Freno a los implantes fetales contra el Parkinson
La operaci¨®n no beneficia a los pacientes mayores y acarrea efectos muy graves a algunos j¨®venes
El primer estudio controlado para evaluar el tratamiento de enfermos de Parkinson con el implante de c¨¦lulas de fetos en el cerebro de los pacientes no s¨®lo no ha logrado demostrar un beneficio general, sino que ha puesto de manifiesto un desastroso efecto secundario. La t¨¦cnica quir¨²rgica no aporta ning¨²n beneficio a los mayores de 60 a?os (la mayor¨ªa de los pacientes) y puede provocar en algunos de los m¨¢s j¨®venes efectos secundarios 'de pesadilla'. Al parecer, en un 15% de los pacientes las c¨¦lulas se desarrollaron demasiado bien, produciendo tal cantidad de la sustancia qu¨ªmica que controla el movimiento, que los pacientes se retorc¨ªan y sacud¨ªan sin control. Esto podr¨ªa suponer el fin de los implantes de c¨¦lulas fetales en humanos.
Los investigadores afirman que aunque algunos pacientes padecen efectos similares al ingerir dosis demasiado altas de su medicaci¨®n contra el Parkinson, en este caso los f¨¢rmacos no han sido los causantes de los s¨ªntomas, y no hay forma de eliminar ni desactivar las c¨¦lulas trasplantadas. Siguiendo el consejo de los investigadores, seis pacientes que se hab¨ªan incluido en el estudio pero que a¨²n no hab¨ªan sido sometidos a la operaci¨®n de implante, decidieron renunciar.
Los resultados, publicados el pasado jueves en The New England Journal of Medicine, suponen un duro rev¨¦s para lo que se consideraba una v¨ªa de investigaci¨®n muy prometedora para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y otras enfermedades neurol¨®gicas. Seg¨²n el estudio, puede que la simple soluci¨®n de inyectar c¨¦lulas fetales en el cerebro del paciente no sea suficiente para tratar las complejas enfermedades que afectan a las c¨¦lulas y conexiones nerviosas, dolencias que a¨²n no se comprenden por completo. Algunos dicen que es hora de regresar al laboratorio y a los animales antes de volver a someter a los humanos a m¨¢s operaciones.
Los descubrimientos tambi¨¦n pueden alimentar el debate de si resulta o no adecuado utilizar tejidos de fetos abortados para el tratamiento de las enfermedades. A pesar de su decepci¨®n, algunos investigadores afirmaron que esperaban que los resultados no detuvieran bruscamente la investigaci¨®n de las c¨¦lulas fetales. El estudio ha sido controvertido porque las c¨¦lulas fetales se obtuvieron en cl¨ªnicas donde se practicaban abortos. 'Sigue siendo nuestra gran esperanza para encontrar una cura', afirma J. William Langston, director cient¨ªfico y m¨¢ximo responsable del Instituto del Parkinson de Sunnyvale, California (EE UU).
La enfermedad de Parkinson se desarrolla cuando, por motivos que se desconocen, mueren las c¨¦lulas de la regi¨®n locus niger de la base del cerebro. Se esperaba que las c¨¦lulas fetales del locus niger pudieran sustituirlas. Pero, seg¨²n ha demostrado el estudio, la operaci¨®n no ha supuesto ning¨²n beneficio para los pacientes mayores, y a algunos pacientes m¨¢s j¨®venes los trasplantes les han provocado unos efectos secundarios de pesadilla.
Movimientos devastadores
Aunque el estudio describe a los pacientes que padecen los efectos secundarios en t¨¦rminos cl¨ªnicos neutros, los m¨¦dicos que los han visto describen una imagen muy distinta. Paul E. Greene, neur¨®logo de la Facultad de Medicina y Cirug¨ªa de la Universidad de Columbia e investigador del estudio, afirm¨® que los movimientos incontrolables que algunos pacientes padec¨ªan eran 'absolutamente devastadores'.
'No paran de masticar, suben y bajan los dedos, doblan y extienden las mu?ecas', afirm¨® Greene. Los enfermos se retuercen y se arquean, sacuden la cabeza, no paran de mover los brazos. 'Era tr¨¢gico, catastr¨®fico', coment¨® Greene. 'Es una aut¨¦ntica pesadilla. Y no podemos desactivarlo de forma selectiva'. Un hombre se vio tan afectado que no pudo volver a comer y tuvo que alimentarse a trav¨¦s de sonda, explic¨® Greene. En otro paciente este estado aparec¨ªa y desaparec¨ªa a lo largo del d¨ªa, y cuando se presentaba, su discurso era ininteligible.
