Camino 'rescata' a los 'ni?os de la guerra'
El cineasta rueda un filme sobre el destino de los j¨®venes espa?oles que huyeron a Rusia durante la guerra civil
El cineasta catal¨¢n Jaime Camino, de 64 a?os, salda estos d¨ªas en Mosc¨² una deuda personal y familiar que ten¨ªa pendiente desde que se enter¨® de que tres primos hermanos suyos fueron ni?os de la guerra, junto a otros 2.995 que en 1937 abandonaron Espa?a, rumbo a la URSS, huyendo del hambre, las tropas de Franco o las dos cosas.
Sus primos regresaron en 1956. Uno de ellos fue ch¨®fer del Parque M¨®vil y prest¨® servicio a un teniente general que, probablemente, firm¨® en 1939 la orden de fusilamiento de su padre. El marido de una prima, Ernesto Larre¨¢tegui, fue encarcelado en varias ocasiones; una de ellas, tras su participaci¨®n activa en la legendaria huelga de 1962 en Asturias y el Pa¨ªs Vasco.
Hay centenares de acontecimientos de ni?os de la guerra, y casi todos dar¨ªan para una novela, pero los azares de la vida y de la historia han enterrado ya muchos de ellos. El deseo de Camino con esta 'pel¨ªcula dram¨¢tica, pero sin elementos de ficci¨®n', es recuperar lo que se pueda, en l¨ªnea con La vieja memoria, que en 1977, en plena transici¨®n a la democracia, rescat¨® testimonios clave sobre la guerra civil.
Esta ma?ana, Camino tiene previsto entrevistar a un ex agente ruso en Espa?a, 'uno de esos Philbys' que, camuflado a la perfecci¨®n como espa?ol, espiaba a los ni?os que regresaron a mediados de la d¨¦cada de los cincuenta. Entre ellos hab¨ªa apenas un 5% de comunistas y un n¨²mero indeterminado de informadores al servicio de su pa¨ªs de adopci¨®n.
La CIA (que ten¨ªa su oficina en la calle de Orense) y el MI-6 brit¨¢nico interrogaron a todo el colectivo para intentar arrancarle secretos militares de la URSS. No obstante, apenas s¨ª hay constancia de represalias hacia los retornados, ni siquiera con los 37 que los alemanes capturaron en el frente de Leningrado y que regresaron a Espa?a. En esas mismas batallas murieron miles de miembros de la Divisi¨®n Azul. Dolores Cabra, secretaria general de la Asociaci¨®n Archivo Guerra y Exilio, colabora con Camino en la b¨²squeda de protagonistas y de materiales de archivo. Mientras, programa diversos actos para cuando la pel¨ªcula se estrene, probablemente el pr¨®ximo oto?o. Camino quiere que sea en el Festival de San Sebasti¨¢n.
Cabra tiene entre manos la presentaci¨®n de un ¨¢lbum preparado por el Centro Espa?ol de Mosc¨² (ubicado en la antigua sede del PCE) y dedicado a los espa?oles muertos en las filas del Ej¨¦rcito Rojo durante la II Guerra Mundial (183 de un total de 800 combatientes). Ya est¨¢ en marcha el proyecto para un monumento dedicado a su memoria que se erigir¨¢ en el parque de la Victoria. El Ayuntamiento de Mosc¨² cedi¨® el terreno y el Gobierno espa?ol, tras un largo tira y afloja, acord¨® financiarlo con 20 millones de pesetas.
Francisco Mansilla, que hoy tiene 75 a?os (sali¨® de Espa?a a los 11), asegura que los ni?os de la guerra llegados a Rusia fueron rehenes del partido de Pasionaria y Carrillo, y que eso impidi¨® que regresasen a su pa¨ªs apenas terminar la guerra, como la inmensa mayor¨ªa de los huidos a otros pa¨ªses. Por eso se declara a partes iguales anticomunista y antifascista, sin dejar de reconocer el m¨¦rito de Dolores Ib¨¢rruri para facilitar el acceso a la educaci¨®n (la tercera parte termin¨® estudios de grado medio o superior) o el de Manuel Fraga en mejorar su situaci¨®n econ¨®mica.
Al pol¨ªtico gallego le atribuye gran parte del m¨¦rito de que sus magras pensiones sovi¨¦ticas, de apenas 7.000 pesetas, se complementen hoy con otras espa?olas que las triplican. De las autoridades sovi¨¦ticas no tiene queja, y admite que, aunque pasaron a veces penurias (sobre todo de vivienda), fueron unos privilegiados en tiempos especialmente duros.
Mansilla ha escarbado en los archivos del Centro Espa?ol hasta preparar un informe en el que se recogen desde las edades de los ni?os al llegar a la URSS (entre dos y 15 a?os) hasta su lugar de origen (la mayor¨ªa, del Pa¨ªs Vasco y Asturias) o el n¨²mero de muertos durante la guerra (201; de ellos, 50 en el cerco de Leningrado), o los detenidos por diversas causas y que terminaron en el archipi¨¦lago Gulag: 108.
?l decidi¨® seguir en Rusia, aunque va de vez en cuando a Espa?a de vacaciones. Su destino qued¨® trazado porque era el m¨¢s flaco (20 kilos) y de aspecto m¨¢s enfermizo (ten¨ªa un soplo en el coraz¨®n) de cinco hermanos que sufr¨ªan en el cerco de Madrid el azote del hambre. Desde Valencia, el barco Cabo de Palos le condujo hasta Odesa, en el mar Negro. Y de all¨ª, a Mosc¨², donde le esperaba una nueva vida y el conflicto entre la memoria y el desarraigo.
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