El exilio interior de Julio Mariscal
Un libro recupera del olvido la poes¨ªa completa del escritor de Arcos de la Frontera
'Porque vivir el pueblo es algo oscuro / algo de ayer y un poco de ma?ana / pulpo de la tarde, c¨¢ncer del deseo...'. Son versos de Julio Mariscal, uno de los muchos poetas de la Generaci¨®n de los a?os cincuenta que con el tiempo se han visto eclipsados por el peso de autores como Jos¨¦ Hierro, Claudio Rodr¨ªguez, ?ngel Gonz¨¢lez o Jaime Gil de Biedma. Ahora, 24 a?os despu¨¦s de su muerte, la obra de Mariscal (Arcos de la Frontera, 1922-1977) vuelve a asomarse a los escaparates y anaqueles de las librer¨ªas gracias al trabajo del cr¨ªtico Juan de Dios Ruiz-Copete y el servicio de publicaciones de la Diputaci¨®n de C¨¢diz.
Julio Mariscal: el poeta y su obra es el t¨ªtulo del extenso volumen -casi 400 p¨¢ginas- en el que Ruiz-Copete se propone seguir el rastro vital de su paisano, en un ejercicio de revisi¨®n hist¨®rica y biogr¨¢fica sustentado por un exhaustivo an¨¢lisis cr¨ªtico de su poes¨ªa. Esta aportaci¨®n se ve enriquecida por la reproducci¨®n facsimilar de la obra completa de Mariscal, un patrimonio pr¨¢cticamente imposible de encontrar dada la escasa tirada y difusi¨®n de sus ediciones. 'No se trata de una biograf¨ªa al uso', advierte Ruiz-Copete, quien asegura haber 'reconstruido' su 'propio memorial' con este libro.
Estructurado en tres grandes bloques (Tiempo de vivir, Tiempo de escribir y Tiempo de perdurar), el libro de Ruiz-Copete arranca con el nacimiento de Mariscal en el n¨²mero 15 de la calle Cuesta de Bel¨¦n, sigue en la aproximaci¨®n al ¨¢mbito familiar y al desarrollo de su personalidad, que tiene en el descubrimiento de la poes¨ªa un punto de inflexi¨®n fundamental.
'Algo parece que sent¨ªa distinto a los dem¨¢s', dej¨® escrito el autor. Y con aquella 'espina leve' por su 'sangre dormida' llegar¨ªa otra revelaci¨®n, acaso m¨¢s turbadora y conflictiva: la de su ambig¨¹edad sexual. Poeta de hondo calado amoroso, Julio Mariscal mostr¨®, en cambio, un celo casi enfermizo, y en todo punto comprensible si se atienden a las fechas y al espacio cerrado de su pueblo, a preservar su intimidad. Las fechas, los nombres y los detalles de sus poemas se ignoran completamente, seg¨²n reconoce el bi¨®grafo.
Una vez que Mariscal se hubo titulado en Magisterio, fue destinado a C¨¢diz, donde tuvo la oportunidad de ampliar sus horizontes a trav¨¦s del grupo El Parnaso, integrado por los art¨ªfices de la revista Platero. Fernando Qui?ones, Jos¨¦ Luis Tejada y Seraf¨ªn Pro, entre otros, acogieron a Mariscal con simpat¨ªa y aprecio.
El arcense contribuy¨® a la revitalizaci¨®n del ambiente cultural de la sierra gaditana con la fundaci¨®n del grupo Alcarav¨¢n, junto a los hermanos Jos¨¦ y Jes¨²s de las Cuevas. Los sucesivos destinos de su oficio (El Bosque, Espera, Santa B¨¢rbara de Casas...) le alejaron por momentos de estos empe?os colectivos, pero nunca llegaron al desapego hacia Arcos de la Frontera. 'Lo que s¨ª busc¨® siempre con ah¨ªnco', explica Ruiz-Copete, 'fue una calculada distancia del entorno social al que pertenec¨ªa y que ¨¦l supo, m¨¢s o menos conscientemente, deslindar'.
T¨ªmido, aficionado al flamenco, obsesionado por los grandes temas de la literatura (el amor, Dios, la muerte), Julio Mariscal tuvo, al decir de Ruiz-Copete, 'una vida muy plana' que no le impidi¨® erigirse como 'un hombre de voz personal, intuitivo, que nunca se inscribi¨® en capillas o tendencias', a?ade en alusi¨®n a su constante af¨¢n conciliador.
La obra po¨¦tica de Mariscal comprende 10 vol¨²menes, una trayectoria que se inaugura con el canto doloroso y tel¨²rico de Corral de Muertos (1954) y se cierra con las ediciones p¨®stumas de A¨²n es hoy y La voz quebrada. Del ardor de Pasan hombres oscuros a la introspecci¨®n de Tr¨¦bol de cuatro hojas, pasando por la rebeld¨ªa de Quinta Palabra, la veta social de Tierra de secanos, el 'amor oscuro' de Tierra, el existencialismo de ?ltimo D¨ªa o la pasi¨®n en estado puro de Poemas a Soledad, la producci¨®n de Mariscal se antoja un eslab¨®n m¨¢s en la larga cadena de olvidos imperdonables que afectan a la promoci¨®n del medio siglo espa?ol.
Lo cierto es que su talante y, sobre todo, su producci¨®n han terminado creando escuela y prestando una obstinada resistencia al olvido. Para la poeta y delegada de Cultura de la Junta, Josefa Caro, 'Julio es un poeta de culto entre la gente' de su 'generaci¨®n'. Otro joven autor, el tambi¨¦n arcense Pedro Sevilla, afirma: 'Mariscal signific¨® para nosotros el inicio como poetas. Yo empec¨¦ a escribir y a envenenarme a ra¨ªz de la lectura de sus libros. Era un camino no s¨®lo de conocimiento, sino de creaci¨®n de belleza'.
El jerezano Francisco Bejarano, autor de una antolog¨ªa sobre la obra de Mariscal, es a¨²n m¨¢s rotundo: 'Es uno de los grandes poetas de este siglo', y a?ade: 'Sin ¨¦l, hubi¨¦ramos perdido mucho tiempo antes de encontrar el tono que busc¨¢bamos in¨²tilmente en la poes¨ªa de nuestro entorno'.
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