Sobre la vanguardia
La inserci¨®n y mestizaje de la fotograf¨ªa en todas las artes y expresiones ha conformado para esta disciplina un marco flexible de actuaci¨®n lleno de esperanza. Se han saltado definitivamente los l¨ªmites de unas barreras absurdas que condicionaban el sentido de lo ic¨®nico a la herramienta empleada (pincel, martillo y cincel, lapicero o c¨¢mara oscura). M¨¢s all¨¢ del aspecto material de la construcci¨®n expresiva, el cine, la escultura, la pintura o la fotograf¨ªa ya no se pierden de vista entre s¨ª, se necesitan unos a otros para crecer y comparten la ilusi¨®n de un denominador com¨²n: la representaci¨®n visual de significados.
No cabe duda que el embri¨®n de la vanguardia neosecular est¨¢ creciendo. Sus primeros frutos los hemos degustado ya, pero los m¨¢s sabrosos est¨¢n por llegar y bueno ser¨ªa para mejorar sus esencias que no se perdiese de vista un referente tan sugestivo como el de Nicol¨¢s de Lekuona (Villafranca de Oria, 1913; Fruiz, 1937). Un autor con obra diversa, encuadrado dentro de las vanguardias cl¨¢sicas y, hasta el momento, el ¨²nico caso a rese?ar en el Pa¨ªs Vasco. La recuperaci¨®n y puesta a luz de su obra es de agradecer a los esfuerzos investigadores de la profesora Adelina Moya.
Era el mayor de siete hermanos y muri¨® en plena juventud cuando se encontraba en el frente de batalla durante la guerra civil. Su padre, veterinario, y su madre, hija de un industrial local, conocedora de la civilizaci¨®n y cultura francesa, incentivaron su afici¨®n por el arte. Conoci¨® la fotograf¨ªa desde ni?o, el ¨¢lbum familiar guarda im¨¢genes de su infancia con c¨¢mara en mano retratando a su hermana. La Escuela de Artes y Oficios de San Sebasti¨¢n y los tres a?os (1932-35) estudiando aparejador modelaron al artista en un Madrid republicano. Una ciudad con una actividad cultural intensa, donde llegaban las corrientes m¨¢s innovadoras que circulaban por Europa, entre otras la nueva visi¨®n acu?ada por Laszlo Moholy Nagy, que Nicol¨¢s incorpora a su trabajo. Con esta actitud de vanguardia, su criterio acepta expresarse en las m¨¢s variadas vertientes. Pod¨ªa tratarse de poes¨ªa, dise?os de platos, cine, escultura, escenograf¨ªa, pintura, c¨®mic, o fotograf¨ªa. Todo ello dentro de una convivencia armoniosa, sin barreras ni subordinaciones, entre unas y otras especialidades.
Si nos fijamos en las fotograf¨ªa podemos observar que en ellas predominan las representaciones de temas y situaciones del entorno pr¨®ximo al autor. Algunos paisajes urbanos, retratos de parientes, hermanos y amigos o bodegones con distintos objetos personales conforman tres grandes bloques donde todo se a¨²na. En cualquier caso, lo importante no es lo que muestra sino como lo hace. Lo suyo es una constante experimentaci¨®n. Deja jugar al inconsciente ¨®ptico, se olvida de las coordenadas que marcan los espacios c¨²bicos y se adentra en nuevas composiciones. Los modelos interpretan sus indicaciones. La geometr¨ªa y las texturas son elementos clave. No se conforma con picados o contrapicados extremos; en ocasiones parece ejercer en la toma un efecto de torsi¨®n sobre las l¨ªneas. La observaci¨®n de las figuras discurre sobre gestos y situaciones ins¨®litas que ofrecen la grandeza de la originalidad. Descubre al espectador nuevos puntos de vista que aceleran el pulso por el momento de inquietud que generan.
Sus recursos creativos ofrecen, desde la c¨¢mara oscura y su objetivo, nuevos umbrales perceptivos. La horizontal y la vertical como vectores conformadores de los planos cl¨¢sicos, patrimonio fundacional del realismo fotogr¨¢fico, dejan paso al poder de la diagonal y su energ¨ªa para acercarnos al pensamiento complejo de la abstracci¨®n. En su vertiente de fotomontaje ofrece perspectivas marcadas por sugerencias po¨¦ticas. Plantea ideas contradictorias que terminan por aliarse con criterios puramente est¨¦ticos y ligeras pendientes hacia una preocupaci¨®n m¨¢s ¨ªntima que social. Se entienden como reflexiones sobre el lenguaje fotogr¨¢fico fundido con otros g¨¦neros expresivos siempre a tener en cuenta.
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