Las cifras m¨¢s recientes en Estados Unidos mostraban un aumento del 3% en la productividad este a?o. Si se puede mantener este ritmo durante los pr¨®ximos 25 a?os, el est¨¢ndar de vida del ciudadano estadounidense se doblar¨¢. As¨ª que, tanto si considera el nivel de vida para un individuo o el crecimiento del PIB, como la productividad y rentabilidad de una compa?¨ªa, no ha habido ning¨²n factor en la historia, desde la revoluci¨®n industrial, que haya tenido la influencia que tiene Internet. Las empresas que no han entendido esto, simplemente, se est¨¢n quedando atr¨¢s.
P. ?Y cu¨¢l es la diferencia entre las empresas que lo han entendido y las que no? ?La visi¨®n del presidente ejecutivo?
R. Tiene raz¨®n. Al principio, yo pensaba que era un asunto de educaci¨®n, que el cambio estar¨ªa basado en los conocimientos. No es as¨ª. Una vez que el presidente ejecutivo o los l¨ªderes de un Gobierno comprenden que Internet va a determinar el futuro, entonces cambian su conducta. Nosotros no ¨¦ramos distintos cuando nos metimos en esto. Yo quer¨ªa integrar Internet en cada aspecto de la compa?¨ªa, pero necesitaba a?adir 2.000 personas s¨®lo para poder atender las exigencias el cliente, y ten¨ªa 2.000 en toda la empresa. Y no me qued¨® m¨¢s remedio que hacerlo.
P. Y ?cu¨¢l es la fecha tope para que una empresa est¨¦ en Internet?
R. Yo dir¨ªa que para el final de esta d¨¦cada no habr¨¢ ning¨²n negocio importante que no sea un negocio Internet. Eso no significa que vayan a desaparecer los ladrillos y el cemento, pero si se est¨¢ funcionando en una base global, no hay opci¨®n. No hay ning¨²n proveedor de Cisco, y son cientos, que no trabaje en la Red. Y si no puede hacerlo, no es un proveedor.
P. Usted ha hablado con algunos de los personajes m¨¢s influyentes del mundo. ?Por qu¨¦ quieren reunirse con usted?
R. Me gustar¨ªa decir que se re¨²nen conmigo porque soy encantador, pero est¨¢ claro que no es por eso. Si mira lo que hacen ahora todas las empresas y pa¨ªses del mundo, nosotros lo hemos hecho antes. Ellos ven a Cisco como la compa?¨ªa de Internet que lo ha hecho todo, en pr¨¢cticamente todas las categor¨ªas de la Red, y tambi¨¦n hemos sido capaces de ense?ar a otros. Podemos compartir nuestras experiencias y las de los otros.
P. Y entre esas experiencias, ?las hay negativas? ?Cu¨¢les son los problemas que ha encontrado por estar tan volcados en Internet?
R. Hay que tomar las decisiones mucho m¨¢s deprisa. D¨¦jeme que ponga un ejemplo: cuando termin¨® el ¨²ltimo trimestre, los empresarios m¨¢s importantes de Estados Unidos se dieron cuenta de que diciembre ser¨ªa peor de lo esperado, as¨ª que empezaron a recortar inventario y cambiaron sus planes de gastos o contrataci¨®n. Nuestro problema ha sido el Gobierno, la Reserva Federal, que recorta los tipos de inter¨¦s un mes m¨¢s tarde. Uno de los peligros es que, si las empresas est¨¢n funcionando con el sistema y el Gobierno no lo hace, el Gobierno est¨¢ tomando decisiones a un ritmo del viejo mundo.
P. Mucha gente en Silicon Valley cree que es mejor que el Gobierno no toque la tecnolog¨ªa. Usted est¨¢ entre los asesores del nuevo presidente George Bush. ?Qu¨¦ piensa decirle al respecto?
R. Conozco muy bien al presidente Bush y he tenido el honor de reunirme con ¨¦l muchas veces en los dos ¨²ltimos a?os. ?l entiende muy bien esta nueva econom¨ªa, y compartimos bastantes ideas. Es interesante que la industria creciera m¨¢s cuando casi no hab¨ªa normativa gubernamental y, cuando ya ten¨ªamos m¨¢s ¨¦xito, empezaron las reglamentaciones, que tend¨ªan a ser bastante restrictivas. Una vez dicho esto, el Gobierno tiene preocupaciones muy realistas, entre ellas la seguridad y la intimidad. Si las empresas no siguen esta l¨ªnea, entonces el Gobierno tendr¨¢ que intervenir. Pero si intentas aplicar las normas que se concibieron para la revoluci¨®n industrial, es muy posible que no s¨®lo no funcionen, sino que tengan el efecto contrario. Creemos que lo mejor es que eduquemos al Gobierno y trabajemos juntos para lograr una econom¨ªa m¨¢s fuerte. ?sa es la relaci¨®n que tenemos en Estados Unidos, en el Reino Unido, en China, y que estamos desarrollando en la India. Es tambi¨¦n una relaci¨®n que me gustar¨ªa desarrollar en Espa?a.
P. ?Cree que puede existir una legislaci¨®n internacional sobre Internet?
R. Me decepcionar¨ªa mucho si existiera una autoridad internacional que controlase Internet, porque la mayor¨ªa de los legisladores gubernamentales son buena gente, pero no comprenden esta nueva econom¨ªa. Recuerde que los altos funcionarios de Gobierno de todo el mundo ni siquiera la comprend¨ªan hace dos a?os. Probablemente sea ilusorio e injusto preguntar a alguien que no procede de ese entorno y trabaja en el Gobierno, y esperar que se meta en ello y lo comprenda. En segundo lugar, basar¨¢n su experiencia en el pasado. Antes, cuando conduc¨ªas por una autopista pod¨ªas saber qu¨¦ ten¨ªas delante y qu¨¦ es lo que ya hab¨ªas visto. ?sta es una nueva autopista, se conduce 10 veces m¨¢s r¨¢pido, tiene curvas, puntos de aceleraci¨®n, lluvia, cruces. Si miras en el retrovisor, te sales de la carretera. As¨ª que tienes que ser realista a la hora de facultar a alguien... Incluso los chinos comprenden esto.
