Fallece a los 73 a?os el poeta Bittoriano Gandiaga
Bittoriano Gandiaga Artetxe est¨¢ considerado como uno de los poetas m¨¢s brillantes de la literatura en euskera de siglo XX. Por eso su muerte, apenas tres meses despu¨¦s del fallecimiento de Aita Villasante, ex presidente de Euskaltzaindia e impulsor del euskera batua, caus¨® ayer una fuerte conmoci¨®n en el seno de la cultura vasca, a pesar de que se esperaba.
Hace ya cuatro a?os que los m¨¦dicos diagnosticaron a Gandiaga su enfermedad. Pero el escritor logr¨® convivir con ella hasta que, hace un mes, el c¨¢ncer de vejiga se complic¨® y tuvo que enfrentarse a una operaci¨®n quir¨²rgica. El poeta no logr¨® recuperarse de la interveci¨®n. La semana pasada le comunicaron que la enfermedad era irreversible, 'pero no perdi¨® la serenidad', recuerda el fraile Peio Zabala. 'Gandiaga estaba familiarizado con la muerte. De hecho, en varias poes¨ªas escribi¨® que la conceb¨ªa como un renacimiento'.
El poeta naci¨® el 8 de octubre de 1928 en el caser¨ªo Orbelaun de Mendata (Vizcaya). En 1940 ingres¨® como franciscano y catorce a?os despu¨¦s fue ordenado sacerdote y comenz¨® a impartir clases de pl¨¢stica y de euskera en Aranzazu y a trabajar como colaborador en diversas revistas. Nadie acierta a se?alar -ni siquiera sus amigos m¨¢s cercanos- cu¨¢ndo empez¨® a escribir. Dicen que 'desde siempre', que fue 'un escritor autodidacta vocacional'. Peio Zabala a?ade que tuvo 'una sensibilidad exquisita', que le permiti¨® exprimir la vida al m¨¢ximo y plasmarla en un papel.
La obra po¨¦tica de Gandarias abarc¨® aspectos muy diversos. En sus comienzos, dedic¨® buena parte de sus trabajos a la naturaleza, poemas tradicionales en su forma que reuni¨® en Elorri (1962), con el que obtuvo el premio Jos¨¦ Antonio Agirre un a?o despu¨¦s. M¨¢s tarde, en su segunda etapa, ilustr¨® de forma literaria en Hiru gizon bakarka los sentimientos y el alma de Euskal Herria, un compromiso social que le cost¨® m¨¢s de un encontronazo con la censura franquista. Ya en su madurez, el autor de la narraci¨®n Denbora galdu arte (1985) o los poemas Gabon dut anuntzio (1986), mostr¨® en el libro Uda batez Madrilen su poes¨ªa m¨¢s pl¨¢stica y personal.
Dice Juan Mari Lekuona, presidente de la comisi¨®n de Literatura de Euskaltzaindia, que lim¨® el lengua casi hasta la perfecci¨®n. 'Era especial, ¨²nico, un poeta de calidad sobresaliente que elev¨® el euskera a unos niveles de enorme belleza'. El ex ararteko, miembrode Euskaltzaindia y amigo personal del escritor, Juan San Mart¨ªn, apunta que ten¨ªa 'un lenguaje vivo y de mucha imaginaci¨®n'.
Gandiaga, lector empedernido, mantuvo intacta la ilusi¨®n por la vida y el trabajo hasta su muerte. Juan Mari Lekuona recuerda que 'el cuerpo no le respond¨ªa, pero tuvo proyectos hasta el final. Dec¨ªa que la poes¨ªa le daba vida'.
Todos coinciden en que fue 'un gran poeta y una gran persona', un religioso que encontr¨® en Ar¨¢nzazu el mejor santuario para su literatura. All¨ª estrech¨® su relaci¨®n con Aita Villasante y le enterr¨® a finales de 2000. Precisamente, en el mismo lugar en el que hoy le despedir¨¢ a ¨¦l la cultura vasca.
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