El nuevo primer ministro se enfrentar¨¢ a un Parlamento fraccionado y sin mayor¨ªas
La C¨¢mara, constituida tras las elecciones generales de 1999, est¨¢ formada por representantes de 12 partidos y tres coaliciones: Un Israel, bajo cuyo paraguas se cobijan los laboristas, y dos plataformas m¨¢s, la Alianza Nacional Democr¨¢tica (de signo nacionalista de derechas) y la Lista ?rabe Unida (constituida por israel¨ªes de origen ¨¢rabe). La fragilidad de la C¨¢mara es patente si se tiene en cuenta que s¨®lo cuatro de estas formaciones -Un Israel, Likud, Shas y Meretz- disponen de 10 o m¨¢s parlamentarios. El resto de los partidos constituye un peque?o microcosmos de fuerzas antag¨®nicas que aparentemente podr¨ªan agruparse en cuatro familias -religiosos, laicos, ¨¢rabes y rusos-, pero que en realidad son incapaces de aliarse entre s¨ª teniendo en cuenta sus intereses naturales y prefieren alquilarse o venderse en solitario a las organizaciones hegem¨®nicas. Todo ello supone un mercado permanentemente abierto en el que se vocea sin descanso y donde cada voto tiene un precio y cada apoyo una contrapartida.
Sharon, virtual futuro primer ministro de Israel, ha hecho ya sus c¨¢lculos parlamentarios: necesita un Gobierno de coalici¨®n o de unidad nacional con el que constituir un Gabinete y obtener de la C¨¢mara los 61 votos imprescindibles para su investidura y con los que enfrentarse antes del 31 de marzo a una prueba de fuego, la aprobaci¨®n de la Ley de Presupuestos. Los arquitectos pol¨ªticos de la formaci¨®n nacionalista esperan formar un colch¨®n b¨¢sico de entre 58 y 63 esca?os constituido por los tres partidos religiosos (Shas, Unidad de la Tor¨¢ y Juda¨ªsmo y Partido Nacional Religioso), los dos de emigrantes rusos (Israel Ba'aliya e Israel Beituna) y los nacionalistas de Unidad Nacional, a los que pretende sumar el apoyo de tres diputados del desahuciado Partido de Centro (Roni Milo, Dan Meridor e Isaac Mordejai) y de los hermanos David y Maxim Levy, tr¨¢nsfugas de la coalici¨®n de Barak.
El partido nacionalista Likud ambiciona adem¨¢s, en una segunda etapa y una vez lograda una mayor¨ªa, desalojar de la presidencia del Parlamento a Abraham Burg, un diputado laborista con ambiciones dentro de su partido que para los hombres de Sharon supone un elemento inc¨®modo a la hora de controlar la C¨¢mara. Los estrategas del Likud se plantean ya una batalla frontal contra Burg, al que tratan de desalojar por la fuerza, a pesar de que su mandato va unido al de la vida de la C¨¢mara. En caso de resistencia, los servicios jur¨ªdicos del Likud tienen ya dise?ado un proyecto de ley, que aprobar¨ªan con facilidad, por el que se modificar¨ªa la reglamentacion referida al nombramiento del presidente del legislativo para colocar a continuaci¨®n a un hombre de su confianza. La batalla del Likud por el control del Parlamento concluir¨¢ con una tercera ofensiva, con la que se intentara desalojar de las comisiones claves parlamentarias (Defensa e Interior, entre otras) a los representantes laboristas para controlar as¨ª la marcha de la vida parlamentaria. En total, los laboristas controlan 8 de las 15 comisiones existentes.
'La triple ofensiva del Likud por el control del Parlamento supone una prueba de respeto y pragmatismo pol¨ªtico hacia la C¨¢mara, algo que el Gobierno actual del primer ministro Barak obvi¨® desde un primer momento de su llegada al poder, lo que aceler¨® su deterioro y ha acabado provocando su ca¨ªda; una lecci¨®n que Sharon no est¨¢ dispuesto a olvidar', se dice en c¨ªrculos pol¨ªticos de Jerusal¨¦n.
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