Futre, el eterno recurso de Gil

El hombre de las gafas de pasta negra apareci¨® por Majadahonda en noviembre como de inc¨®gnito. A¨²n no se hab¨ªa quitado el susto del cuerpo y las tijeras hab¨ªan hecho estragos en su melena cuando se present¨® engominado en la Ciudad Deportiva del Atl¨¦tico. Su ch¨¢ndal rugoso era ahora un traje gris. Las gafas de sol le serv¨ªan para ocultar su miedo al 'caos': la situaci¨®n del equipo, en posiciones de Segunda B. D¨ªas antes, le hab¨ªa llamado Jes¨²s Gil, el presidente, con una oferta extra?a: hacer de Valdano. Plenos poderes deportivos para gestionar el ascenso a Primera para Paulo Futre (Montijo, Portugal, 1966), en una encrucijada y con dos gafas por ¨²nica arma disuasoria.

'Las gafas son mi objeto preferido desde hace 15 a?os', dice mientras pasan los camiones bajo su oficina flotante sobre la M-30, en el estadio Calder¨®n; 'no puedo estar sin ellas; ni con sol ni muchas veces con lluvia. Cuesti¨®n de h¨¢bitos. Tambi¨¦n sirven para regatear. Son un recurso psicol¨®gico. Es una forma de salir a la calle. Me levanto, veo la luz del d¨ªa y siempre salgo con gafas. Cuando jugaba, siempre aparec¨ªa con ch¨¢ndal y gafas. Cuando jug¨¢bamos de d¨ªa, habr¨ªa salido al campo con gafas'.

El temor se le materializ¨® hacia la 10? jornada, cuando le pusieron en bandeja el cargo de director deportivo del Atl¨¦tico: 'Vi la derrota ante el Universidad como un aficionado y pens¨¦ que la situaci¨®n era delicad¨ªsima, un caos. Est¨¢bamos los ¨²ltimos, en un c¨ªrculo vicioso hacia la Segunda B. La desaparici¨®n, la ruina. Me llam¨® el presidente y no pude decirle que no. Me dijo que ten¨ªa que dar cari?o, estabilidad y confianza a los jugadores. Estaba asustado'.

Otra vez alguien se acord¨® de Futre cuando el momento pol¨ªtico en el Atl¨¦tico incitaba a echar mano de un s¨ªmbolo. Lo hizo Antic tras despedir a Simeone y Soloz¨¢bal en 1997. Y lo repiti¨® Gil cuando la afici¨®n se le pon¨ªa en contra. El dilema para el ¨ªdolo era inevitable. Por un lado, acceder a la intenci¨®n demag¨®gica de otros con riesgo de ser utilizado. Por otro, obedecer a su deseo visceral de gloria y poder. 'Nadie me puede utilizar', rechaza Futre. '?Por qu¨¦?, se plantea; 'porque mi dignidad no se compra. Si he aceptado ha sido por el Atleti. ?Por qu¨¦? Porque me lo ha dado todo. Si Dios quiere, independencia financiera para toda mi vida. ?Por qu¨¦? Porque el Atleti me ha dado el placer de hacer esto. Sent¨ª que pod¨ªa hacer algo positivo. Un reto tremendamente dif¨ªcil. Recib¨ª much¨ªsimas llamadas. 'Est¨¢s loco', me dec¨ªan. Pero no pod¨ªa decir que no. No por el presidente, con quien tengo una relaci¨®n especial. He obedecido al coraz¨®n m¨¢s que a la cabeza. Tengo una deuda con el club, con la afici¨®n'.

La deuda data del periodo 1987-1993, cuando estuvo en el Atl¨¦tico, al que lleg¨® procedente del Oporto y con una Copa de Europa bajo el brazo para convertirse en un personaje irrepetible. Gan¨® dos Copas del Rey y, por sus particulares condiciones t¨¦cnicas y su poderoso tir¨®n carism¨¢tico, el Calder¨®n lo elev¨® a la condici¨®n de mito. 'Yo marqu¨¦ mi ¨¦poca en el Atl¨¦tico y en el f¨²tbol portugu¨¦s', dice con distancia; 'a m¨ª no me gustan las comparaciones, pero me considero un jugador que ha pasado la media, que es lo dif¨ªcil. ?A qui¨¦n se parece Figo? ?Y a qui¨¦n Rivaldo? Comparar no se puede. Tampoco soy de otro tiempo. Los grandes jugadores de ahora tambi¨¦n ser¨ªan grandes si hubieran jugado hace 30 o 40 a?os. Y los grandes de antes ser¨ªan cracks ahora. Ha cambiado la velocidad, pero no el juego en s¨ª. Di St¨¦fano ser¨ªa Di St¨¦fano; Pel¨¦, Pel¨¦, y Maradona, Maradona. Hay cosas que no cambian. La t¨¦cnica es lo esencial. Pero no descarto jugadores por no tener buen toque si tienen otras condiciones'.

El cargo de Futre huele a encerrona. El club permanece intervenido por la justicia. Negociar con la megaloman¨ªa de Gil parece dif¨ªcil sin pagar un elevado peaje. M¨¢s a¨²n cuando Futre es el nexo entre el equipo y el presidente. Y las relaciones entre Gil y el entrenador, Marcos Alonso, se hab¨ªan deteriorado gravemente. Sobre el factor Gil Futre se califica de especialista: 'Tengo 35 a?os y a¨²n soy un ni?o en este cargo pero he aprendido much¨ªsimo. Al presidente le conozco desde hace 15. S¨¦ c¨®mo es por dentro y fuera. Si hay que discutir, discutimos; si hay que dar voces, las damos. Si se comete alg¨²n error, lo decimos a la cara. ?l me dej¨® trabajar, porque, si veo que toma una decisi¨®n que tengo que tomar yo o si hace algo de mi competencia en lo que no estoy de acuerdo, aqu¨ª no estoy haciendo nada'.

'Cuando llegu¨¦, la plantilla estaba formada y he jugado con lo que hab¨ªa', prosigue, explicando la dificultad de negociar fichajes y ventas bajo el control de un juzgado. 'Desde que estoy yo, el club ha fichado a Dani, Faggiani y Wicky. Es muy dif¨ªcil trabajar con el interventor aqu¨ª metido. Me dijo: 'Aqu¨ª, de ventas, nada. S¨®lo sesiones'. Luego te llaman los representantes y te dicen: 'Mira, tengo este jugador y s¨¦ que es grand¨ªsimo...'. Yo les respondo que no me hablen. '?Puede venir a cambio de cero?', les pregunto. 'Cero'. ?sa es mi respuesta. Con Turu Flores fue posible negociar porque tenemos pagos pendientes del Deportivo tras la venta de Valer¨®n y Molina. Y tuve la suerte de que conoc¨ªa bien a Dani, que ten¨ªa un problema con el Benfica y lo aprovechamos. Los fichajes son una ruleta, y m¨¢s en diciembre, ya que mientras los jugadores se adaptan llega abril y termina la temporada'.

En su papel de diplom¨¢tico, Futre dice navegar por aguas calmas: 'Estoy en el medio: entre el presidente, el equipo t¨¦cnico y los jugadores. Mi trabajo es hacer de filtro para reducir la presi¨®n y dar confianza a Marcos y los jugadores. Tengo l¨ªnea directa con ellos y nos reunimos en el vestuario. He vivido 20 a?os en uno. S¨¦ c¨®mo es el idioma. Lo conozco por dentro, fuera y los lados. S¨¦ lo que tengo que decir en cada momento'.