La lecci¨®n amarga de Teknoland
La compa?¨ªa suspende pagos y reconoce sus errores, pero demanda a Terra por falta de apoyo
El nacimiento, especulaci¨®n y declive de las puntocom espa?olas tiene nombre propio. Teknoland ha pasado en un par de a?os de ser una peque?a pero productiva compa?¨ªa de dise?o de p¨¢ginas web a convertirse en una 'consultora internacional' valorada en m¨¢s de 200.000 millones de pesetas. Antes de que sus trabajadores fueran capaces de asimilar la vuelta de tuerca, una segunda pirueta ha dejado a Teknoland en suspensi¨®n de pagos, asfixiada tras su carrera por crecer y por la negativa de su socio Terra a seguir invirtiendo dinero. Fuentes de Teknoland aseguran ahora que los acreedores de la compa?¨ªa est¨¢n dispuestos a aguantar hasta que sobreviva, pero aceptan las lecciones aprendidas: 'Cambiamos nuestra estrategia y nuestra filosof¨ªa para crecer r¨¢pido, y confiamos en que Terra nos ayudar¨ªa. Pecamos de ambiciosos, y de ingenuos'.
La empresa lleg¨® a estar valorada en 200.000 millones, y ahora Terra se niega a comprarla por 11.600 -
Es el fin, o al menos el fin del comienzo, de una de las compa?¨ªas pioneras de la Red espa?ola, la representante ca?¨ª de todo lo que significaba ser y parecer una puntocom. Teknoland nace en 1995, cuando Luis Cifuentes y David Cantolla, ambos procedentes del mundo de la publicidad, descubren el incre¨ªble potencial que pod¨ªa tener Internet, tanto desde el punto de vista del marketing (Cifuentes), como desde el creativo (Cantolla). Deciden entonces dedicarse al dise?o de p¨¢ginas web, y pronto consiguen su primer cliente, la dise?adora de moda Agatha Ruiz de la Prada. A finales de ese a?o, Teknoland pasa de dos personas a 15, y empieza a crecer. Sin prisa ni pausa. 'Fue un crecimiento sostenido, a pulm¨®n, sin cr¨¦ditos ni pr¨¦stamos', asegura Luis Cifuentes, socio fundador y presidente de Teknoland. La compa?¨ªa ten¨ªa una 'econom¨ªa de guerra', en palabras de Cifuentes, y cobraba a sus clientes el 50% de sus facturas por adelantado.
El crecimiento se sostuvo hasta junio de 1999. Teknoland ya era entonces la puntocom espa?ola por excelencia, contemplada por el resto del sector con una mezcla de desprecio y envidia. Sus oficinas de la madrile?a plaza de Canalejas eran amplias y llenas de color, sus 100 empleados se hac¨ªan llamar teknolandeses y recib¨ªan masajes gratuitos, y sus directivos llamaban teknoles a los millones de pesetas que empezaban a ingresar (166 millones de pesetas en 1999). Era un momento dulce, cuando los mercados bull¨ªan de ofertas millonarias relacionadas con empresas de Internet, y es entonces cuando Teknoland, que era cortejada por m¨²ltiples novios financieros e industriales, elige a Terra Networks. Teknoland es valorada en 8.200 millones de pesetas, y Terra se hace con un 25% de su capital, pero ambas empresas, conscientes del riesgo del negocio y de las propias compa?¨ªas, imponen vetos muy fuertes al acuerdo. Seg¨²n aseguran fuentes cercanas a Teknoland, y no ha desmentido Terra, la filial de Telef¨®nica se compromete a financiar todas las rondas de capital que exiga Teknoland, y a comprar a sus socios (que entonces eran cinco) su 75% de la empresa si as¨ª lo piden. Teknoland, mientras, tiene las manos atadas a la hora de buscar financiaci¨®n exterior o cualquier tipo de inversi¨®n adicional, ya que necesita la aprobaci¨®n de Terra, que adem¨¢s tiene un representante en el consejo de administraci¨®n de la empresa.
