Los fuegos de Salem
La mayor¨ªa parlamentaria de las Cortes valencianas ha recuperado la memoria en un repunte de soberbia y ha incorporado una iconograf¨ªa cineg¨¦tica al muro de los recuerdos, que va de los autos de fe a las monter¨ªas de brujas de Massachusetts. Una partida de cazadores pintureros se ha echado a la sierra para cobrarse una pieza de prestigio: la s¨ªndic de Greuges. Y no han reparado ni en gastos ni en gaitas. La mayor¨ªa parlamentaria de las Cortes Valencianas no quiere ocultar por m¨¢s tiempo sus poderes, y ha decidido mostrarlos en todo su esplendor. Es un gesto que le honra. Por lo menos ya no tiene que exhibirse en p¨²blico con el taparrabos de un centrismo indecoroso y mendaz. Y cuando se dispone de un corpach¨®n musculado y bien adiestrado para desollar la disidencia, se puede hacer o¨ªdos sordos a cualquier juicio adverso. El PP ha descubierto en su mayor¨ªa absoluta la escopeta nacional y se ha liado a perdigonadas con los incordios.
A la S¨ªndic de Greuges, en ejercicio interino, le han dado estopa. Y hasta la han declarado r¨¦proba, es decir, la han condenado a las penas del infierno, sin escucharla en confesi¨®n. Emilia Caballero es la ¨²ltima criatura abominable abatida por un fingido puritanismo, que cierra el inventario de aquella witch-hunt iniciada en Salem, hace algunos siglos. Eso s¨ª, los actores se han identificado con sus respectivos papeles, sin demasiado esfuerzo, y se han esmerado en la representaci¨®n de una obra, que le enmienda la plana al propio Arthur Miller, obsesionado en la cr¨ªtica de los m¨¦todos represivos fascistas. Espl¨¦ndida Marcela Mir¨® en su interpretaci¨®n de la india Tituba, y no menos convincente Alejandro Font de Mora: su texto de propuesta de dictamen supera a las historias de terror de Cotton Mather. Su texto dirigido a la mesa de la Comisi¨®n de Peticiones es todo un modelo de transformismo substantivo y una lecci¨®n de c¨®mo servir gato por liebre, mirando a la soledad del Parlamento auton¨®mico.
En el ¨²ltimo punto de su propuesta de dictamen, y sin saber c¨®mo, aunque se presume por qu¨¦, convierte a ¨¦ste en resoluci¨®n. 'La presente resoluci¨®n', escribe el int¨¦rprete de la farsa y de la ley, 'adem¨¢s de en el BOCV, se publicar¨¢ en el DOGV y se dar¨¢ traslado de la integridad de la misma a la Sindicatura de Greuges, al Consell y a las restantes instituciones de la Generalitat valenciana y al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana'. En las historias de Cotton Matter no se observa tanta facundia fabuladora. Pero Font de Mora maneja con soltura las licencias po¨¦ticas, hace un pase de prestidigitaci¨®n y otorga a la Comisi¨®n de Peticiones una facultad que no le corresponde: la de adoptar resoluciones, cuando debe limitarse a emitir dict¨¢menes, como insiste el brillante autor en los anteriores apartados. Y es que cuando se confunde, en un impulso de la fantas¨ªa, la realidad con el deseo, se corre el riesgo de descubrir al respetable los efectos especiales utilizados para perpetrar una improcedente deslegitimaci¨®n.
A Emilia Caballero se le ha negado la palabra, la comparecencia en las Cortes, solicitada, una y otra vez, y sus derechos fundamentales, vulnerando as¨ª la normativa vigente. Adem¨¢s, en el dictamen de la Comisi¨®n referida se la reprueba, con objeto no s¨®lo de impedir que contin¨²e al frente de la Sindicatura, con car¨¢cter interino, sino en su condici¨®n de adjunta al s¨ªndico. Y todo eso en nombre de una mayor¨ªa absoluta que obliga a un absoluto respeto y cumplimiento de las reglas democr¨¢ticas. Pero lo que no tiene el PP es la mayor¨ªa cualificada de los tres quintos, que se requieren para remover a Emilia Caballero. Y eso enceguece, conduce a la arbitrariedad y puede desembocar en un autoritarismo sospechoso de viejos y despreciables h¨¢bitos. ?O es que acaso se piensa que puede imponerse una democracia absolutista? El martes, cuando el aire huela a¨²n a p¨®lvora y cenizas, Emilia Caballero, puntualmente, entrar¨¢ a su despacho.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- V Legislatura Comunidad Valenciana
- Opini¨®n
- Pol¨ªtica nacional
- Emilia Caballero
- Generalitat Valenciana
- Comunidades aut¨®nomas
- Parlamentos auton¨®micos
- Gobierno auton¨®mico
- PP
- Defensor Pueblo
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Comunidad Valenciana
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Pol¨ªtica municipal
- Parlamento
- Partidos pol¨ªticos
- Espa?a
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica