Fujimori, acusado
La acusaci¨®n formal contra Alberto Fujimori de enriquecimiento il¨ªcito y malversaci¨®n de fondos p¨²blicos, anunciada ayer por la fiscal general, deber¨ªa abrir la puerta, una vez aprobada por el Congreso, a la supresi¨®n de la inmunidad del ex presidente peruano destituido. Fujimori ya fue 'incapacitado moralmente' por el Parlamento de su pa¨ªs tras refugiarse en Tokio a ra¨ªz de un viaje oficial en noviembre pasado.
Es m¨¢s que probable, sin embargo, que la nueva acusaci¨®n no afecte demasiado a un Fujimori a buen resguardo en el pa¨ªs de sus ancestros. El ex mandatario s¨®lo ha sido citado hasta ahora por una comisi¨®n parlamentaria que investiga al que fuera su mano derecha, Vladimiro Montesinos, y ha pedido que se le tome declaraci¨®n en la capital japonesa por motivos de seguridad. Pero el procedimiento judicial iniciado ayer, al que se suma la denuncia constitucional por abandono de la presidencia de la Rep¨²blica, s¨ª que puede contribuir a inyectar aire fresco en la enrarecida campa?a para las elecciones peruanas de abril.
Los pr¨®ximos comicios, que deber¨ªan tener como pivote la situaci¨®n decr¨¦pita de la econom¨ªa, se han convertido en realidad en un concurso televisado -los Vladiv¨ªdeos- para determinar qu¨¦ alto cargo peruano, presente o pasado, no ha sido contaminado por el masivo flujo de dinero il¨ªcito que el t¨¢ndem Fujimori-Montesinos puso en circulaci¨®n para comprar las voluntades de cada instituci¨®n de la naci¨®n andina. Incluso el ex presidente y aspirante Alan Garc¨ªa, que se consideraba inmune al esc¨¢ndalo por haber pasado fuera de Per¨² los a?os cruciales, ha visto c¨®mo un antiguo ministro suyo recib¨ªa un sustancioso cheque de manos del fact¨®tum Montesinos.
Las elecciones de abril, primeras en una d¨¦cada en las que no participar¨¢ Fujimori, son una prueba de fuego para la credibilidad de la nueva democracia peruana. Ya est¨¢n siendo una catarsis colectiva, con la ayuda de los m¨¢s de 2.000 v¨ªdeos en circulaci¨®n que ponen im¨¢genes casi a cada uno de los episodios de corrupci¨®n de un r¨¦gimen del que ya se ha olvidado cualquier contribuci¨®n que pudiera haber hecho para enderezar la econom¨ªa o combatir la guerrilla. Los peruanos, tras la convulsi¨®n del a?o pasado, s¨®lo son sensibles ahora a las manos limpias de sus pol¨ªticos. En ese contexto, la acusaci¨®n contra Fujimori por robo de dinero p¨²blico tiene un saludable efecto antis¨¦ptico.
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