La llegada del Likud al poder volver¨¢ a bloquear las negociaciones para lograr la paz
Israel¨ªes y palestinos se colocaron hace poco menos de una semana a las puertas de la paz, gracias a unas negociaciones maratonianas que tuvieron como escenario la localidad egipcia de Taba, a orillas del mar Rojo. En ese enclave, devuelto a Egipto por Israel en 1989, los dos equipos negociadores abordaron, con 'absoluta sinceridad y valent¨ªa', seg¨²n concedieron ambos, los puntos m¨¢s cr¨ªticos de un contecioso que dura m¨¢s de medio siglo. Aunque los puntos de coincidiencia no han sido difundidos, todo hace suponer que las dos partes han llegado a ciertos acuerdos con respecto a tres puntos capitales: la divisi¨®n de Jerusal¨¦n, el trazado de las fronteras y la devoluci¨®n de los territorios y el abandono de algunos asentamientos.
Las ¨²ltimas ofertas del Gobierno laborista a los palestinos dejan entrever la posibilidad de establecer una divisi¨®n de Jerusal¨¦n que garantice al menos control administrativo palestino sobre la Explanada de las Mezquitas; la transferencia del 95% de Cisjordania; el cierre de los asentamientos aislados, los considerados de contenido 'ideol¨®gico'; la formaci¨®n de tres grandes bloques de colonias que faciliten la continuidad territorial de las zonas aut¨®nomas, y el desmantelamiento definitivo de las colonias de Gaza. Permanecen bloqueadas las negociaciones relativas al retorno de los refugiados.
Todos estos principios de acuerdo amenazan con convertirse en papel mojado si el nuevo primer ministro de Israel, Ariel Sharon, consigue poner en marcha su 'nuevo proyecto de paz', estableciendo asimismo su propia din¨¢mica de negociaci¨®n, seg¨²n unas nuevas reglas, la primera y m¨¢s importante de las cuales es la negativa a hablar mientras contin¨²e la Intifada. Pero es que adem¨¢s Sharon se plantea alargar las fases interinas y hacer s¨®lo concesiones puntuales a cambio de muestras claras de docilidad y sumisi¨®n palestina.
En el terreno de las concesiones concretas, el l¨ªder conservador ha anunciado ya su intenci¨®n de mantener la unidad de Jerusal¨¦n bajo la soberan¨ªa de Israel, devolver como m¨¢ximo un 42% del territorio de Cisjordania (lo que ya est¨¢ bajo control de la Autoridad Palestina), mantener todos los asentamientos de Cisjordania y Gaza, incluido el pol¨¦mico de Gus Jativ, escenario de continuos enfrentamientos, y, desde luego, oponerse a cualquier retorno de refugiados, incluidos los que podr¨ªan albergarse en una zona del desierto del Neguev que Israel entregar¨ªa a cambio del 5% de Cisjordania que va a mantener bajo su soberan¨ªa.
'Aunque los acuerdos m¨ªnimos pactados recientemente entre israel¨ªes y palestinos no fueran ciertos y se trataran de una campa?a de propaganda electoral, con la que Ehud Barak intentara redactar un programa de cara a las elecciones celebradas ayer en Israel, lo que parece cierto es que ha habido un avance en las formas ya que se est¨¢ abordando la divisi¨®n de Jerusal¨¦n, el desmantelamiento de los asentamientos y la devoluci¨®n completa de Gaza a los palestinos', se insiste en c¨ªrculos diplom¨¢ticos europeos, tratando de defender los proyectos de paz de Barak, pero reconociendo al mismo tiempo que el actual Gobierno laborista ha sido hasta ahora el ¨²nico que no ha devuelto un solo cent¨ªmetro de tierra a los palestinos y que los ¨²ltimos repliegues se hicieron bajo el Gobierno conservador de Benjam¨ªn Netanyahu.
En perfecta sinton¨ªa con estas valoraciones de la diplomacia occidental, los sectores radicales palestinos, entre otros los integristas de Ham¨¢s, han acogido la victoria nacionalista de Sharon con satisfacci¨®n, ya que, en su opini¨®n, as¨ª quedar¨¢ 'desvelada la imagen real de sionismo: no hay tanta diferencia con Barak'.
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