M¨¢s rastros de dinosaurios en Espa?a

El estudio de las huellas (icnitas) f¨®siles de dinosaurios es una de las ramas m¨¢s apasionantes de la paleontolog¨ªa ya que proporciona informaci¨®n sobre aspectos de comportamiento (locomoci¨®n, velocidad, gregarismo, etc¨¦tera) que han abierto una nueva dimensi¨®n en el conocimiento de los dinosaurios. Algunos yacimientos con icnitas de dinosaurios constituyen sobrecogedores museos al aire libre, donde el visitante puede disfrutar de una experiencia ¨²nica: no s¨®lo el hecho de contemplar las huellas sino tambi¨¦n el entorno sedimentario y el lugar preciso por donde estos animales imprimieron su sello.

Espa?a y, concretamente La Rioja, constituye una de las ¨¢reas mundiales m¨¢s afortunadas en este sentido. Hasta el momento, en esa zona se han catalogado m¨¢s de un centenar de afloramientos paleoicnol¨®gicos. El yacimiento m¨¢s significativo de todo el ¨¢rea est¨¢ situado en Cornago y se denomina Los Cayos. En este entorno trabaja el equipo de la Universidad Aut¨®noma de Madrid e Iberdrola desde principios de los a?os ochenta.

Ecosistemas

En Los Cayos se han encontrado cinco grandes afloramientos con icnitas de dinosaurios, as¨ª como numerosas impresiones aisladas, muchas de ellas muy bien conservadas, distribuidas por numerosos planos estratigr¨¢ficos del entorno. La zona brinda todav¨ªa m¨¢s sorpresas, ya que se pueden contemplar y admirar icnitas de tortugas, de pterosaurios (reptiles voladores) y tambi¨¦n algunas impresiones trid¨¢ctilas que probablemente fueron dejadas por peque?as aves. Aparecen tambi¨¦n numerosos f¨®siles de gaster¨®podos, bivalvos y restos vegetales que formaban parte de los ecosistemas donde viv¨ªan estas grandes poblaciones de dinosaurios.

En este entorno fue descubierto, en el verano de 1998, un nuevo nivel estratigr¨¢fico con icnitas trid¨¢ctilas de dinosaurios. El conjunto tiene 18 por 3 metros de extensi¨®n y en su superficie se pueden observar un total de 111 icnitas a las que hay que a?adir diversas impresiones difusas y algunas marcas aisladas de dedos. Existen seis rastros con un total de 35 huellas. Las icnitas de este afloramiento tienen un tama?o que ronda los 33-35 cent¨ªmetros de longitud. Sus caracter¨ªsticas (dedos largos y de terminaci¨®n acuminada, tal¨®n asim¨¦trico y elongado posteriormente, superficie plantar relativamente peque?a, dedo central en forma de V, as¨ª como otras variables e ¨ªndices morfom¨¦tricos) permiten atribuirlas a dinosaurios ter¨®podos carn¨ªvoros de media-gran talla, muy semejantes a la mayor parte de las icnitas del entorno circundante.

Todas las huellas del nuevo yacimiento presentan una morfolog¨ªa muy similar, por lo que deducimos que han sido producidas por animales semejantes. La excepci¨®n es un rastro de 16 icnitas mucho m¨¢s peque?as (20 cent¨ªmetros de longitud media) que el resto del conjunto del afloramiento. Este rastro es espectacular, con una longitud total de 12 metros y constituye sin duda el mejor ejemplo de un rastro de su talla en todo el registro europeo.

Lo primero que uno piensa al contemplarlo es que se trata de las impresiones de un dinosaurio ter¨®podo juvenil de las mismas caracter¨ªsticas que los productores de las restantes huellas. Pero ?se trata realmente de un juvenil o es, por el contrario, el rastro de un individuo adulto, de unos tres metros de longitud, de una especie distinta?

El problema no es f¨¢cil de resolver, aunque las huellas tienen varios caracteres que las diferencian del resto. Primero, presentan un dedo central muy largo y estrecho, con bordes paralelos, terminaci¨®n en forma de U, y una zona posterior muy estrecha (en las otras huellas los bordes son divergentes, la forma general del dedo es en V, y el ¨¢rea posterior del mismo es mucho m¨¢s ancha). Segundo, los dos dedos laterales, pese a ser m¨¢s cortos que el central, son mucho m¨¢s anchos y robustos (en las otras huellas estos dedos son algo m¨¢s estrechos).

Por ¨²ltimo, el tal¨®n carece de escotaduras, es decir, tiene una morfolog¨ªa general sim¨¦trica y en algunos casos, incluso, el borde externo (perteneciente al dedo IV) es m¨¢s c¨®ncavo que el interno (en las otras huellas siempre existe una escotadura, a veces muy pronunciada en el borde interno de la icnita -el correspondiente al dedo II- dando lugar a un tal¨®n asim¨¦trico). Si bien pudiera argumentarse que estas diferencias se pueden deber a cambios de forma durante el crecimiento; la cuant¨ªa y caracter¨ªsticas de las mismas sugieren que estamos ante un tipo distinto de icnita de dinosaurio.

En efecto, no existe en estas diferencias una clara tendencia a un cambio en el sentido estilizaci¨®n/robustez, como ser¨ªa esperable en un progresivo crecimento subadulto/adulto. El equipo investigador se encuentra actualmente en proceso de propuesta formal de un nuevo tax¨®n (en este caso icnotax¨®n) para este nuevo morfotipo icnol¨®gico.

Las investigaciones de las icnitas de dinosaruios que se realizan en La Rioja nos abren una ventana hacia un pasado remoto en el cual los paisajes, el clima, los animales y las plantas eran muy diferentes a los que podemos contemplar actualmente en los mismos parajes.

Joaqu¨ªn Moratalla y Jos¨¦ Luis Sanz son investigadores de la Unidad de Paleontolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, y Santiago Jim¨¦nez, de la Secci¨®n de Mineralog¨ªa y Paleontolog¨ªa de Iberdrola