Familias como empresas

A principios de los noventa, cuando la granadina Mar¨ªa ?ngeles Nogueras comenz¨® a hablar en Holanda de la necesidad de aprender a combinar adecuadamente trabajo y familia, eran pocos los que tomaban en serio sus advertencias. Hasta que empezaron a aparecer las primeras cifras: en la ¨²ltima d¨¦cada, cuando la mujer se ha incorporado masivamente al mercado laboral, se ha multiplicado el n¨²mero de absentismo en las empresas y el hecho de que sean ellas las que normalmente llevan junto a su trabajo el peso de la casa y los ni?os, es una de las razones que explican que las mujeres representen el 53% de los trabajadores con invalidez permanente.

Hace poco m¨¢s de tres a?os el Gobierno holand¨¦s tom¨® conciencia del problema y estableci¨® una comisi¨®n para buscar formas de organizaci¨®n que favorecieran la participaci¨®n en el mundo laboral de ambos miembros de la pareja sin que se resienta la armon¨ªa familiar. Entonces se empezaron a tomar medidas como ajustar los horarios de las operaciones en los hospitales a las necesidades personales de los empleados o exigir en los nuevos planes de urbanismo que escuelas, tiendas y centros deportivos no quedaron a mucha distancia de las viviendas.

En este nuevo contexto, las ideas de Nogueras (de 51 a?os) empezaron a tomar cuerpo y su entonces peque?a consultor¨ªa situada en Maastricht comenz¨® a recibir solicitudes de grandes compa?¨ªas como KLM, Unilever y algunos ayuntamientos. Del Ministerio de Asuntos Sociales ha recibido un subsidio de m¨¢s de 20 millones de pesetas. OFA (Organizaci¨®n, Familia, Iniciativa), como se llama la empresa, no s¨®lo imparte cursos en los centros de trabajo, sino que presta tambi¨¦n asesoramiento de car¨¢cter privado a domicilio.

Nogueras intenta profesionalizar el trabajo de la casa aplicando los mismos principos que se usan en las empresas. Pero su preocupaci¨®n por la familia va m¨¢s all¨¢ de un orden material que garantice la eficacia. 'El programa de mis cursos gira en torno a cuatro conceptos b¨¢sicos: organizar, delegar, disciplina y flexibilidad', explica esta mujer, que realiz¨® en Madrid los estudios de Ciencias Dom¨¦sticas, hoy desaparecidos. Aunque la mayor¨ªa de los clientes de esta empresaria son mujeres, el asesoramiento de Nogueras se dirige, si se desea, a los dos miembros de la pareja.

El primer paso consiste en detectar los problemas tras observar c¨®mo el cliente organiza de forma habitual su jornada. Cuando los cursos se imparten en grupo, en las empresas, los participantes tienen que responder a un minucioso cuestionario. Luego la asesora hace un balance de c¨®mo el cliente reparte fuerzas, su capacidad de delegar y de establecer prioridades, y, por ¨²ltimo, elabora el business plan para aplicar a la vida cotidiana. Sus servicios personalizados cuestan alrededor de 80.000 pesetas.

'No tengo ninguna f¨®rmula m¨¢gica, tan s¨®lo soluciones muy pr¨¢cticas', explica Nogueras, que descubre a muchas familias secretos tan simples como congelar la comida en paquetes o aprender a comprar con una buena lista. Les ense?a a establecer las prioridades, a organizar el trabajo por rotaci¨®n para que participen todos los miembros de la casa, les dice c¨®mo pueden racionalizar las compras y rentabilizar la econom¨ªa familiar o a encargar parte del trabajo a oficinas externas o a personal especializado.

Su mensaje b¨¢sico es que 'la familia es una empresa en la que hay que invertir'. Un principio que en la conservadora cultura calvinista holandesa, donde contratar ayuda para hacer la limpieza est¨¢ todav¨ªa en algunos sectores mal visto, es d¨ªficil de hacer entender. 'Yo trato de hacer ver que es una inversi¨®n en la carrera profesional', asegura. 'Es casi imposible reincorporarse a la vida laboral si se abandona para cuidar de los ni?os'.

La f¨®rmula de Nogueras ha despertado inter¨¦s en todo el pa¨ªs. M¨¢s de medio centenar de peri¨®dicos le han dedicado parte de sus p¨¢ginas, ha aparecido en varios programas de televisi¨®n y recibe continuas felicitaciones de empresas y funcionarios que ven en su idea una manera de aprender a conciliar para siempre trabajo, pareja, hijos y ocio. Y sin que la productividad se resienta.