Pioneros entre el hielo y los volcanes
Un grupo de militares espa?oles moderniza bajo condiciones extremas una base cient¨ªfica en la Ant¨¢rtida
El nuevo m¨®dulo de vivienda de la Base Ant¨¢rtica Espa?ola Gabriel de Castilla es una casa -no un contenedor, como se estila en las bases de esta zona- de una planta. Dentro casi huele a nuevo, y detalles como las cortinas, dos aparadores y seis coquetos sillones de orejas junto al ventanal que asoma a la bah¨ªa interior de Puerto Foster -la caldera volc¨¢nica colapsada de la isla de Decepci¨®n- le dan un aire acogedor inesperado. Inesperado, sobre todo, al conocer a los constructores de tan coqueto m¨®dulo- vivienda: un grupo de militares del Ej¨¦rcito espa?ol, que han trabajado muy duramente bajo las extremas condiciones del continente blanco para montar en un tiempo r¨¦cord las nuevas instalaciones, algo que muchos no cre¨ªan que fuera posible. Parecen pioneros de las leyendas del lejano Oeste americano, pero transportados al siglo XXI en la ¨²ltima frontera: la Ant¨¢rtida.
La construcci¨®n se desarroll¨® a menudo de noche, cuando el viento de la isla volc¨¢nica amaina
'Desde el 16 de febrero vivimos todos en este m¨®dulo', dice con satisfacci¨®n el jefe de la base, el comandante Luis Oraa, de 39 a?os. Tras las obras, las 14 personas de la Gabriel de Castilla cuentan con 118 metros cuadrados de casa c¨®moda y moderna. Pero adem¨¢s, la base ha sufrido una renovaci¨®n tan espectacular que de la antigua, pr¨¢cticamente s¨®lo queda 'el buen ambiente', dicen los que han conocido la Gabriel de Castilla antes y ahora. Las obras han costado 100 millones de pesetas (75 millones aportados por el Ej¨¦rcito de Tierra y 25 millones por el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa).
El objetivo de la base es dar soporte a las investigaciones cient¨ªficas. En Decepci¨®n, una isla en forma de herradura con glaciares negruzcos por el polvo, s¨®lo hay otra base, argentina -deshabitada esta temporada- y los restos de dos instalaciones: una chilena y otra brit¨¢nica.
Actualmente trabajan en Gabriel de Castilla cuatro cient¨ªficos civiles, otros tantos hicieron la primera parte de la campa?a, de tres meses en total. Son vulcan¨®logos y geof¨ªsicos, pero han compaginado sus actividades de recogida de datos e instalaci¨®n de equipos de medici¨®n con las tareas de construcci¨®n, codo con codo con los militares. Incluso el m¨¦dico, teniente coronel Juan Fajardo, cuenta que ha instalado suelos y contraventanas en la vivienda, que ha sellado con silicona su nuevo y bien dotado contenedor hospital -bautizado Capit¨¢n M¨¦dico Ram¨®n y Cajal- y que ha cavado zanjas.
Las operaciones de reforma de esta base, planificadas durante meses, comenzaron con la llegada de 65 toneladas de material en el buque cient¨ªfico. Luego empez¨® la construcci¨®n, a menudo de noche, cuando amaina el viento en esta isla volc¨¢nica barrida por el fino polvo que se levanta del suelo.
Las obras no se han limitado a levantar la nueva casa, ampliar los laboratorios cient¨ªficos, montar instalaciones y redistribuir las funciones de los ocho contenedores iniciales de la base, sino que adem¨¢s, estos constructores han tendido conducciones de combustible, de agua, e instalado nuevos generadores de energ¨ªa.
'Esta base tienen fines exclusivamente de investigaci¨®n cient¨ªfica. No tenemos ning¨²n inter¨¦s territorial', afirma rotundo Oraa. Del control medioambiental se ocupa el capit¨¢n Pablo Sarmiento, quien destaca las mejoras alcanzadas con la remodelaci¨®n. 'En esta base, por ejemplo, se tratan las aguas grises y negras, y no se deja ninguna basura; todos los residuos, y este a?o se han multiplicado por diez, se retiran en barco', explica Sarmiento. Adem¨¢s insiste en las normas de respeto y comportamiento con la fauna. 'Cada a?o se realiza un informe de impacto medioambiental', concluye.
Todas las instalaciones son desmontables y carecen de cimentaci¨®n, de manera que si se abandonase la base, no quedar¨ªa apenas rastro. Vivir en una isla volc¨¢nica activa, aunque sea s¨®lo los tres meses al a?o de verano austral, conlleva un riesgo.
La ¨²ltima erupci¨®n en Decepci¨®n fue en 1970. Pero la actividad s¨ªsmica asociada al vulcanismo es constante, explica Carmen Mart¨ªnez, del Instituto Andaluz de Geof¨ªsica. En enero de 1999 se midieron aqu¨ª 3.000 terremotos, comenta. Para controlar este vulcanismo, Mart¨ªnez, Jos¨¦ Luis P¨¦rez Cuadrado y su colega italiano Mario La Rocca toman medidas con las 58 estaciones s¨ªsmicas repartidas por la isla.
P¨¦rez-Cuadrado explica que en esta zona del estrecho de Bransfield, adem¨¢s de Decepci¨®n, hay otras dos islas volc¨¢nicas activas: Penguin y Bridgeman. Adem¨¢s, el buque Hesp¨¦rides ha descubierto numerosos volcanes submarinos, afirma Jos¨¦ Ignacio D¨ªaz, responsable de la coordinaci¨®n de los cient¨ªficos en la base con los militares. El vulcanismo se debe a que en esta zona se est¨¢n separando dos placas tect¨®nicas y por la fisura emerge el magma. Su investigaci¨®n es lo que motiv¨® la instalaci¨®n del entonces refugio Gabriel de Castilla en esta isla.
Oraa ha venido esta campa?a por primera vez a la Ant¨¢rtida y desde hac¨ªa dos a?os ejerc¨ªa como profesor de la escuela de log¨ªstica. Es el alma de este equipo, en el que todos son importantes, con un papel destacado para la cocinera Luc¨ªa Su¨¢rez, cabo primero y ¨²nica mujer militar en la base. El jefe de la base se present¨® voluntario para esta labor y no parece que se vaya a arrepentir. 'Para la ejecuci¨®n de la obra me he basado en mis t¨¦cnicos; mi misi¨®n aqu¨ª ha sido la coordinaci¨®n, planificaci¨®n y gesti¨®n. Si hubiera ido mal esto, el responsable ¨²ltimo soy yo, pero, afortunadamente, ha salido bien y me voy a llevar las flores, cosa que no me gusta'.
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