Esperando a Sirven
El multimillonario esc¨¢ndalo Elf-Aquitaine, que est¨¢ poniendo focos y apellidos ilustres al arrogante abuso de poder del mitterrandismo, promete nuevas cotas de inter¨¦s tras la captura y devoluci¨®n a Par¨ªs de Alfred Sirven, personaje central de la trama. La justicia francesa ha suspendido hasta marzo el juicio en el que comparece, entre otros acusados, Roland Dumas, ex presidente del Consejo Constitucional, para dar tiempo a que Sirven prepare su defensa. El antiguo n¨²mero dos de la petrolera francesa cuando ¨¦sta era estatal, fugado durante m¨¢s de tres a?os, apresado en Filipinas y entregado por Alemania tras una extradici¨®n simplificada, es presumiblemente quien m¨¢s sabe sobre la malversaci¨®n de m¨¢s de 40.000 millones de pesetas de dinero p¨²blico. Desfalcos, sobornos y comisiones descubiertos despu¨¦s de que la petrolera fuera privatizada en 1993.
Sirven, cuyo nombre aparece miles de veces en los sumarios Elf, ha sido juzgado en ausencia durante las ¨²ltimas semanas junto con otras seis personas, entre ellas Dumas y su ex amante. Casi todos le han acusado de ser el responsable de los delitos que se les imputan. Los jueces necesitan a este hombre -el prisionero en mayor peligro de Francia, dada la madeja del dinero il¨ªcito, con beneficiarios de la izquierda y la derecha- para hacer luz en una bater¨ªa de casos de presunta corrupci¨®n que abarcan desde Venezuela a Oriente Pr¨®ximo y de ?frica a Europa.
Se desconoce todav¨ªa si Alfred Sirven, de 74 a?os y salud delicada, optar¨¢ por hacer un pacto con la justicia o por detallar p¨²blicamente esos nombres y fechas de los que alardea como suficientes para tumbar 20 veces a la Rep¨²blica Francesa. En cualquier caso, parece improbable que sus revelaciones tengan un impacto pol¨ªtico serio en el actual Gobierno socialista. Lionel Jospin, cuyo primer ministro de Finanzas, Strauss-Khan, ha sido la v¨ªctima m¨¢s prominente vinculada indirectamente a los dineros de Elf, ya puso cuidado al asumir el poder en 1997 en distanciarse expl¨ªcitamente de la corrupci¨®n de la era Mitterrand.
Si en Francia el caso Elf suscita pasiones, sus implicaciones pol¨ªticas alcanzan tambi¨¦n a otros pa¨ªses europeos. Como Alemania, donde, en su breve detenci¨®n, Sirven no ha soltado prenda acerca de la eventual financiaci¨®n del partido del ex canciller Kohl mediante la compra en los noventa de la refiner¨ªa Leuna. O en Espa?a, donde todav¨ªa ha de hacerse totalmente la luz sobre la venta en 1991 de Ertoil al consorcio galo. Por la promesa de esclarecimiento sobre todo ello, y por lo que representa de posible catarsis sobre una funesta manera de hacer pol¨ªtica, la vuelta a casa del fugitivo debe ser bienvenida.
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