Cruzada ultraortodoxa contra el primer ministro laborista
El partido religioso Shas llama a sus militantes a impedir una victoria de Barak en los comiciosEl partido religioso Shas llama a sus militantes a impedir una victoria de Barak en los comicios
Los ultraortodoxos del partido Shas han declarado la guerra sin cuartel a Ehud Barak. El rabino Ovadia Yosef, jefe religioso del tercer grupo pol¨ªtico m¨¢s importante de Israel -17 diputados-, ha ordenado a sus fieles salir a la calle e iniciar una campa?a puerta a puerta para acabar con Ehud Barak en las elecciones a primer ministro del pr¨®ximo 6 de febrero, como castigo por 'odiar el juda¨ªsmo' y propugnar una 'revoluci¨®n laica'. Es la movilizaci¨®n m¨¢s feroz de su historia contra el laborismo y el proceso de paz.
'Cada uno de nosotros debe hacer todo lo posible para convencerlos; salid a la calle. Y el d¨ªa de las elecciones id de rinc¨®n en rinc¨®n buscando a los votantes. El que tenga coche, que lo ponga al servicio de todos, que los estudiantes abandonen las yeshivas y votad todos contra Barak. Para que caiga de una vez y no se levante de nuevo'. De esta manera, el rabino Ovadia, el jefe espiritual de Shas, agit¨® el pasado fin de semana desde el p¨²lpito de la sinagoga a sus seguidores.
Los habitantes de Mea Sharim, el barrio ultraortodoxo de Jerusal¨¦n, est¨¢n siendo los m¨¢s disciplinados; como si estuvieran iluminados por la fe, se han convertido en la punta de lanza de esta singular cruzada, con la que se trata de convencer al electorado de que Barak es un enemigo del juda¨ªsmo que intenta imponer una revoluci¨®n laica con el fin de desacralizar la fiesta semanal del sabath, imponer el matrimonio civil o acabar con las subvenciones a las yeshivas -seminarios jud¨ªos-, y todo con una inconfesable finalidad: tratar de ganarse el voto de los ex emigrantes rusos. Pero la cruzada contra Barak lleva aparejada, adem¨¢s, una cr¨ªtica al proceso de paz y a las negociaciones con los palestinos, a los que el rabino Ovadia ha acusado de comportarse como 'serpientes venenosas', y a los laboristas, de hacer concesiones 'repugnantes para Israel'.
Los seguidores de Ovadia Yosef, este rabino de 70 a?os medio ciego, nacido en Bagdad y crecido en Palestina, han empezado a cumplir la consigna con devoci¨®n, empezando por los barrios m¨¢s alejados del centro de Jerusal¨¦n, donde se aseguraque se encuentran los m¨¢s pobres y m¨¢s defraudados por los dos a?os de Gobierno laborista, pero tambi¨¦n donde se amontonan ese n¨²cleo de indecisos, un 20%, que no saben a¨²n por qui¨¦n votar.
Nunca el partido Shas hab¨ªa destilado tanto odio contra el laborismo. Hay que remontarse a 1959, cuando los jud¨ªos sefarditas venidos de Marruecos -m¨¢s de 400.000- salieron a las calles de Haifa agitando banderas negras, retratos del rey Mohamed V, pidiendo el fin de la discriminaci¨®n y el apartheid impuesto por los dirigentes laboristas askenazis, provenientes del coraz¨®n de Europa, una verdadera aristocracia en la Administraci¨®n de Israel.
Aquellas heridas hist¨®ricas se reabrieron con dolor el pasado julio, cuando Arieh Deri, el hombre fuerte del Shas y responsable de su renovaci¨®n, fue condenado a tres a?os de prisi¨®n por los delitos de corrupci¨®n, fraude y abuso de confianza cometidos en los a?os ochenta, cuando se encontraba al frente del Ministerio del Interior y desvi¨® fondos oficiales para construirse una casa. El Gobierno laborista no lo perdon¨®. Deri ingres¨® en prisi¨®n en agosto.
El partido Shas, que hab¨ªa venido colaborando en los ¨²ltimos 15 a?os con todos los gobiernos de Israel, tanto laboristas como del Likud, est¨¢ girando hacia posiciones m¨¢s nacionalistas e intransigentes. Es una campa?a sin cuartel.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.