Quemados por el trabajo
Los profesionales de la sanidad y la ense?anza son los m¨¢s vulnerables al estr¨¦s ocupacional
El fen¨®meno del trabajador quemado empez¨® a estudiarse en Estados Unidos en los trabajadores que prestaban servicios humanos, especialmente en m¨¦dicos. Ahora, seg¨²n algunos autores estadounidenses, afecta aproximadamente al 10% de los m¨¦dicos. Pero no son los ¨²nicos afectados: les siguen muy de cerca el personal de enfermer¨ªa, maestros y profesores, bomberos, trabajadores sociales, personal de equipos de rescate...
Son los 'empleados de cuello blanco', como los designa Francisco Alonso-Fern¨¢ndez, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, en su libro Psicopatolog¨ªa del trabajo: 'Son los que desarrollan una actividad intermedia entre los trabajos intelectuales y los manuales. Son trabajadores en permanente contacto con los dem¨¢s, agobiados por las demandas del p¨²blico y controlados por la direcci¨®n'.
Fue en 1974, cuando el psiquiatra Herbert Freudenberger, que atend¨ªa a toxic¨®manos en un hospital de Nueva York, empez¨® a observar c¨®mo muchos de sus compa?eros, j¨®venes e idealistas, al cabo del a?o de trabajo sufr¨ªan una gran desmotivaci¨®n y una progresiva p¨¦rdida de energ¨ªa hasta llegar al agotamiento, as¨ª como s¨ªntomas de ansiedad y depresi¨®n. Lo denomin¨® el s¨ªndrome del quemado (burnout sydrome, seg¨²n la expresi¨®n original en ingl¨¦s), terminolog¨ªa que dos a?os despu¨¦s acu?¨® la psic¨®loga social Christine Maslach y que utilizaban de forma coloquial los abogados californianos para describir el proceso gradual de p¨¦rdida de responsabilidad profesional y desinter¨¦s c¨ªnico entre sus colegas.
Trastorno de adaptaci¨®n
Seg¨²n Alonso-Fern¨¢ndez, el trabajor quemado sufre un s¨ªndrome de agotamiento profesional, que se estudia dentro de los trastornos de adaptaci¨®n, y en el que confluyen factores de personalidad y factores ambientales. Prefiere hacer extensivo este cuadro a todas las profesiones, aunque unas tengan muchos m¨¢s riesgo que otras.
As¨ª, seg¨²n el tipo de estr¨¦s que genere la ocupaci¨®n laboral, establece una clasificaci¨®n de los trabajadores quemados: estr¨¦s de la competitividad (afecta principalmente a empresarios, directivos); de la creatividad (propio de escritores, artistas, investigadores); de la responsabilidad y entrega (m¨¦dicos, enfermeras); de las relaciones (servicios en contacto directo con las personas: profesores, funcionarios, vendedores); de la prisa (periodistas); de la expectativa (servidores del orden); del miedo (trabajadores de alto riesgo, fuerzas del orden) y del aburrimiento (trabajos parcelarios, mec¨¢nicos, rutinarios y mon¨®tonos).
'Existen adem¨¢s otros estresores o agentes determinantes del estr¨¦s: organizaci¨®n autoritaria y alienante, desplazamiento penoso del hogar al trabajo, inseguridad laboral, temor a perder el empleo, preocupaci¨®n econ¨®mica... Todo ello configura un entramado de fen¨®menos que dan lugar a un trastorno adaptativo cr¨®nico, que a menudo acaba en una depresi¨®n con unas caractar¨ªsticas muy definidas. Es una depresi¨®n an¨¦rgica, en la que no se da un humor depresivo, pero s¨ª una falta de ilusi¨®n y de motivaci¨®n y un agotamiento f¨ªsico y mental que no desaparece con el descanso', explica este especialista en psiquiatr¨ªa.
Jos¨¦ Carlos Mingote, psiquiatra del hospital Doce de Octubre de Madrid, es de la opini¨®n que la expresi¨®n trabajador quemado ha tenido una gran aceptaci¨®n y se ha acogido como una terminolog¨ªa 'descriptiva y poco estigmatizadora, al contrario de lo que suelen ser para la poblaci¨®n general los diagn¨®sticos psiqui¨¢tricos'. Mingote, que ha estudiado este s¨ªndrome en los pa¨ªses sajones y que ha realizado un estudio sobre satisfacci¨®n, estr¨¦s laboral y calidad de vida en el personal m¨¦dico de su hospital, sostiene que hay diferentes estresores inherentes al trabajo cl¨ªnico, como son los derivados de 'la confrontaci¨®n con el sufrimiento humano, la enfermedad, la invalidez y la muerte, el trato a pacientes dif¨ªciles y no colaboradores y el manejo de informaci¨®n con mensajes de dolor, que van conformando un trabajo emocional a?adido al instrumental'.
En el trabajo de Mingote se aprecia que los m¨¦dicos que est¨¢n en contacto con los pacientes tienen m¨¢s estr¨¦s laboral que los que trabajan en servicios centrales sin contacto directo con los enfermos. Tambi¨¦n este an¨¢lisis revela que la calidad de vida de los m¨¦dicos es peor que la de la poblaci¨®n general espa?ola media. Por sexos, aunque no se hallan diferencias en cuanto a satisfacci¨®n en el trabajo, s¨ª se observa que las mujeres m¨¦dicos tienen significativamente menor n¨²mero de hijos que sus colegas varones, casados con mujeres que no suelen ser m¨¦dicos.
Presi¨®n psicol¨®gica
Un editorial publicado, en 1994, en la revista cient¨ªfica The Lancet destacaba que los m¨¦dicos presentan un riesgo doble de suicidio respecto a la poblaci¨®n general, porque tienen una presi¨®n psicol¨®gica superior a la de otros profesionales de igual nivel ocupacional.