A partir de aqu¨ª comienza la carrera. El objetivo era salir a Bolsa, y la idea de los bancos de inversi¨®n que prepararon la OPV (oferta p¨²blica de venta) era la misma que hab¨ªa provocado el bombazo de Terra: comprar, gastar y crecer, para ofrecer a los ¨¢vidos inversores la posibilidad de financiar 'la mayor consultora espa?ola de Internet'. Teknoland redefine su modelo de negocio del dise?o de p¨¢ginas web a la consultor¨ªa estrat¨¦gica -es decir, el asesoramiento a empresas en su desembarco en Internet-; abre oficinas en cinco pa¨ªses (Estados Unidos, Chile, M¨¦xico, Portugal y Argentina), y compra diversas compa?¨ªas, la ¨²ltima de ellas, Ideal Objects, por 3.000 millones de pesetas. Teknoland lleg¨® a estar valorada en 1.200 millones de d¨®lares cuando la moneda estadounidense val¨ªa 170 pesetas, es decir, 204.000 millones de pesetas.
Los problemas llegaron casi inmediatamente, a principios de 2000. Los cambios en la c¨²pula de Terra (de Juan Perea a Abel Linares) enfriaron las relaciones entre ambas empresas, lo que llev¨® a los socios de Teknoland a pedir a Terra que le vendiera su parte en la compa?¨ªa. Pero el asunto da una vuelta de tuerca nueva e inesperada. Antes de que la operaci¨®n se realizara, lleg¨® el crash, la brusca ca¨ªda de los valores de Internet en la Bolsa, y los consiguientes problemas de financiaci¨®n y crecimiento de las puntocom. Teknoland comenz¨® a darse cuenta de que terminar¨ªa el a?o 2000 muy por debajo de sus previsiones (con una facturaci¨®n de unos 2.400 millones de pesetas, cuando se hab¨ªan anunciado 4.000 ), y que no podr¨ªa afrontar su ritmo de gastos. As¨ª que reclam¨® a Terra, primero, que ampliara capital (por 600 y 800 millones de pesetas) y, segundo, que ejerciera su obligaci¨®n de comprar la empresa.
Terra pas¨® dos meses examinando minuciosamente las cuentas de Teknoland, pero decidi¨® en enero no invertir en ella, ya que, seg¨²n explica, su valoraci¨®n estaba muy por encima de los activos declarados de la empresa (11.600 millones por 3.500), las inversiones no estaban justificadas y los ingresos eran menores de los previstos. Por cierto que, en una vuelta m¨¢s de esta embrollada historia, el director financiero de Teknoland desde febrero de 2000, El¨ªas Rodr¨ªguez-Vina, abandon¨® su puesto el pasado 15 de enero y se incorpor¨® luego a Terra Lycos. El trabajo de Rodr¨ªguez-Vina como director financiero de Teknoland no aparece en el curr¨ªculum vitae que figura en la p¨¢gina web de Terra.
El viernes 16 de febrero, Teknoland presentaba su suspensi¨®n de pagos, con un pasivo de 2.000 millones de pesetas, y denunciaba ante un tribunal de arbitraje a Terra por 8.500 millones, por incumplir su contrato y por da?os y perjuicios. Sus competidores en el sector dicen lamentar la situaci¨®n en la que se encuentra una de las puntocom bandera en Espa?a y toman buena nota de sus errores. 'Se volvieron locos', dice uno de ellos. Pero todos reconocen que es dif¨ªcil resistirse a la tentaci¨®n de crecer cuando hay dinero para hacerlo. 'Hay que dar gracias de que no nos hayan tenido en cuenta', concluye el directivo.
Diez despedidos
El plan de viabilidad que Teknoland ha presentado a sus acreedores incluye el despido de 10 de sus 300 empleados en Espa?a, la mayor parte de ellos del ¨¢rea de gesti¨®n internacional, aunque ocho personas m¨¢s se han marchado tras la suspensi¨®n de pagos. Los mayores recortes vendr¨¢n de las oficinas internacionales, especialmente Argentina y Portugal, que pueden cerrar sus puertas. En todo caso, tras el varapalo de la suspensi¨®n de pagos, los socios de Teknoland aseguran estar confiados en el futuro de su compa?¨ªa. Luis Cifuentes explica que ha recibido 'una decena' de llamadas de inversores interesados en la empresa, aunque la mayor parte son tecnol¨®gicos, no financieros. La principal preocupaci¨®n de la empresa es ahora mantener su medio centenar de clientes.
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