Por ahora, seg¨²n afirm¨® Greene, su posici¨®n est¨¢ clara: 'No m¨¢s trasplantes fetales. Estamos absoluta y totalmente convencidos de que s¨®lo deber¨ªa tenerse en cuenta para la investigaci¨®n. Lo que queda por decidir es si se debe investigar sobre humanos'.
Gerald D. Fischbach, ex director del Instituto Nacional de Des¨®rdenes Neurol¨®gicos y Ataques, que patrocin¨® el estudio, afirm¨® que aunque algunos neurocirujanos hab¨ªan calificado la operaci¨®n de milagrosa, era la primera vez que se la somet¨ªa a una evaluaci¨®n rigurosa: a la mitad de los 40 pacientes se les practic¨® una cirug¨ªa ficticia para comparar. A la luz de los resultados, la cirug¨ªa 'no es la soluci¨®n definitiva que la gente esperaba al someterse a ella'.
La primera evaluaci¨®n del ¨¦xito del estudio consist¨ªa en averifuar si los propios pacientes percib¨ªan que se encontraban mejor a trav¨¦s de una encuesta que remitieron por correo un a?o despu¨¦s, pero antes de saber si se les hab¨ªa sometido a la cirug¨ªa de implante de c¨¦lulas fetales o a la de simulacro. El estudio no encontr¨® ninguna diferencia entre los dos grupos: ni unos ni otros percibieron ninguna mejor¨ªa.
Otras pruebas, como las evaluaciones que los neur¨®logos efectuaban de sus pacientes mientras tomaban su medicaci¨®n, y las que realizaban los pacientes sobre su estado en los diarios que escrib¨ªan, tampoco dieron muestra de que la cirug¨ªa hubiera tenido ning¨²n efecto. Y no hab¨ªa ninguna diferencia entre los dos grupos en cuanto a las dosis de f¨¢rmacos que necesitaban para controlar la enfermedad.
La chispa de esperanza la aportaron las evaluaciones de los neur¨®logos antes de que los pacientes tomaran su primera dosis de medicaci¨®n por la ma?ana. Seg¨²n ellas, los 10 pacientes de menos de 60 a?os que hab¨ªan recibido implantes de c¨¦lulas fetales parec¨ªan encontrarse mejor que quienes se hab¨ªan sometido a la cirug¨ªa de simulacro, con menor rigidez, aunque los temblores segu¨ªan teniendo la misma intensidad.
Uno de los directores del estudio, Curt R. Freed, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado, en Denver, alab¨® este resultado diciendo que 'era una clara mejora'. Y a?adi¨® que las c¨¦lulas fetales sobrevivieron en la mayor¨ªa de los cerebros de los pacientes.
En opini¨®n de Langston, incluso en el caso de que un estudio posterior confirmara que la cirug¨ªa ten¨ªa un efecto sobre el estado de los pacientes m¨¢s j¨®venes antes de tomar su medicina por la ma?ana, e incluso si hubiera forma de prevenir el terrible efecto secundario, no se podr¨ªa considerar que la operaci¨®n supone un gran avance. En la mayor¨ªa de los casos, la de Parkinson es una enfermedad de ancianos y seg¨²n Langston, no llega al 10% el porcentaje de pacientes candidatos a la operaci¨®n que tienen menos de 60 a?os.
El precio de la cirug¨ªa
A pesar de la controversia que despertaba el estudio, muchos expertos en Parkinson cre¨ªan que ¨¦ste deb¨ªa hacerse porque los m¨¦dicos ya ofrec¨ªan la cirug¨ªa a los pacientes, y les cobraban por ella m¨¢s de siete millones de pesetas, sin que hubiera ninguna prueba de que les estuviera ayudando. Sin embargo, los pacientes que se enfrentan a esta enfermedad, en la que las c¨¦lulas cerebrales van muriendo lenta e inexorablemente, y en la que incluso los f¨¢rmacos que en un principio controlan los s¨ªntomas de temblor y rigidez acaban fracasando inevitablemente, se aventuraban a someterse a la operaci¨®n porque pensaban que no ten¨ªan nada que perder. Ahora se sabe que, en algunos casos, tambi¨¦n pueden empeorar.
William Weiner, profesor de neurolog¨ªa de la Universidad de Maryland, en Baltimore (EE UU), explica que si hoy le llegara un paciente pidi¨¦ndole consejo, le dir¨ªa:: 'Los trasplantes de c¨¦lulas fetales actualmente no son la mejor opci¨®n. Puede someterse al trasplante si est¨¢ dispuesto a pagar por ello, pero mi consejo es que no deber¨ªa hacerlo'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.