Educaci¨®n y vida
Ellos han matado a un cocinero. Un acto dif¨ªcil y de valor extremo. Hace muchos a?os mataron a un presidente del Gobierno y algunos pensaron que hab¨ªa una raz¨®n. Despu¨¦s mataron a militares de uniforme. Por algo ser¨ªa, se dec¨ªa. Asesinaron a militares sin uniforne. As¨ª diferencian a la persona de la instituci¨®n, o¨ª en cierta ocasi¨®n. Nunca matar¨¢n a un polic¨ªa vasco, nunca matar¨¢n a un pol¨ªtico vasco, nunca matar¨¢n a un civil. Uno tras otro fueron cayendo. Por el camino, cad¨¢veres de mujeres y ni?os. Da?os colaterales, seg¨²n eufemismo actual. Anteayer mataron a un m¨¦dico; ayer, a un fontanero. Ahora han matado a un cocinero. Ma?ana te matar¨¢n a ti, a tu mujer o a tu hijo. S¨®lo la reflexi¨®n puede detener la matanza. El respeto a la libertad y a la vida es innegociable y estos principios deben ser inculcados a los ciudadanos desde el momento de su nacimiento. ?Se lo has ense?ado ya a tu hijo? Su educaci¨®n es tu herencia. El futuro en paz depender¨¢ de ¨¦l y de sus iguales.
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