F¨²tbol de pasaporte
El f¨²tbol espa?ol ha reaccionado lentamente a las noticias que llegan desde Italia y Francia, donde la justicia investiga lo que parece un amplio fraude en los pasaportes de numerosos jugadores. Procedentes en su mayor¨ªa de Brasil o Argentina, han presentado documentaci¨®n que les permite integrarse en las ligas europeas como jugadores comunitarios. Ello les concede, en virtud de la sentencia Bosman, no ocupar plaza de extranjero. Este simple dato supone grandes ventajas para los futbolistas, que multiplican inmediatamente su valor en el mercado, pero tambi¨¦n para los clubes, que esquivan las limitaciones en el cupo de extranjeros, y para los agentes, atentos a aprovechar las necesidades de los jugadores y los equipos.
Existen muy fundadas sospechas de la falsedad de muchos de los pasaportes de estos jugadores. En Italia se investiga a ocho clubes. Estrellas como el uruguayo Recoba (Inter) y el argentino Ver¨®n (Lazio) figuran entre los sospechosos de fraude. En Francia, las pesquisas afectan a 28 futbolistas y 11 clubes. No es dif¨ªcil pensar en una amplia trama econ¨®mica alrededor de las presuntas ilegalidades que se est¨¢n cometiendo. La marea del esc¨¢ndalo llega ahora a Espa?a, donde la federaci¨®n ha exigido a los clubes la verificaci¨®n de los pasaportes de los jugadores que han obtenido la condici¨®n de comunitarios. Aunque hasta el momento no se ha descubierto ning¨²n pasaporte falso, algunos s¨ªntomas obligan a pensar que nuestra Liga no es ajena al fraude. Con una consideraci¨®n a?adida: el f¨²tbol espa?ol ha sido demasiado permisivo con las actuaciones irregulares. Es el caso de las grav¨ªsimas deudas de los clubes, la utilizaci¨®n de contratos de imagen para salvar las obligaciones con el fisco o el incumplimiento de normativas que deber¨ªan haber llevado a alg¨²n equipo a Segunda Divisi¨®n.
En el caso de los pasaportes falsos, se debe extremar la vigilancia por dos motivos. Para cumplir las leyes y para preservar el principio de igualdad en el deporte. Como en el dopaje, nadie puede sacar ventaja de la ilegalidad frente a aquellos que se ajustan a la norma. Otra cuesti¨®n es el peligro que se deriva de la segregaci¨®n de los deportistas extracomunitarios frente a los comunitarios y la consiguiente aparici¨®n de un mercado que hace negocio del fraude. ?No ser¨ªa preferible acabar con esa distinci¨®n?
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