La familia del chico asesinado en Fuenlabrada cree que fue v¨ªctima de una banda juvenil
La familia de Juan Carlos, el joven de 15 a?os acuchillado en Fuenlabrada, asegura que una banda acab¨® con su vida
Filomena Portillo intentaba ayer sacar fuerzas de flaqueza. Un cristal doble la separaba, en el tanatorio de Legan¨¦s, del ata¨²d en el que se encontraba el cuerpo sin vida de su hijo, Juan Carlos Jim¨¦nez Portillo, de 15 a?os. El pasado viernes fue hallado muerto, desnudo, con m¨²ltiples heridas de arma blanca y quemaduras en los test¨ªculos y en los dedos de las manos. Su madre, con l¨¢grimas en los ojos, s¨®lo acertaba a decir ayer que Juan Carlos era 'un chico muy noble', pero que ten¨ªa alg¨²n problema que le imped¨ªa ser feliz: 'S¨®lo ¨¦l sabe qui¨¦n lo mat¨® y todo lo que estaba sufriendo. Encima, se ha ido con ese secreto a la tumba'.
El comienzo de 'esta pesadilla' se produjo el pasado mi¨¦rcoles por la tarde. Juan Carlos acudi¨® junto a su madre a ver a una asistente social. Llevaba dos meses sin ir al colegio. Seg¨²n explic¨® el chaval a sus padres, se aburr¨ªa en la escuela. No le gustaba lo que le ense?aban. La verdadera raz¨®n era muy distinta. Seg¨²n su abuelo, Mario Jim¨¦nez Zamarre?o, un grupo de j¨®venes, de entre 16 y 18 a?os, se dedicaba a extorsionar y chantajear a Juan Carlos. Le obligaban a que les comprara droga y, como ¨¦l se negaba, le exig¨ªan que les diera dinero en met¨¢lico. 'Primero le pidieron 1.000 pesetas, luego doblaron la cantidad. Cada vez quer¨ªan m¨¢s dinero', cuenta Mario Jim¨¦nez. 'Me lo coment¨® un d¨ªa, cuando estaba conmigo en el campo. Me dijo que unos gamberros estaban siempre coaccion¨¢ndole. Le pregunt¨¦ y le insist¨ª varias veces, pero no me quiso decir nada m¨¢s. Era muy callado. Le dije que yo ir¨ªa a por ellos, pero nada... No solt¨® prenda', a?ade el abuelo.
Buscar a su hermano
Juan Carlos Jim¨¦nez se march¨® de su casa, en la avenida de Extremadura del barrio de El Arroyo, en Fuenlabrada, a las ocho de la tarde del pasado mi¨¦rcoles. Seg¨²n explic¨® a su familia, iba a recoger a su hermano mayor, Sergio, de 20 a?os, que trabaja en una pescader¨ªa muy cercana al domicilio. Nunca lleg¨®. 'Mi opini¨®n es que le estaban esperando esos sinverg¨¹enzas y malnacidos que le coaccionaban. Al ver que por la tarde hab¨ªa ido con su madre a alguna zona del centro, pensaron que los hab¨ªa denunciado a la polic¨ªa. Lo que no saben es que mi nieto nunca habl¨® de ellos', asegura Mario Jim¨¦nez.
Alrededor de las nueve de la noche regres¨® Sergio tras acabar su trabajo en la pescader¨ªa. Al principio, su madre no dio mucha importancia a la ausencia de Juan Carlos. Era mi¨¦rcoles de carnaval y pens¨® que su hijo se habr¨ªa marchado con alg¨²n amigo a la fiesta. Nada m¨¢s lejos de la realidad. La alarma salt¨® a las once de la noche. 'A partir de entonces me puse muy nerviosa. Sab¨ªa que algo muy grave estaba pasando, porque mi hijo a esas horas estaba siempre en casa', comenta Filomena Portillo entre sollozos.
Al d¨ªa siguiente la familia segu¨ªa sin conocer el paradero de Juan Carlos, y la madre del chaval acudi¨® a la comisar¨ªa de Fuenlabrada para denunciar su desaparici¨®n. 'La polic¨ªa me pregunt¨® si mi hijo ten¨ªa problemas en casa, si le hab¨ªamos rega?ado o hab¨ªamos discutido. Para nada. Juan Carlos era un chaval entra?able, que por no molestar ni hablaba. Ese car¨¢cter introvertido, quiz¨¢, le haya llevado a la tumba', se?ala la mujer. La familia y los amigos se volcaron en su b¨²squeda. Rastrearon palmo a palmo todo el barrio, patrullaron por Fuenlabrada y hablaron con los conocidos de Juan Carlos. Todo result¨® in¨²til. Acudieron entonces a programas de televisi¨®n para que saliera su fotograf¨ªa y se conociera su desaparici¨®n. 'Pero las cadenas [de televisi¨®n] nos dijeron que no pod¨ªan venir, que lo dej¨¢ramos para el lunes [por hoy]. Ahora ya es demasiado tarde', recuerda el abuelo.
