Los condones de la Pepa
La primera tienda especializada en preservativos de Valencia ofrece una variedad para todos los gustos
'T¨ªa Pepa, t¨² lo que tienes que hacer es poner una condoner¨ªa. T¨² vales para eso y seguro que es un ¨¦xito'. As¨ª fue como la Pepa, tras la recomendaci¨®n de su sobrina, se puso en la cosa del mundo del cond¨®n. Y ah¨ª est¨¢, salvando de la verg¨¹enza a clientes pudorosos, aconsejando a quienes no lo tienen muy claro y ampliando su oferta con las m¨¢s animadas, atrevidas y divertidas variedades del preservativo. 'Te voy a decir una cosa. Como yo soy mujer, cuando vienen chicos j¨®venes, yo les propongo que se lleven algunos de los que m¨¢s gusto nos dan, la verdad, como los que tienen estr¨ªas o unas protuberancias que parecen burbujitas y que est¨¢n muy bien'.
La Pepa, que tiene 38 a?os y luce una est¨¦tica moderna y prudentemente llamativa, ha pasado los ¨²ltimos a?os de su vida atrapada en serios problemas familiares. Primero cuid¨® a su madre hasta que muri¨® v¨ªctima de un c¨¢ncer. Despu¨¦s tuvo que hacerse cargo, con la ayuda de su hermana, de la abuela hasta que falleci¨®. Enmedio, acab¨® una relaci¨®n de pareja de 11 a?os. Y cuando lleg¨® el d¨ªa de ocuparse de ella 'se me cay¨® el mundo encima'.
Inquieta, curiosa, autodidacta, vital y emprendedora, hab¨ªa trabajado la mayor parte de su vida en la hosteler¨ªa. 'Y yo no quer¨ªa eso, vamos, por nada'. As¨ª que empez¨® a prepararse unas oposiciones para atenci¨®n geri¨¢trica. 'Chica, yo le ech¨¦ mucha voluntad. Pero me daban ganas de llorar mientras estudiaba. Y de un d¨ªa para otro, suspendieron las oposiciones. Me hicieron un favor, las cosas como son'.
Pero liberada del cuidado de mayores, y ya con otro novio, segu¨ªa la Pepa sin encontrar su sitio. '?Qu¨¦ depresi¨®n!'. En lo que ha sido la t¨®nica de su vida, se movi¨® por el impulso. 'Una noche estaba en la cama dando vueltas y me vino a la cabeza la idea que mi sobrina Sandra me cont¨®. Al d¨ªa siguiente cog¨ª el tren y me plant¨¦ en Oviedo, donde ella trabaja en educaci¨®n especial y formaci¨®n en sexolog¨ªa. Ella me llev¨® a la condoner¨ªa que hay all¨ª y cuando la vi me dije que s¨ª, que esto era para m¨ª, seguro'.
Dicho y hecho. Se pudo a buscar un local, movi¨® a todos sus amigos. Unos se encargaron de pintar, otros, de los pocos muebles que decoran la tienda, ella se empap¨® las p¨¢ginas amarillas en busca de proveedores y el 15 de enero levantaba la persiana de su tienda: La condoner¨ªa de Pepa.
'Pens¨¦ en otro nombre, en muchos. Pero luego pens¨¦ que este era mi rollo y que la Pepa por delante'.
Desde entonces, a¨²n no han pasado dos meses, instruye y dispensa art¨ªculos de placer para todos los gustos y necesidades. 'Tengo condones especiales para homosexuales con su lubricante incluido -es que la penetraci¨®n anal es m¨¢s agresiva y los preservativos tienen que ser m¨¢s duros. Luego he ido trayendo de sabor a fresa, a menta, fluorescentes, negros, para al¨¦rgicos, para penes grandes, con efecto retardante para los que quieren atrasar el orgasmo, para mujeres -que yo siempre les digo que se lean las instrucciones porque esos son muy dif¨ªciles de poner-, para hipersensibles... en fin para lo que quieran'.
A La Condoner¨ªa de Pepa va todo tipo de p¨²blico. 'Al principio eran s¨®lo mujeres. Pero ahora viene de todo. Bueno, aqu¨ª se oyen unas historias que algunos me piden secreto profesional'. Una de las ¨²ltimas fue as¨ª: Entran en la tienda tres hombres que ya hab¨ªan cumplido los setenta. 'Y yo, de broma, les dije ?pero ustedes todav¨ªa...? Uff, me dijeron muy dignos que estaban en su mejor momento'. Uno de ellos confes¨® a Pepa que estaba casado pero que a lo mejor le sal¨ªa un asuntito y con eso de las transmisiones sexuales ella le ped¨ªa un paraguas. 'Se qued¨® boquiabierto de la oferta pero se llev¨® una cosa muy ortodoxa. A los pocos d¨ªas, se presenta con otro amigo y dice que c¨®mo funcionaba eso de los condones con estr¨ªas. Vamos, paquete de seis en el bolsillo'.
Como ¨¦sta, las cuenta ya por decenas. 'Me preguntan si no hay preservativos para la lengua, para trabajar a una prostituta sin riesgos, para qu¨¦ sirven los de sabores, porque yo les digo que esos est¨¢n bien para jugar pero que no son fiables para penetrar, en fin soy una confidente sexual'.
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