El Bar?a se ceba con el Pamesa
Los azulgrana desarbolan a su rival y se plantan en la final por primera vez desde 1996
Fuenlabrada, Pamesa... El Barcelona ni mira el marcador ni quien tiene enfrente. Tampoco atiende a razones o matices. No sabe lo que significa dosificarse o apiadarse. Parece un equipo llegado a M¨¢laga desde otra galaxia y que est¨¢ tan resuelto y concentrado en su objetivo que es capaz, como ayer, de tener suficiente con medio partido para despejar cualquier duda sobre qui¨¦n va a ganarlo. Si esa sensaci¨®n cunde en la grada no lo hace en los jugadores azulgrana. Ganan por diez y presionan en toda la pista, ganan por veinte y se baten por el rebote ofensivo como si en ¨¦l les fuera la final de las finales, ganan por treinta y contin¨²an con el pie apretando el acelerador a fondo. Es irresistible, hasta el sadismo. De haber podido, el Pamesa hubiera arrojado la toalla much¨ªsimo antes de acabar.
PAMESA 69|BARCELONA 95
Pamesa: Rodilla (7), Maluenda (9), Durham (17), Alston (12), Hopkins (14) -equipo inicial-; Millera (4), Berni ?lvarez (0), Luengo (4), Pleuger (0) y Burgos (2). Barcelona: Hawkins (14), Jasikevicius (6), Karnisovas (18), Gasol (13), Due?as (4) -equipo inicial-; Elson (2), De la Fuente (9), Savic (6), Nacho Rodr¨ªguez (8), Navarro (13) y Rentzias (2). ?rbitros: Ramos, Arteaga y Garc¨ªa Ort¨ªz. Pabell¨®n Mart¨ªn Carpena de M¨¢laga. Unos 7.500 espectadores. Partido de la primera semifinal de la Copa del Rey.
S¨®lo queda la duda de lo que pueda suceder en la final de hoy. Qu¨¦ pasar¨¢ si el rival del Barcelona es capaz de crearle alguna duda, de hacer m¨¢s espeso el juego, de obligarle a buscar soluciones m¨¢s sutiles y a modular el exultante estado de forma de todos sus jugadores combinado con el sistema demoledor que emplea. Esa es la duda. Pero por el momento es ciencia ficci¨®n porque en los dos partidos que ha disputado se ha mostrado inalcanzable.
El partido de ayer qued¨® reducido a un entretenido intercambio de canastas en el primer cuarto (32-31) y al arre¨®n sostenido que desde entonces y hasta el final peg¨® el Barcelona. El Pamesa intent¨® paliar su desventaja de cent¨ªmetros con una defensa en zona. La cosa le funcion¨® al principio pero a la que el Barcelona apret¨® su defensa con la entrada de Nacho Rodr¨ªguez, De la Fuente y Savic empez¨® el desplome del equipo valenciano. En un equipo con jugadores del calibre de Due?as, Jasikevicius y Karnisovas, sobresali¨® por encima de todos Pau Gasol. En un visto y no visto hizo in¨²til cualquier intento de Alston por frenarle. Anot¨® 13 puntos, captur¨® cinco rebotes, recuper¨® un bal¨®n y efectu¨® dos tapones y tres mates.
La actuaci¨®n de Gasol, en apenas 15 minutos antes del descanso, fue tan disuasoria para el Pamesa como la abismal diferencia en la captura del rebote entre uno y otro equipo, en total 40 para el Barcelona y 25 para los valencianos que llegaron ya derrengados al descanso: 40-55 y con dos de sus pilares, Hopkins y Alston, sepultados por ese desequilibrio en el rebote. Entre Hawkins y Jasikevicius, Rodilla, el generador de juego del Pamesa, qued¨® practicamente inutilizado. Y bien es sabido que cuando el Pamesa no act¨²a al ritmo que marca su base es casi imposible que encuentre el camino de la victoria. Por si no bastara, en la segunda mitad irrumpi¨® Juan Carlos Navarro que acab¨® de coronar el trabajo demoledor. Frente a ello el Pamesa no pudo hacerse otra cosa que mantener la m¨¢s digna estampa posible y empezar a pensar en otra cosa, la semifinal de la Copa Saporta, por ejemplo. El Barcelona estar¨¢ en una final que no disputa desde 1996 y que no gana desde 1994.
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