P. Parece que ¨²ltimamente trabaja m¨¢s como guru que como hombre de negocios. ?Se siente a gusto con ese papel?
R. Bueno, la tecnolog¨ªa me parece muy interesante, pero lo que me encanta de ella es la manera en que cambia la forma en que trabajamos, vivimos, jugamos, aprendemos. Adem¨¢s, mis padres me ense?aron que la educaci¨®n es lo que permite igualar a la gente. ?Qui¨¦n hubiera podido pensar que un ni?o de Virginia Occidental terminar¨ªa en Silicon Valley, en una de las compa?¨ªas m¨¢s influyentes? Si alguien me hubiera dicho que iba a dar el 52% de mis opciones a colaboradores yo hubiera dicho que eso era socialismo. Pero, de hecho, es la forma definitiva del capitalismo, y funciona muy bien. Y si alguien me hubiera dicho que me iba a asociar con el Gobierno para cambiar la educaci¨®n yo habr¨ªa dicho: 'Eso no suceder¨¢ nunca'. Y sin embargo, aqu¨ª nos tiene. Y es tan estimulante, es algo que te hace ser humilde y te asusta un poco. Pero uno casi nunca tiene una posibilidad de cambiar el mundo. Si intentas cambiar el mundo, tienes que enfocarlo de una forma en que nadie lo haya hecho antes, porque, aunque lo est¨¦s intentando duramente, otras personas muy inteligentes lo han intentado y no han obtenido resultados.
P. ?Y usted cree que puede cambiar el mundo?
R. Internet y la educaci¨®n pueden hacerlo. Y Cisco puede desempe?ar uno de los papeles m¨¢s importantes en ello.
La bicicleta y la autopista
P. ?Cu¨¢ndo estar¨¢n esas mejoras que crea la red al alcance de todo el mundo?
R. Eso depende de lo que hagan los gobiernos. Los factores igualitarios en la vida son la educaci¨®n y la infraestructura, los dos, porque proporcionar una conexi¨®n m¨¢s r¨¢pida de Internet sin educaci¨®n es como construir una autopista de seis carriles a tu casa y darte una bicicleta.
P. Pero se est¨¢n creando divisiones entre los que pueden acceder a esos cambios y los que no.
R. Una divisi¨®n digital es un rebrote de la Revoluci¨®n Industrial, ten¨ªas que estar en la ciudad adecuada, en el pa¨ªs adecuado y con la educaci¨®n adecuada para poder participar en ella. Internet puede modificarlo en ambos sentidos. Puede hacer que la divisi¨®n digital sea mucho mayor, si un pa¨ªs no construye una infraestructura y educa a su poblaci¨®n. O puede ser justamente al rev¨¦s, porque a m¨ª no me importa d¨®nde est¨¢n mis ingenieros; podr¨ªan vivir en las monta?as de Espa?a si son realmente buenos y tuvieran una conexi¨®n r¨¢pida a Internet y la educaci¨®n y la cultura adecuadas. El no haber participado en una revoluci¨®n industrial no significa que no puedas hacerlo en la segunda. De hecho, algunos de los pa¨ªses que dirigieron la primera son los que tienen mayores problemas, porque muchas veces los pa¨ªses que tienen mucho ¨¦xito son los m¨¢s lentos para cambiar. Es el caso de Jap¨®n. Al antiguo primer ministro le mostr¨¦ c¨®mo Jap¨®n no constru¨ªa infraestructuras de red desde hac¨ªa hace tres a?os y medio. No cambi¨® sus planes, y le quitaron de en medio tres meses y medio m¨¢s tarde. Le mostr¨¦ los mismos gr¨¢ficos a Blair y a Zemin, y supieron inmediatamente lo que significaban.
Pregunta. Usted ha dicho que pronto tendremos cinco dispositivos IP (conectados a Internet) en nuestro cuerpo.
Respuesta. Creo que habr¨¢ de tres a cinco aparatos IP sobre tu cuerpo, e incluso puede ser una cifra conservadora. Algunos de ellos son bastante evidentes, como un busca, un tel¨¦fono o un sistema GPS. Tambi¨¦n podr¨ªas tener un monitor en el coraz¨®n que literalmente informara de tu salud en tiempo real a tu m¨¦dico y, si tienes alg¨²n problema, podr¨ªa incluso llamar a una ambulancia. Tambi¨¦n podr¨ªas tener aparatos que dispensar¨ªan medicinas sobre la marcha. Podr¨ªas tener la capacidad de ver con tus gafas las p¨¢ginas de Internet. Y podr¨ªas combinarlo todo. Un granjero ir¨ªa por el campo y sabr¨ªa en qu¨¦ lugar est¨¢, en funci¨®n de lo que ha plantado, porque lleva un GPS. Incluso podr¨ªa hacer un an¨¢lisis del suelo y enviar la informaci¨®n en ese momento, o buscar el precio de la soja, o saber c¨®mo est¨¢ en el mercado de Estados Unidos y Europa. Simplemente, hay tantas posibilidades que ni podemos so?arlas. Pero los aparatos que ahora empezamos a so?ar se har¨¢n realidad mucho m¨¢s r¨¢pidamente de lo que la gente piensa.
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