Sharon promete acabar con la revuelta palestina e instaurar la seguridad en Israel

"La situaci¨®n de seguridad, las dificultades internacionales y el odio que nos rodea nos obligan a la uni¨®n; una verdadera uni¨®n que significa una reconciliaci¨®n nacional", afirm¨® ayer el nuevo primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, al presentar su programa y su Gabinete ante el Parlamento de Jerusal¨¦n, pidiendo a los diputados su ratificaci¨®n y al pueblo de Israel el apoyo para un "combate largo y dif¨ªcil". La investidura de Sharon en la Knesset fue aprobada por 72 votos a favor, 21 en contra y ninguna abstenci¨®n. Varios diputados se ausentaron de la c¨¢mara, que tiene 120 esca?os.

Al mismo tiempo que anunciaba el inicio de una ofensiva contra la revuelta palestina, el ex general Sharon apel¨® a Yasir Arafat, sin citarlo por su nombre, para que "renuncie a la violencia". El primer ministro ofreci¨® a cambio "compromisos y concesiones dolorosas" para su pa¨ªs, pero trazando a continuaci¨®n unas l¨ªneas rojas n¨ªtidas y en¨¦rgicas entre las que destac¨® una vez m¨¢s la defensa a ultranza de Jerusal¨¦n que "ha sido y ser¨¢ la capital eterna del pueblo jud¨ªo".

"Jerusal¨¦n es nuestro sue?o y generaciones de jud¨ªos han rezado por ello. Si damos la espalda a nuestro pasado, nuestro futuro se aproxima bajo signos de interrogaci¨®n", continu¨® Sharon, mientras se permit¨ªa por primera vez de manera deliberada y abierta a no hablar de la "unidad" sagrada de Jerusal¨¦n, una palabra que aparec¨ªa en el texto escrito de su discurso distribuido a la prensa, y hac¨ªa planear sobre el hemiciclo las dudas de una futura partici¨®n de la ciudad con los palestinos, tal y como plantearon los laboristas en la ¨²ltima fase de su Gobierno.

Verdades a medias

En esta l¨ªnea de verdades anunciadas a medias, Sharon se comprometi¨® asimismo a no construir "nuevos asentamientos en Cisjordania y Gaza", pero se olvid¨® de que en el programa electoral anunci¨® a los colonos que permitir¨ªa la "ampliaci¨®n y el crecimiento natural" de todos los enclaves. En esta zona pantanosa de ofertas equ¨ªvocas, Sharon se dirigi¨® a los Gobiernos de Beirut y Damasco para plantearles la reanudaci¨®n de las negociaciones de paz, pero sin concretar sobre qu¨¦ bases. "Nosotros queremos acuerdos pol¨ªticos realistas y una verdadera paz con Siria y L¨ªbano". [Siria respondi¨® a trav¨¦s de un portavoz que desea "una paz basada en la retirada total de Israel de los altos del Gol¨¢n", inform¨® la agencia France Presse.]

Para llevar a t¨¦rmino estos objetivos, Sharon ha formado un Gabinete de unidad nacional, el cuarto de este tipo en la historia de Israel, en el que al frente de los principales ministerios se encuentran los dirigentes de los dos grandes partidos, el Likud y el Laborista, que controlan un total de 16 carteras. Otros cinco departamentos han sido confiados a Shas y los cinco restantes a otros tantos partidos radicales religiosos y radicales nacionalistas.

En esta complicada red de intereses y pactos, Sharon ha tenido especial cuidado en dise?ar la c¨²pula dirigente, dejando bien claro que ¨¦l es el ¨²nico jefe. As¨ª se lo ha dicho a Sim¨®n Peres, quien por tercera vez vuelve al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores, pero a quien antes de convertir en jefe de la diplomacia ha tenido el cuidado de hacer firmar un pacto de lealtad, por el que se compromete a "no ir por libre".

[El presidente de EE UU, George Bush, dio la bienvenida al nuevo Gobierno israel¨ª y anunci¨® que se reunir¨¢ con Sharon el pr¨®ximo 20 de marzo en Washington. En una comparecencia ante el comit¨¦ de Relaciones Internacionales de la C¨¢mara de Representantes, el secretario de Estado norteamericano, Collin Powell, afirm¨® que Jerusal¨¦n es la capital del Estado de Israel y confirm¨® -sin dar una fecha- que EE UU trasladar¨¢ su embajada desde Tel Aviv a esa ciudad.]