Grande Rota
El Gobierno ha autorizado la ampliaci¨®n de las capacidades de la base aeronaval de Rota, tal como quer¨ªa EE UU. En principio no hay grandes objeciones que hacer a que la base espa?ola de utilizaci¨®n conjunta construya 16 aparcamientos para grandes aviones de transporte, como los Galaxy, y mejore los sistemas autom¨¢ticos de abastecimiento de combustible de los aviones en pista. Lo malo es la manera como lo ha hecho y las bazas que ha perdido con ello.
Como vergonzosamente y de tapadillo, Espa?a ha dado luz verde a EE UU para estas mejoras. Poco antes, Piqu¨¦ hab¨ªa firmado una declaraci¨®n conjunta con una Madeleine Albright a punto de cesar, pero no dijo nada del permiso respecto a Rota. Fue un desliz de un bolet¨ªn informativo del Ministerio de Defensa el que permiti¨® a los espa?oles enterarse de que el Gobierno hab¨ªa dado su autorizaci¨®n para que EE UU presentara al Comit¨¦ de Infraestructuras de la OTAN la petici¨®n para financiar estas mejoras, por valor de 125 millones de d¨®lares (22.500 millones de pesetas) en cinco a?os. No es que EE UU quiera esta financiaci¨®n de la OTAN, pero el Pent¨¢gono necesitaba ese documento para que el Congreso estadounidense aprobara la partida destinada a las obras en Rota.
Y aqu¨ª viene la, de momento, segunda verg¨¹enza en esta historia. Un pa¨ªs que se pretende grande, como Espa?a, ?necesita que Estados Unidos financie estas mejoras en lo que es una base espa?ola? Si tales mejoras, incluidas las que Espa?a quiere para el muelle, le interesan, son beneficiosas para las estrategias de Espa?a, y no solamente de EE UU, aunque sea ¨¦ste el principal usuario de estas mejoras, ser¨ªa pol¨ªticamente m¨¢s decente que lo pagara Espa?a. En todo caso tendr¨ªa que haber sido Espa?a la que hubiera presentado la solicitud de fondos de infraestructuras a la OTAN, y no Estados Unidos. Ahora se requiere algo m¨¢s que una explicaci¨®n. El Gobierno le ha dado a Washington lo que quer¨ªa y ha desaprovechado la oportunidad de, por ejemplo, resolver los problemas derivados de la situaci¨®n laboral de los trabajadores de Rota, un conflicto que se arrastra desde hace a?os.
La base se ha convertido en pieza esencial para Estados Unidos con vistas a posibles intervenciones en Europa, ?frica, Oriente Pr¨®ximo o incluso m¨¢s all¨¢. Al actuar como lo ha hecho, el Gobierno del PP lleva a Washington a olvidar la lecci¨®n que aprendi¨® cuando se negoci¨® el convenio y la consiguiente salida de Torrej¨®n: que los amigos hay que tom¨¢rselos en serio, y no necesariamente esperar de ellos que concedan todo lo que se les pide.
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