La triste noticia se confirm¨® el viernes por la tarde. Un grupo de chavales estaba jugando en un pinar del parque de Valdeserrano, cerca de la carretera M-506. Al pasar por una acequia se toparon con el cuerpo de Juan Carlos. Estaba desnudo (s¨®lo llevaba puestos los calcetines), ten¨ªa cortes en el cuello y una pu?alada profunda en el est¨®mago. Adem¨¢s, le hab¨ªan quemado los dedos y los test¨ªculos. El due?o de una vivienda cercana se acerc¨® a ver el cad¨¢ver y, tras comprobar que estaba junto a una torre de alta tensi¨®n, avis¨® a la Polic¨ªa Municipal de Fuenlabrada.
'La autopsia ha revelado, seg¨²n nos ha dicho la polic¨ªa, que mi nieto muri¨® antes de recibir las cuchilladas. Parece ser que le partieron el cuello', explica Mario Jim¨¦nez. 'Yo creo que se les fue la mano y, al ver lo que hab¨ªan hecho, intentaron borrar las huellas y que su muerte sirviera de ejemplo para el resto de j¨®venes a los que amenazan. Espero que ahora, ya que ha muerto mi nieto, se tomen medidas y no tengamos que ir a m¨¢s entierros in¨²tiles', agrega.
Matones
'Pobre criatura. No nos dijo nada de lo que le pasaba. Lo que debi¨® sufrir. Si se hubiese dejado ayudar...' Filomena no es capaz de terminar la frase. Deja la mirada fija en el cristal de la sala del tanatorio. Su hijo ha pagado 'por algo'. 'Y encima tan joven', apostilla Antonio, otro de los hermanos de Juan Carlos. 'Si nos lo llega a decir, ahora no estar¨ªa ah¨ª dentro [en el ata¨²d]. Estoy seguro de que esos matones no se atreven con gente de su misma edad. Tienen que aprovecharse de menores', a?ade.
La familia va a pedir explicaciones al instituto en el que estudiaba Juan Carlos. Creen que los responsables del centro deb¨ªan de conocer los problemas que sufr¨ªa la v¨ªctima, ya que hac¨ªa dos meses que no acud¨ªa a clase. Est¨¢n convecidos de que el calvario sufrido por Juan Carlos no habr¨¢ sido el ¨²nico, aunque s¨ª el que ha tenido peor final.
Urra alert¨® de que hay escolares que reciben amenazas
El defensor del Menor, Javier Urra, ya alert¨® el pasado mes de noviembre de las denuncias efectuadas por j¨®venes que aseguraban recibir amenazas de otros chicos en sus barrios o en sus centros escolares. Por eso, Urra envi¨® una carta al viceconsejero de Educaci¨®n, Juan Carlos Doadrio, en la que comunicaba los hechos, relataba algunos casos y facilitaba la relaci¨®n de los colegios e institutos en los que se hab¨ªan producido estos chantajes. 'Estas situaciones de violencia han sido confirmadas por los inspectores de la zona y corroboradas por los centros escolares', se?al¨® Urra, quien en esos momentos cifr¨® en una veintena las denucias recibidas en su oficina. 'Estos chantajes han dejado de ser situaciones aisladas. Los extorsionadores suelen actuar en grupo, aunque siempre hay un l¨ªder. Suelen reclamar dinero, aunque tambi¨¦n, en ocasiones, objetos como zapatillas o ropa deportiva'. Entre las denuncias investigadas por el Defensor del Menor est¨¢ la de una chica amenazada por una compa?era. 'Me dijo: 'O haces lo que te digo o te mato', relata. En este caso, la joven chantajeada lleg¨® a temer tanto por su vida que dej¨® de acudir a clase. Urra tambi¨¦n se interes¨® por un chaval de 15 a?os a quien exigieron dinero y la entrega de varias prendas de ropa deportiva. 'Si nos denuncias a la direcci¨®n te matamos', le advirtieron. Muchos padres de estos j¨®venes extorsionados descubren el calvario que sufren sus hijos cuando comienzan a faltar a clase por miedo a las represalias.
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