El riesgo de invertir en el extranjero
Asia y Latinoam¨¦rica siguen siendo los continentes que despiertan m¨¢s dudas
Francia mantiene una balanza comercial favorable desde 1992. El primer pa¨ªs comprador de nuestros vecinos es Alemania -Espa?a figura en tercer lugar- mientras que los franceses se aprovisionan en Alemania, Italia, Estados Unidos, Reino Unido, B¨¦lgica, Espa?a, Holanda, Jap¨®n, China y Suiza. Para vigilar la buena marcha de ese comercio internacional existe la Coface (Compagnie Fran?aise d'Assurances pour le Commerce Ext¨¦rieur), un organismo que asegura los riesgos corridos por las empresas francesas en sus planes de desarrollo internacionales, ya sea protegiendo sus mercanc¨ªas de eventuales impagados, ya sea interveniendo en operaciones de inversi¨®n en el extranjero. La Coface mantiene informados a los empresarios de los peligros que corren cuando se aventuran a salir de sus fronteras y da notas a los pa¨ªses: A1 para los m¨¢s seguros, con gradaci¨®n hasta A4 para todos aquellos que se consideran fiables; de B a D para los m¨¢s peligrosos y s¨®lo aconsejables desde una ¨®ptica casi especulativa.
Pero la Coface tambi¨¦n clasifica a las empresas, a todas aquellas que aceptan figurar en su banco de datos, alimentado por muchas fuentes diversas, consultable a trav¨¦s del sitio Internet cofacerating.com. Las que se inscriben en ¨¦l pueden saber de las dem¨¢s, excepto de aquellas que prefieren mantener ocultos sus datos, un ocultamiento que sin duda se le antoja sospechoso a quien opta por una transparencia total. En la actualidad la Coface suministra datos de sociedades en 70 pa¨ªses distintos y clasifica y opina sobre la fiabilidad de 130 naciones.
Poco fiables
Asia y Am¨¦rica Latina son los dos continentes que m¨¢s dudas despiertan entre los inversores. La Coface propone un retrato de la situaci¨®n en los pa¨ªses de esos dos continentes, un retrato que es m¨¢s detallado cuando se refiere a aquellos que acostumbran a atraer a la inversi¨®n extranjera. En el caso de Asia el fantasma de la crisis financiera conocida entre 1997 y 1998 por los dragones de la regi¨®n sigue inquietando. Los cinco m¨¢s cuestionados -Tailandia, Corea, Indonesia, Malasia y Filipinas- debieran conocer este a?o un crecimiento del orden del 6,5%, algo inferior al 6,7% del 2000.
Para la Coface, en la zona asi¨¢tica, s¨®lo Australia -para el comercio Ocean¨ªa no existe- Hong Kong, Jap¨®n, Nueva Zelanda y Taiwan merecen la A1, Malasia, Singapur y Corea del Sur son dignas de la A2 y China y Tailandia figuran dentro de la A3. Bajo la denominaci¨®n A4 s¨®lo constan India y Filipinas. El resto del continente, de Bangladesh a Pakist¨¢n pasando por Vietnam, Indonesia o Papua, es poco fiable, una ruleta m¨¢s y m¨¢s arriesgada seg¨²n la guerra o la inestabilidad pol¨ªtica o econ¨®mica tengan una mayor presencia.
Para la Coface, Singapur y Taiwan vuelven a ser plazas seguras y Corea y Malasia parecen haber resuelto sus problemas financieros de manera adecuada, excluyendo de las cuentas bancarias las sociedades no fiables y recapitalizando los bancos con una importante inyecci¨®n de fondos p¨²blicos. En Tailandia e Indonesia no se ha procedido con id¨¦ntico rigor y de ah¨ª los mediocres resultados y la clasificaci¨®n. Pero los pr¨¦stamos demasiado arriesgados siguen siendo mayor¨ªa en las instituciones bancarias asi¨¢ticas -en Filipinas casi podr¨ªa decirse que son norma- y ¨¦stas, en su gran mayor¨ªa, prefieren seguir ese comportamiento que asumir el rigor que les exigen desde el Fondo Monetario Internacional (FMI). El rigor comportar¨ªa p¨¦rdidas, reducci¨®n de capital y venta de activos con inevitable irrupci¨®n de extranjeros. El nacionalismo no siempre basta para salvar la situaci¨®n. En Indonesia el Estado controla el 70% de los activos bancarios y no se decide a hacer limpieza. En Corea el 60% que est¨¢ en manos p¨²blicas se antoja m¨¢s saneado.
