Ampudia muestra en una galer¨ªa sevillana sus instalaciones
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Las obras de Eugenio Ampudia (Valladolid, 1958) se nutren de la relaci¨®n que establecen con el espectador. El artista, que no expon¨ªa en Sevilla desde 1992, presenta ahora tres instalaciones en las que reflexiona sobre el proceso creativo. Ampudia es conocido por sus obras sorpresa como la alfombra codificada que present¨® en la feria de Arco de Madrid en 1995, que compon¨ªa distintas frases dependiendo de la parte sobre la que pisara el espectador.
En la misma feria de arte contempor¨¢neo, pero dos a?os antes, realiz¨® una gran pieza con 1.200 peque?as serigraf¨ªas, que iba sustituyendo por la imagen del comprador captada por una Polaroid. As¨ª, al final, 1.200 compradores de Arco formaban parte de una obra de arte de la feria. Este proceso ilustra la preocupaci¨®n de Ampudia por plasmar en sus obras todo el camino que recorre una obra: desde el acto creativo hasta el mercado.
DOT, que significa punto en ingl¨¦s en las direcciones de Internet, es el t¨ªtulo de la muestra que presenta ahora en la galer¨ªa Rafael Ortiz de Sevilla. La exposici¨®n, que estar¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 3 de marzo, incluye cuatro obras que se nutren de la fotograf¨ªa, la escultura y la pintura y tres instalaciones.
Interlocutores
Una de estas piezas, la titulada Interlocutores v¨¢lidos, est¨¢ creada especialmente para la galer¨ªa sevillana. 'La b¨²squeda de interlocutores es un camino muy largo, por eso las huellas que se proyectan en esta obra describen un c¨ªrculo. Cada espectador puede tener una lectura distinta de la instalaci¨®n. Esas huellas blancas sobre el suelo, pisadas manchadas en la monta?a de harina que incluye la obra, pueden hablar para unos de ausencias y, para otros, de presencias', explica Eugenio Ampudia.
'Para m¨ª lo m¨¢s importante del arte es la relaci¨®n con el espectador y creo que eso se consigue mejor a trav¨¦s de las instalaciones', comenta el artista, que en DOT muestra tambi¨¦n Recipiente, una obra interactiva de 1997 con un terminal de ordenador que el espectador puede manipular.
Gracias al programa del CD-Rom, el p¨²blico puede conocer el interior de uno de los componentes de la instalaci¨®n, un cerebro que Ampudia realiza a partir de cat¨¢logos de arte y que la pantalla va mostrando, imagen por imagen.
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