El Gobierno turco prepara un reajuste de su equipo econ¨®mico para sacar al pa¨ªs de la crisis
El primer ministro, el socialdem¨®crata Bulent Ecevit, deb¨ªa regresar anoche a Ankara, tras asistir a una reuni¨®n de l¨ªderes balc¨¢nicos en Macedonia, para intentar poner orden en el seno de la coalici¨®n gubernamental. Pero algunos de sus miembros, como el principal socio de Gobierno, el conservador Mesut Yilmaz, ya hab¨ªan anticipado, en declaraciones a la agencia de noticias estatal Anatolia, que exist¨ªa un principio de acuerdo para dar un golpe de tim¨®n en la direcci¨®n de la econom¨ªa turca. 'Ya hemos decidido que hay que reordenar el equipo econ¨®mico', precis¨® el l¨ªder del Partido de la Madre Patria.
La coalici¨®n tripartita, en la que figura tambi¨¦n la ultraderecha heredera de los lobos grises (escuadrones de la muerte en los a?os setenta y ochenta), intenta reactivar su programa econ¨®mico como si nada hubiera pasado en la ¨²ltima semana, y anuncia nuevos planes de privatizaciones en los sectores bancario, de la energ¨ªa y de telecomunicaciones.
Los turcos, mientras tanto, parecen tener la sensaci¨®n de haberse ajustado el cintur¨®n hasta el ¨²ltimo agujero a cambio de nada. Han vuelto a las calles escenas olvidadas desde la gran crisis econ¨®mica de 1994, que dio paso al auge del islamismo en la pol¨ªtica. '?Nadie se acuerda ya en Turqu¨ªa de lo que significa la palabra dimisi¨®n?', ironizaba ayer un art¨ªculo editorial en el diario popular Radikal, 'el Gobierno no ha cumplido su palabra y ahora todos somos mucho m¨¢s pobres. La crisis no se ha terminado, ni parece que vaya a acabarse con el programa que nos proponen '.
Gran parte de la prensa se ha sumado al coro de voces que exige que rueden cabezas en el Ejecutivo, como hicieron el jueves sindicatos y patronal, o de quienes no se conforman con un reajuste cosm¨¦tico y hablan ya de elecciones anticipadas. Los principales interesados son el Partido de la Virtud (islamista) y el Partido de la Recta V¨ªa, dirigido por la conservadora Tansu ?iller, que aglutinan la oposici¨®n parlamentaria.
Con el cambio del d¨®lar estadounidense (180 pesetas) por encima del mill¨®n de liras, Turqu¨ªa ha despertado de un sue?o de estabilidad econ¨®mica, en el que, por ejemplo, los alquileres de viviendas comenzaban a pactarse en la moneda nacional y las familias depositaban sus ahorros en los bancos turcos, que ofrec¨ªan remuneraciones de hasta el 70% en un escenario marcado por la inflaci¨®n contenida en torno al 50%. Era un ¨¦xito para la econom¨ªa turca, acostumbrada a tasas de inflaci¨®n de tres cifras. Ayer los precios de los equipos electr¨®nicos volv¨ªan a figurar en d¨®lares o en marcos alemanes en los escaparates del centro de Estambul. La lira, entretanto, prosigui¨® su ca¨ªda libre frente al d¨®lar, con el que lleg¨® a perder hasta un 43% del valor del mi¨¦rcoles.
El FMI se ha visto obligado a apoyar la devaluaci¨®n, a pesar de que el pasado diciembre hab¨ªa inyectado 7.500 millones de d¨®lares (1,35 billones de pesetas) en la econom¨ªa turca, en el ¨²ltimo eslab¨®n de una cadena de cr¨¦ditos internacionales. Pero los desesperados intentos del banco central de Turqu¨ªa para intentar salvar la moneda nacional no pudieron impedir que el p¨¢nico desatado por el enfrentamiento pol¨ªtico entre el presidente y el primer ministro turcos ante los jefes militares acabara de dar la puntilla al programa de ajuste econ¨®mico y de convergencia con Europa.
El abandono de la ortodoxia econ¨®mica confirma el fracaso del modelo dise?ado por Ecevit para avanzar en el camino de la incorporaci¨®n a la UE. Dentro de unas semanas estaba previsto que el Gobierno turco hiciese p¨²blico su plan para cumplir los criterios de convergencia con los Quince. Tras cerrar la puerta a Ankara (en Luxemburgo, en diciembre de1997), la UE revis¨® su posici¨®n (dos a?os m¨¢s tarde, en Helsinki) para incluir a Turqu¨ªa, junto a otros 12 pa¨ªses del este de Europa y del Mediterr¨¢neo, en la lista de espera para iniciar el proceso de adhesi¨®n. Pero Europa tambi¨¦n quiere que los dirigentes turcos emprendan reformas tan espinosas como el de poner fin a a las violaciones a los derechos humanos y de la identidad cultural de la minor¨ªa kurda.
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