?Qui¨¦n pagar¨¢ la crisis de las 'vacas locas'?
El Gobierno gastar¨¢ 60.000 millones en indemnizaciones y an¨¢lisis en los pr¨®ximos seis meses
Desde finales de diciembre, los consumidores est¨¢n pagando un 6,7% m¨¢s por el pollo; un 3% m¨¢s por el cerdo y un 5% m¨¢s por el cordero. Es la primera consecuencia directa de la crisis de las vacas locas para el bolsillo. El precio de la carne de vacuno, sin embargo, no ha bajado en el mercado minorista, pese a haberse 'desplomado' en origen, en palabras del subsecretario de Agricultura, Manuel Ledesma. 'Pero bajar¨¢', augura. Sobre todo si la demanda -un 50% menor en estos momentos- persiste en alejarse de las carnicer¨ªas.
La segunda consecuencia directa para el ciudadano puede ser una tasa sobre la carne, como ya hacen los franceses. Es una de las posibilidades barajadas en estos momentos por Agricultura. 'El consumidor europeo lo que compra es seguridad y calidad, y eso cuesta dinero', apunta Ledesma. La crisis, que apenas acaba de empezar, amenaza con desbordar las arcas; ha convertido al Estado en el principal comprador de carne. En toda su cadena: desde la dehesa a la mesa. 'Hay que buscar un sistema que se autofinancie. No se puede cargar al erario p¨²blico el funcionamiento del mercado. No hay a¨²n nada decidido, pero se est¨¢n buscando f¨®rmulas como sistemas de aseguramiento, tasas o modificaciones fiscales del sector', dice Ledesma. '?sta es una crisis gestionable y a medio plazo va a generar una reordenaci¨®n del sector', agrega.
Primeros 60.000 millones
Aunque no se percibe, el ciudadano ya est¨¢ pagando. El erario p¨²blico, que somos todos, puede gastar en los pr¨®ximos seis meses unos 60.000 millones de pesetas, calcula Ledesma, en el primer embate contra las vacas locas. Comprar¨¢ las reses mayores de 30 meses que antes iban al mercado; pagar¨¢ una destrucci¨®n que hasta ahora se hac¨ªa por degradaci¨®n natural en el campo; adquirir¨¢ las harinas c¨¢rnicas que hasta hace un mes alimentaban a otros animales; pagar¨¢ 503.803 tests a raz¨®n de 5.000 pesetas cada uno, para analizar las vacas de consumo; invertir¨¢ 11.000 millones de pesetas en adquirir carne y congelarla para evitar el desplome del mercado. Finalmente, se har¨¢ cargo de los piensos animales que llevan en su composici¨®n las harinas prohibidas. ?Hasta cu¨¢ndo? De momento, 12 vacas enfermas confirmadas se han llevado por delante a otras 400 de sus propios reba?os, confirma Ledesma. El Reino Unido tuvo que invertir 1,2 billones de pesetas hasta mantener la epidemia bovina bajo control, que no erradicarla.
Parte de este dinero, en algunas partidas hasta el 70%, vendr¨¢ de la Comisi¨®n Europea, cuyo presupuesto no es chicle como acaba de recordar la comisaria Michaele Schreyer. 'El margen de maniobra ha quedado agotado', dijo el mi¨¦rcoles al presentar los 971 millones de euros (161.000 millones de pesetas) aprobados para atajar la crisis este a?o. El comisario de Agricultura, Franz Fischler, calcul¨® que ser¨¢n necesarios 3.000 millones de euros (medio bill¨®n de pesetas). Seg¨²n esto, faltan m¨¢s de 2.000 para afrontar lo que algunas autoridades comunitarias ya han calificado como la peor crisis agr¨ªcola en la historia de la Europa com¨²n.
El problema, en principio de salud p¨²blica y animal, comporta, adem¨¢s, un importante efecto econ¨®mico en cascada en la industria c¨¢rnica. La cadena, perfectamente ensamblada y hasta ahora autosuficiente, empieza por los ganaderos. Todas las asociaciones, unidas, en plataforma, se manifestar¨¢n el d¨ªa 8 en Madrid para pedir m¨¢s ayudas oficiales. De entrada calculan que han perdido unas 175 pesetas por kilo en sus ventas al matadero. Multiplicando por las 670.000 toneladas que saca el sector al mercado cada mes, la cuenta de p¨¦rdidas suma 21.000 millones de pesetas en los 60 d¨ªas de crisis, seg¨²n Domingo Palos, responsable de la asociaci¨®n Asovac.
El siguiente eslab¨®n: mataderos, salas de despiece e industrias de transformaci¨®n c¨¢rnica recibe por los dos frentes. Si no entra carne, se paraliza la actividad, y si no se consume, tambi¨¦n. Seg¨²n el subsecretario de Agricultura, el sacrificio de reses en matadero era la semana pasada un 48% menos que la misma fecha el a?o anterior. Como sonsecuencia, dice Fernando Pascual, responsable de Asocarne, 'se ve ya en las solicitudes de regulaci¨®n de empleo en las empresas. Estamos negociando con los sindicatos un acuerdo marco que regule las condiciones en las que se har¨¢n estos expedientes de regulaci¨®n de empleo', adelanta Pascual.
Los fabricantes de harinas c¨¢rnicas, prohibidas para la alimentaci¨®n animal durante seis meses, de momento sobrevive. El Estado est¨¢ comprando su producci¨®n. De no hacerlo, s¨®lo este eslab¨®n podr¨ªa haber paralizado toda la cadena, al no recoger los miles de toneladas de despojos que genera cada d¨ªa la actividad del sacrificio.
El ¨²ltimo eslab¨®n, los carniceros, aguantan el flagelo diario de cara al p¨²blico viendo temblar su econom¨ªa familiar, explica Jos¨¦ Moya, presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Detallistas de la Carne (Fedecarne), que agrupa a 47.000 carnicer¨ªas en toda Espa?a. 'Los costes son fijos y el producto perecedero', recuerda. 'Las carnicer¨ªas son empresas de reducida dimensi¨®n, la mayor¨ªa familiares. Son el proyecto de vida de cada empresario. Nosotros no podemos acogernos a expedientes de regulaci¨®n de empleo. Si esto sigue as¨ª, algunas tendr¨¢n que cerrar. La situaci¨®n es tremenda'.
Los efectos econ¨®micos de la crisis -y de momento s¨®lo hay confirmadas 12 reses enfermas en Espa?a- son inabarcables. La exportaci¨®n se resinti¨® al principio con Rusia, reconoce el subsecretario de Agricultura y en estos momentos hay serios problemas con pa¨ªses del centro y este europeo.
Todo se va a notar pronto en la inflaci¨®n. Manuel Ledesma no lo descarta. 'El sector agroalimentario ya ha sido en 2000 inflacionista frente al a?o anterior'. Pronto el consumidor ver¨¢ que las vacas locas, adem¨¢s de aterrorizar, cuestan caras.
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