J¨®venes de Sevilla cambian la movida por la sierra de Cazorla
El Ayuntamiento de Sevilla organiza un viaje a Cazorla, Segura y las Villas como alternativa a la movida juvenil
Pablo es un sevillano de 22 a?os, estudiante de magisterio y miembro de un cuarteto de m¨²sica barroca. Tras fracasar en su intento de escalar una pared vertical de 20 metros, confiesa: 'No tengo manos para esto. Yo soy m¨²sico'.
Como Pablo, otros 27 j¨®venes de entre 20 y 30 a?os, la mayor¨ªa chicas, han cambiado este pasado fin de semana sus planes habituales, que no suelen llevarles m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites urbanos de Sevilla, por la oferta de la Delegaci¨®n de Juventud del Ayuntamiento hispalense para disfrutar de un programa multiaventura en el parque natural de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, en Ja¨¦n.
El viaje inclu¨ªa la visita al parque, rutas de senderismo, escalada, rappel y tiro con arco. Con alojamiento y pensi¨®n completa en el alberque juvenil, el fin de semana les ha salido a cada aventurero por 9.500 pesetas, 6.300 si eran usuarios del carnet joven.
La oferta, sin embargo, no ha calado bien entre la juventud sevillana. Las instituciones, tan criticadas por no ofrecer alternativas a la movida juvenil basada en el botell¨®n, sufren el desinter¨¦s de los jovenes por las actividades que organizan. De las 50 plazas reservadas para el viaje, 20 quedaron desiertas.
El Ayuntamiento de Sevilla incluso ha suspendido el otro programa previsto en Cazorla por falta de solicitudes. Los que s¨ª aprovecharon la oportunidad se consideran afortunados, aunque algunos creen que la oferta no ha sido bien difundida.
Afortunados a pesar de las inclemencias meteorol¨®gicas. El viaje estuvo a punto de suspenderse el viernes por la tarde, antes de salir de Sevilla, por el temporal de lluvia y viento. El s¨¢bado, el agua protagoniz¨® la visita al parque.
La ruta de senderismo alrededor de la Cerrada del Utrero, por la que el Guadalquivir baja formando una bonita cascada, fue la primera muestra de que la naturaleza, aunque domesticada en forma de parque natural, no se lleva bien con los h¨¢bitos y costumbres del joven urbano.
Los dos kil¨®metros de recorrido dejaron fuera de juego zapatos, abrigos e incluso bolsos, que nada pudieron hacer contra la mezcla formada por el bosque y la lluvia. El agua cal¨® cuerpos y esp¨ªritus. Juan Antonio, el gu¨ªa, ya hab¨ªa avisado: 'Lo mejor para la sierra es un paraguas'.
El domingo amaneci¨® seco. Durante la ma?ana hasta sali¨® el sol. El clima excit¨® los ¨¢nimos y tranquiliz¨® a Luis y Alicia, los responsables enviados con el grupo por el Ayuntamiento y que tem¨ªan el fracaso de la experiencia por culpa de la lluvia.
Lleg¨® la hora de la escalada y el rappel. All¨ª fue donde Pablo y tantos otros se dejaron las manos en la roca. Mariano rompi¨® el hielo entre los urbanitas. Al pie de la pared vertical de 20 metros que acababa de descender asido a una cuerda y un buen arn¨¦s, aseguraba: 'Esto es una pasada'.
Todos terminaron probando la bajada, y tambi¨¦n la subida. En la escalada, las chicas demostraron que su agilidad se impone a la fuerza masculina. La actividad, la m¨¢s suave de las que organizan en Cazorla los monitores de Tierraventura, fue una aut¨¦ntico reto para unos chicos que, en algunos casos, lo que entienden por campo es un estadio de f¨²tbol.
Alguno, como C¨¦sar o Jos¨¦ Manuel, enfrentaron la ma?ana con s¨®lo un par de horas de sue?o. Y es que la fiesta de carnaval de Cazorla, el s¨¢bado, tuvo mucho tir¨®n entre los excursionistas. Ser¨¢ que eso de la movida no tiene fronteras y que los j¨®venes son reacios a aceptar las alternativas que se les ofrecen, por mucha multiaventura que sean.
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