El caso de Am¨¦rica Latina es distinto. Ninguno de los pa¨ªses de la regi¨®n obtiene una aut¨¦ntica buena nota aunque Chile y Trinidad son naciones A3 y la Rep¨²blica Dominicana, M¨¦xico, Panam¨¢, Uruguay y una sorprendente Venezuela son A4, aunque esta ¨²ltima, debido a su dependencia del precio del petr¨®leo, tiene un crecimiento estructuralmente m¨¢s tambaleante. Argentina y Brasil inquietan, m¨¢s el primero que el segundo, pero la interdependencia de ambos gigantes fr¨¢giles es preocupante y de ah¨ª que sean naciones B. El megapr¨¦stamo del FMI a Argentina -40.000 millones de d¨®lares- garantiza un margen de maniobra gubernamental de entre cinco y seis trimestres pero 'no asegura que se vuelva a poner en marcha un crecimiento estructural'. Eso es especialmente grave en un momento en que la econom¨ªa de Estados Unidos muestra s¨ªntomas de cansancio. La econom¨ªa de Am¨¦rica Latina depende mucho m¨¢s del crecimiento exterior que de la demanda propia. La escasa liquidez de unas entidades financieras en un contexto de ahorro escaso tampoco contribuye a dar solidez a los atractivos de la zona. La paridad entre el peso y el d¨®lar no es aprobada por ning¨²n economista de la Coface y todos esperan saber la magnitud de una devaluaci¨®n del primero para pronunciarse sobre el alcance de las reformas estructurales que debiera acometer la Casa Rosada, a pesar de un clima pol¨ªtico y social agitado.
M¨¦xico se porta bien. El crecimiento vuelve a hacer acto de presencia pero en ese caso las notas de la Coface, que toman como referencia indicadores econ¨®micos de finales de noviembre pasado, no contemplan el par¨®n estadounidense y ese debiera ser determinante para un M¨¦xico que env¨ªa a su vecino del Norte el 85% de sus exportaciones. Los sobresaltos financieros en M¨¦xico no pueden pues descartarse. Si Brasil y Chile se han visto perjudicados, en el transcurso del 2000, por la ca¨ªda de los precios agr¨ªcolas, M¨¦xico y Venezuela han sido los principales beneficiarios del alza del crudo.
Obviedades y sorpresas
La Coface desaconseja aventurarse en los pa¨ªses con nota D pues en ellos reina 'un contexto econ¨®mico y pol¨ªtico que supone riesgo grave que acrecentar¨¢n comportamientos de pago ya execrables en l¨ªneas generales'. Cuba, Ecuador, la Guayana y Nicaragua son, seg¨²n la Coface, los 'malos pagadores' de latinoam¨¦rica. Hait¨ª y Jamaica, con una C, no parecen muchos m¨¢s fiables. El Per¨² post-Fujimori y la Colombia de la guerra civil interminable, la Guatemala o El Salvador reci¨¦n salidas de conflictos armados, inspiran la misma desconfianza que Argentina o Brasil, pero ah¨ª hay que leer las precisiones, pues en unos casos se subraya que la tendencia es a la mejora, en otras al empeoramiento o se escribe lo m¨¢s terrible, que el pa¨ªs est¨¢ sujeto a uncertains implications, es decir, que no se sabe que puede pasar. En Asia, la guerra o la inestabilidad pol¨ªtica pesan sobre una losa en los casos de Afganist¨¢n, Camboya, Mongolia, Corea del Norte y Pakist¨¢n, colistas los cinco con su D. En Europa, todos los pa¨ªses de la UE son A1 excepto Grecia e Italia, que constan como A2. Hay que ir hacia los antiguos pa¨ªses del Este, sobre todo hacia los que siguen estando bajo control ruso (Bielorusia, Armenia, Azerbaidjan...) para encontrar otras D. En ?frica son 12 los pa¨ªses en los que resulta dif¨ªcil cobrar y ninguno es clasificado A1. Botswana es A2 y la isla Mauricio y Namibia est¨¢n entre los A3. Marruecos, T¨²nez, Egipto, Swazilandia y Sur¨¢frica son A4.
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