De un hallazgo
En EL PA?S, edici¨®n de Madrid, del s¨¢bado 27 de enero de 2001 aparece un art¨ªculo sobre el hallazgo en la iglesia de Fresno del Torote del f¨¦retro de don Juan Hurtado de Mendoza.
Aunque el autor ya indica la complicacion de seguir la pista a los miembros de esta dinast¨ªa espa?ola (no s¨®lo por la combinaci¨®n de apellidos, sino por tener varias personas diferentes de distintas ramas de la familia el mismo nombre en la misma ¨¦poca), creo que se han cometido tres errores grandes (y alguno m¨¢s de poca monta), a pesar del esfuerzo del periodista en digerir la complicada genealog¨ªa mendocina.
1. Si en la documentacion del sarc¨®fago queda claramente establecido que all¨ª est¨¢ don Juan Hurtado de Mendoza, se?or de Fresno del Torote, ¨¦ste no pudo apellidarse Mendoza y Luna, pues Luna s¨®lo se apellidaron los descendientes del segundo duque del Infantado (nieto por primogenitura del famoso marqu¨¦s de Santillana), que se cas¨® con su prima Mar¨ªa de Luna, hija del condestable y valido de Juan II.
Los se?ores de Fresno del Torote fueron los descendientes del sexto hijo del marqu¨¦s de Santillana, Juan Hurtado de Mendoza, que hered¨® esta villa. El primog¨¦nito de este Juan se llam¨® tambi¨¦n Juan Hurtado de Mendoza (segundo se?or de Fresno del Torote), as¨ª como el tercer, cuarto y quinto se?ores del Fresno. S¨®lo vari¨® el apellido materno tras el nombre com¨²n de Juan Hurtado de Mendoza, y ning¨²n apellido fue Luna.
2. El siguiente error es suponer cl¨¦rigo al fallecido (claramente tuvo descendencia leg¨ªtima por lo antes expuesto) y confundirle con uno de los confesores del emperador Carlos V. Tendr¨ªa que profundizar en la bibliograf¨ªa para dar m¨¢s detalles y s¨®lo aburrir¨ªa al lector.
3. Parte de la ascendencia de la rama de los duques del Infantado (incluyendo el citado marqu¨¦s de Santillana) fue enterrada en el pante¨®n familiar que estos duques tuvieron bajo la iglesia de San Francisco de Guadalajara. Saqueada durante la invasi¨®n napole¨®nica y convertida en cuartel desde la primera guerra carlista, la iglesia perdi¨® su funci¨®n y en el siglo XIX el riqu¨ªsimo duque de Osuna (descendiente del legado de los Mendoza duques del Infantado y de los pr¨ªncipes de ?boli, quienes eran asimismo duques de Pastrana) llev¨® los restos mezclados, y sin saber realmente a qui¨¦n corresponde cada hueso, hasta la colegiata de Pastrana (Guadalajara), y all¨ª est¨¢n en este momento todos ellos, junto a los de la famosa princesa de ?boli y su marido. Ni la iglesia de San Francisco ni la colegiata de Pastrana pertenecen a los herederos de aquellos Mendoza.
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