De acuerdo con Rosa Sender, profesora titular de Psiquiatr¨ªa de la Universidad de Barcelona, el s¨ªndrome del quemado se asienta preferentemente sobre 'una personalidad perfeccionista, con un alto grado de autoexigencia, idealista y con una gran tendencia a implicarse en el trabajo'.
Desde hace poco m¨¢s de 10 a?os el s¨ªndrome del desgaste profesional es objeto de debate en los foros cient¨ªficos de psiquiatr¨ªa, seg¨²n Jos¨¦ Luis Caballero, especialista del servicio de Psiquiatr¨ªa del hospital Puerta de Hierro de Madrid. 'Precisamente', apunta, 'porque el personal m¨¦dico, como el docente, es especialmente vulnerable a este trastorno de adaptaci¨®n'.
A juicio de Caballero, hay adem¨¢s especialidades m¨¢s duras que otras, como 'la oncolog¨ªa, que siempre est¨¢ en contacto con el dolor y la muerte'. Pero este especialista considera que las decepciones y desilusiones en el trabajo deben irse 'reciclando y adaptando a un estilo de vida en el que las expectivas no superen la realidad, puesto que, de lo contrario, el punto final es la depresi¨®n'.
Porque, seg¨²n indica, el sujeto que se siente desgastado profesionalmente 'tiende a neurotizarse, a rumiar constantemente su problema y se lo lleva a todas partes, por lo que nunca desconecta'. As¨ª, su vida gira alrededor del trabajo y de la profunda insatisfacci¨®n que le produce. Aparece entonces bajo rendimiento, desinter¨¦s, falta de iniciativa, p¨¦rdida de ilusiones por promocionarse y desmotivaci¨®n.
A tenor de lo que recomiendan los expertos, cuando este cuadro adaptativo interfiere de lleno en la vida cotidiana no s¨®lo laboral, sino tambi¨¦n familiar y social, es preciso consultar a un especialista.
Maldici¨®n b¨ªblica
'...Maldito sea el suelo por tu causa: / con fatiga sacar¨¢s de ¨¦l el alimento / todos los d¨ªas de tu vida', reza el G¨¦nesis. Esta maldici¨®n b¨ªblica de tener que ganarse el pan con el sudor de la frente, que Dios profiri¨® contra Ad¨¢n, se ha extendido a toda la humanidad. Incluso el t¨¦rmino espa?ol trabajo procede de la palabra latina tripalium, que era un instrumento de tortura compuesto por tres estacas. 'El trabajo ha pasado de ser una tarea a cargo de esclavos y menesterosos a convertirse en uno de los ejes de nuestra vida, de manera que para desarrollarse hoy como persona es fundamental disponer de una actividad laboral, que adem¨¢s proporciona capacidad econ¨®mica, algo indispensable para la independencia y la libertad', afirma Francisco Alonso-Fern¨¢ndez, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid. Si, como recuerda este especialista en una revisi¨®n hist¨®rica, el trabajo en la Edad Media era algo deleznable, que 'todos hac¨ªan lo imposible por eludir', con la Reforma protestante, a finales del siglo XVI, pas¨® a ser algo honroso. No obstante, seg¨²n Alonso-Fern¨¢ndez, uno de los pa¨ªses que sigui¨® oponiendo m¨¢s resistencia a la introducci¨®n del trabajo en la cultura occidental fue Espa?a, que en el siglo XVII 'ocupaba una posici¨®n privilegiada para desarrollarse como pa¨ªs sin necesidad de universalizar esta pr¨¢ctica'. A juicio de este especialista, cuando el trabajo es alienante o no satisface las expectativas que se ponen en ¨¦l, se va fraguando un trabajador quemado y empieza a aparecer un cortejo de s¨ªntomas variados. Entre estos s¨ªntomas, Jer¨®nimo Saiz, jefe de Psiquiatr¨ªa del hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid, describe: irritabilidad, agresividad, labilidad emocional, inhibici¨®n del deseo sexual, alteraciones gastrointestinales, insomnio, cefaleas, consumo o abuso de alcohol y otras drogas, y agotamiento. Incluso aumenta la presi¨®n arterial y pueden alterarse otros elementos f¨ªsicos como el colesterol, la glucemia o el ¨¢cido ¨²rico. 'Vivimos en una sociedad competitiva, que obliga a que cada vez nos exijamos m¨¢s a nosotros mismos; una sociedad con prisas, en la que parece que s¨®lo hay cabida para el trabajo, aunque sea fuente de insatisfacci¨®n, y no sabemos disfrutar del tiempo libre', advierte Saiz. En este sentido, Alonso-Fern¨¢ndez subraya que es de vital importancia saber llenar ese tiempo libre 'para encontrarnos con nosotros mismos y con los dem¨¢s'. En opini¨®n de este especialista, conviene tener 'aficiones que llenen la vida y tambi¨¦n diversiones que la alegren'. El abordaje del s¨ªndrome del quemado pasa necesariamente por un cambio de la propia actitud ante el trabajo y, en algunos casos, por el cambio de empleo. 'Puede ayudar mucho al paciente', dice Alonso-Fern¨¢ndez, 'una psicoterapia de apoyo ligera y una medicaci¨®n basada en psicorrelajantes y estimuladores de los sistemas dopamin¨¦rgico y noradren¨¦rgico para ayudar a restablecer la energ¨ªa. No conviene de ning¨²n modo actuar sobre el sistema serotonin¨¦rgico, que nos proporciona tranquilidad y sedaci¨®n'.
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