?Cae el d¨®lar?
En su primera salida al extranjero, el nuevo secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, cometi¨® un desliz, porque dijo la verdad. Supuestamente, O'Neill afirm¨® que 'no estamos persiguiendo... una pol¨ªtica de revalorizaci¨®n del d¨®lar'. Atacado por invertir una tendencia mantenida desde hace tiempo, O'Neill se retract¨®. Una pena, porque su comentario ten¨ªa sentido. Estados Unidos no tiene una pol¨ªtica de tipo de cambio. Mientras Alan Greenspan reflexiona sobre el pr¨®ximo movimiento de los tipos de inter¨¦s en EE UU, se presta poca atenci¨®n al tipo de cambio del d¨®lar. Las decisiones sobre la pol¨ªtica monetaria estadounidense dependen de la fuerza o la debilidad de la econom¨ªa nacional y de la inflaci¨®n en EE UU.
Las fuerzas del mercado llevar¨¢n a una nueva devaluaci¨®n del d¨®lar frente al euro y del yen respecto al d¨®lar y al euro.
EE UU persigue una pol¨ªtica de revalorizaci¨®n del d¨®lar s¨®lo en un sentido: su pol¨ªtica monetaria est¨¢ encaminada a mantener baja la inflaci¨®n. El d¨®lar se mantiene fuerte en lo que respecta a su poder de adquisici¨®n sobre bienes y servicios estadounidenses. Una pol¨ªtica de d¨®lar fuerte significa una pol¨ªtica de euro d¨¦bil o una pol¨ªtica de yen d¨¦bil.
?Por qu¨¦ en EE UU un ministro de Hacienda tras otro han fomentado la revalorizaci¨®n del d¨®lar? La respuesta es en parte que apoyar un d¨®lar fuerte suena patri¨®tico. Adem¨¢s, se habr¨ªa considerado como un gesto hostil el que los secretarios Robert Rubin y Larry Summers insistiesen en que cre¨ªan en un euro d¨¦bil, aunque eso es lo que dec¨ªan impl¨ªcitamente.
Algunas autoridades estadounidenses creen que las declaraciones acerca de la fortaleza del d¨®lar estabilizaron en el pasado los mercados de valores extranjeros. Seg¨²n esta interpretaci¨®n, sin esas declaraciones los participantes en el mercado vender¨ªan d¨®lares para anticiparse a su ca¨ªda. Esas ventas de divisas provocar¨ªan el colapso de la divisa. El descenso del d¨®lar ser¨ªa una profec¨ªa hecha realidad. Si la econom¨ªa de EE UU sigue perdiendo fuerza mientras la econom¨ªa de Europa se mantiene fuerte, el d¨®lar se debilitar¨¢ frente al euro, independientemente de que el ministro de Hacienda estadounidense se dedique a promover el d¨®lar. Un d¨®lar m¨¢s d¨¦bil frente al euro contribuir¨¢ a sostener la demanda en EE UU cuando la econom¨ªa se ralentice. De igual modo, el yen perder¨¢ valor frente al d¨®lar y frente al euro por culpa de las flaquezas de Jap¨®n.
El ingenuo punto de vista de que el d¨®lar siempre se mantendr¨ªa fuerte frente al euro impuls¨® las entradas de capital en EE UU y aliment¨® la burbuja de alta tecnolog¨ªa entre 1998 y 2000. Ahora que la burbuja empieza a estallar, el d¨®lar est¨¢ devalu¨¢ndose frente al euro. Los excesos del pasado podr¨ªan acarrear una recesi¨®n en EE UU este a?o.
Basar la pol¨ªtica monetaria en la coyuntura econ¨®mica nacional es lo correcto. Las peque?as econom¨ªas estrechamente integradas con sus socios comerciales pueden poner topes a los tipos de cambio o vincular sus tipos a las divisas de sus socios comerciales, pero las econom¨ªas grandes y relativamente cerradas como la de EE UU, la UE y Jap¨®n, deben centrarse en su situaci¨®n econ¨®mica y dejar que los mercados determinen los tipos de cambio.
El d¨®lar deber¨ªa subir o bajar con respecto al euro y al yen dependiendo de los puntos fuertes y d¨¦biles de las tres zonas econ¨®micas. En el contexto actual, las fuerzas del mercado probablemente llevar¨¢n a una nueva devaluaci¨®n del d¨®lar frente al euro y a una nueva devaluaci¨®n del yen con respecto al d¨®lar y al euro. El secretario O'Neill lo hab¨ªa entendido bien, aunque se expresara torpemente.
Jeffrey Sachs es profesor de la C¨¢tedra Galen L. Stone de Econom¨ªa y Director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.
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