Cuidados para los mayores a largo plazo
La organizaci¨®n de la dependencia como sector econ¨®mico promover¨ªa 1,3 billones de pesetas y 300.000 puestos de trabajo
Este mismo a?o 1.459.200 espa?oles superar¨¢n los 80 a?os; asimismo, tendr¨¢n m¨¢s de 65 a?os 6.694.500 personas. Hasta aqu¨ª todo bien, el problema surge cuando se estima que el 14,4% de los mayores de 65 a?os, es decir, unos 967.000, cuentan ya con alg¨²n problema de dependencia, y a esta cifra hay que sumarle un porcentaje de los 1.250.000 discapacitados menores de 65 a?os, lo que provoca que los expertos manifiesten que en Espa?a actualmente hay 1,5 millones de personas con alg¨²n grado de dependencia y, de ¨¦stos, unos 700.000 requieren atenci¨®n personal.
El debate social, econ¨®mico y pol¨ªtico de la dependencia se hace cada vez m¨¢s presente partiendo de una realidad: que en Espa?a mueve unos 1,2 billones de pesetas anuales y que son las familias, el Estado, las comunidades aut¨®nomas y otras instituciones las que soportan este gasto. A esto se suma el hecho de que se trata de un sector de mano de obra intensiva que funciona en buena parte bajo esquemas de econom¨ªa sumergida, y que con los debidos incentivos fiscales podr¨ªa convertirse en un potente sector econ¨®mico. La perspectiva de que cada vez habr¨¢ m¨¢s personas mayores y requerir¨¢n m¨¢s cuidados juega a su favor. Algunos expertos se?alan que, entre las personas que ahora trabajan y los puestos que se crear¨ªan, m¨¢s aquellos que suponen ayudas ocasionales, m¨¢s de 300.000 personas tendr¨ªan en el sector de la dependencia un empleo regularizado.
Para poner orden en este entorno, el Gobierno tiene previsto ofrecer a lo largo de este a?o, a propuesta del Ministerio de Econom¨ªa, un proyecto legislativo para regular el seguro de dependencia. Detr¨¢s del mismo, adem¨¢s del inter¨¦s social se encuentra el mercantil de las aseguradoras y reaseguradoras. Sin embargo, ¨¦stas ya cuentan con que este seguro tendr¨¢ escaso ¨¦xito si no es de suscripci¨®n obligatoria o se prima fiscalmente; la raz¨®n es obvia: a un padre de familia con un sueldo medio no se le puede razonar el hecho de que, adem¨¢s de pagar la Seguridad Social, debe contratar complementariamente un seguro de salud, un seguro de vida, un plan de pensiones y un seguro de dependencia.
Seg¨²n distintos expertos, es posible que, de salir adelante un esquema regulador del seguro de dependencia, ¨¦ste a¨²ne los intereses del sector p¨²blico y el privado. Tambi¨¦n se est¨¢ estudiando la inclusi¨®n de la dependencia a los planes de pensiones, que tendr¨ªa un tratamiento similar a las situaciones de invalidez, enfermedad de larga duraci¨®n, paro prolongado o fallecimiento; todas ellas permiten consolidar, mediante el rescate, los derechos de los part¨ªcipes.
?Qu¨¦ se entiende por dependencia? El Consejo de Europa en 1998 lo defin¨ªa en los siguientes t¨¦rminos: 'Es dependiente la persona que, por razones ligadas a la falta o la p¨¦rdida de capacidad f¨ªsica, ps¨ªquica o intelectual, tiene necesidad de una asistencia o ayuda importante para la realizaci¨®n de las actividades de la vida diaria'. Con anterioridad y en t¨¦rminos menos prosaicos los aseguradores ya hab¨ªan lanzado al mercado las p¨®lizas de seguro de cuidados a largo plazo o long term care. DKV (antes Previasa) comercializaba un seguro espec¨ªfico para personas con s¨ªndrome de Down; Centro Asegurador y Generali lanzaron las primeras p¨®lizas del mercado, junto a los servicios Club Azul de Europ Assistance, o los tambi¨¦n de teleasistencia de Mapfre Asistencia o Mondial Assistance. En Catalu?a, la mutua de previsi¨®n social Mutuam se puede considerar una pionera, y entre los productos ahora reci¨¦n llegados figura Sanitas, pero m¨¢s de una veintena de aseguradoras tienen m¨¢s o menos preparados los productos que pr¨®ximamente aparecer¨¢n en el mercado.
Aseguradoras como Caser han tomado posiciones como promotores de complejos residenciales y en servicios de asistencia. Otros expertos del sector se?alan que las cl¨¢sicas residencias de ancianos, que en Espa?a cuentan con 198.000 plazas, de las cuales 120.000 pertenecen al sector privado, ya se encuentran desfasadas y que la tendencia es construir peque?as ciudades con todo tipo de servicios adaptados para las personas mayores y las dependientes. Jos¨¦ Cerc¨®s, que en calidad de presidente del grupo Winterthur promueve activamente esta cobertura, viene recordando que se trata de un seguro de capitalizaci¨®n pura, y que el sector asegurador estar¨¢ en condiciones de financiar infraestructuras y servicios en la medida que los peque?os c¨²mulos de cada asegurado se transformen en activos con peso en los mercados de capitales. Directivos de BBVA Seguros consideran que si se regula este seguro de forma obligatoria, en cinco a?os podr¨ªa acumular entre dos y cuatro billones de pesetas en activos. Joan Castell, presidente de Mutua Fiatc, advierte que en este seguro la frontera entre los servicios sociales y los de salud desaparece y recalca que los procesos de dependencia surgen masivamente en una banda de edad entre los 75 y los 85 a?os. 'No se trata de un problema nacional, sino mundial. De hecho, en EE UU las compa?¨ªas de seguros vienen comercializando con ¨¦xito coberturas de dependencia desde 1974', dice.
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