Los grandes se enganchan a la copa
Bar?a y Real Madrid, acuciados por su fracaso europeo y por la cerrada competencia en un torneo que no ganan hace siete a?os
Si una apuesta resulta decididamente arriesgada en el apretado almanaque deportivo es anticipar el nombre del ganador de la Copa del Rey de baloncesto. Y este a?o, en la expectante ciudad de M¨¢laga, volcada con su equipo y con este deporte, la cita promete. En cuatro d¨ªas y en siete partidos, ocho equipos se van a batir hasta que s¨®lo uno quede en pie.
Nadie se f¨ªa de nadie, que para eso est¨¢n los antecedentes. En cada partido puede suceder de todo. Y con esos datos en la mano se est¨¢ intentando concienciar el Barcelona, que abrir¨¢ la competici¨®n frente al Fuenlabrada (18.45, auton¨®micas), un rival sobre el papel claramente inferior aunque acaba de recuperar a Perasovic y marcha sexto en la Liga.Y de manera parecida se lo toma el Estudiantes que a continuaci¨®n (21.00,Canal +), desear¨¢ olvidar sus nueve triunfos consecutivos ante el Pamesa de Valencia para que un exceso de confianza no le lleve a darse de morros en la d¨¦cima ocasi¨®n. El Tau de Vitoria estar¨¢ en las mismas que el Barcelona ma?ana frente al C¨¢ceres (18.45) antes de que se sirva el plato m¨¢s condimentado de los cuartos de final, el Unicaja -Real Madrid (21.00).
De los ocho equipos al menos media docena comparecen con credenciales suficientes para postularse para el t¨ªtulo. La novedad es que los dos grandes, Barcelona y Real Madrid, que desde hace siete a?os no ganan para disgustos en este torneo, llegan m¨¢s acuciados pero a la vez m¨¢s centrados y menos sobrecargados que otras veces despu¨¦s de haber sido eliminados prematuramente por el Benetton Treviso y el Paf Bolonia en la Euroliga. Ni la necesidad, ni el primer puesto que ocupa en la Liga el Bar?a garantizan gran cosa frente a un grupo de rivales que han perdido definitivamente el respeto a los dos gigantes.
Despu¨¦s de que hayan salido cinco campeones diferentes en los ¨²ltimos cinco a?os y de que nadie haya repetido t¨ªtulo desde que lo hizo el Barcelona en 1988, todos asumen ya la presi¨®n por ganar, empezando si se quiere por el Unicaja, que est¨¢ avalado por el fant¨¢stico campeonato de Liga que viene realizando y que le sirve para ocupar el segundo puesto y haberse ganado el reconocimiento general por el bello y ofensivo juego que est¨¢ practicando. Pero desde 1984 en Zaragoza los clubes que han actuado como anfitriones en la Copa no han conseguido alzarse con el t¨ªtulo, en un dato que revela que nunca han sobrellevado la presi¨®n de actuar al amparo del p¨²blico. El pabell¨®n Mart¨ªn Carpena de M¨¢laga, inaugurado la pasada temporada, pese a los problemas estructurales que impidieron que se disputar¨¢ en ¨¦l ya la pasada edici¨®n de la Copa y las goteras que aparecieron hace s¨®lo unos d¨ªas, tiene agotadas sus 8.500 plazas para los cuatro d¨ªas que durar¨¢ la Copa, como era de esperar en una ciudad en la que desde hace a?os nunca sobra un asiento cuando juega Unicaja, que pasar¨¢ una aut¨¦ntica de prueba de fuego ma?ana ante el Madrid.
Incertidumbres
Todos los equipos se presentan con pros y contras. Resulta dif¨ªcil situar el fiel de la balanza. Estudiantes, que defender¨¢ el t¨ªtulo que logr¨® hace un a?o en Vitoria, lleva varios meses dando tumbos, fuera de Europa, clasificado para M¨¢laga a ¨²ltima hora y encajando algunas palizas pero al propio tiempo, y a pesar de las dudas que le han hecho cambiar a Hill por Marlon Garnett, un buen tirador que lleg¨® a jugar en los Celtics, viene de ganar con autoridad al Pamesa y al Barcelona. El Pamesa no anda fino pero cuenta con un equipo inicial de lo m¨¢s respetable. El Tau asusta por la facilidad con la que se ha plantado en las semifinales de la Euroliga eliminando al Peristeri y al Olympiakos. El C¨¢ceres, que debe su clasificaci¨®n para la Copa gracias a su gran racha de siete triunfos en ocho partidos cuando siendo colista de la Liga Alfred Julbe relev¨® en la direcci¨®n t¨¦cnica a Manolo Flores, y a pesar de que ha bajado al 11? lugar, tambi¨¦n ha demostrado que le puede complicar la vida a cualquiera.
Y la Copa es un torneo que la experiencia ha demostrado ser generoso con los que parten como v¨ªctimas pero que act¨²an sin complejos y con el descaro y el estado de gracia que fomenta saber que un partido lo decide todo, el pase o el billete de vuelta para casa.
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