Dos y dos, veintid¨®s
El abyecto traslado del concepto versi¨®n del lugar que le era propio (las opiniones) hasta el que ocupa en la pr¨¢ctica general de los medios (los hechos) es una de las caracter¨ªsticas fundamentales del periodismo. Es una de las causas principales de las mentiras medi¨¢ticas y de la confusi¨®n resultante, y est¨¢ en la base de la expansi¨®n de una moral de la ecuanimidad relajante y apestosa, a la que gustosamente se acogen todos aquellos que, interrogados sobre la naturaleza de su conducta informativa, se escabullen con un 'a m¨ª que me registren, yo me limito a reflejar todos los puntos de vista'. El llamamiento a reflejar todas las versiones de los hechos supone en la pr¨¢ctica que los medios traten mentiras y verdades en pie de igualdad. Eso con suerte: porque, a veces, en ese pie s¨®lo se alzan las mentiras, bien protegidas por sus albardas de ecuanimidad .
Desde hace a?os, Miquel Almirall se dedica a contar manifestantes. Recuerda que un mill¨®n de personas son 10 'camps nous' llenos
Esta moral relativista podr¨ªa ilustrarse con ejemplos de una gran sofisticaci¨®n. Pero nada m¨¢s pedag¨®gico que acudir a la aritm¨¦tica para comprobar que, aun en ese reino de objetividad desolada, la versi¨®n exige su aversivo respeto. Veamos: todas las manifestaciones que se celebran en Espa?a provocan al d¨ªa siguiente una pieza period¨ªstica que comienza as¨ª: '150.000 manifestantes seg¨²n los organizadores, 50.000 seg¨²n la polic¨ªa municipal, desfilaron ayer por las calles de...'. La invitaci¨®n al lector para que saque la media del n¨²mero de asistentes es n¨ªtida. Asombrosa. Confortable. Obstinada. Deontol¨®gica. El problema es que el lector ha mandado all¨ª al periodista para que saque las cuentas por ¨¦l. El lector s¨®lo quiere saber cu¨¢ntos manifestantes hab¨ªa ayer por la tarde en la ciudad. Cu¨¢ntos. Sin versiones. Es imposible en Espa?a. Era imposible hasta que aparecieron el se?or Miquel Almirall y Contrastant, un bolet¨ªn informativo que con la regularidad del esc¨¢ndalo distribuye la verdad por correo electr¨®nico y tambi¨¦n desde su web, todav¨ªa en tr¨¢mites (www.contrastant.com).
Desde hace a?os, el se?or Almirall se dedica a contar manifestantes. No es matem¨¢tico, sino profesor de literatura catalana, como el resto de los miembros de Contrastant. Y si cuenta manifestantes es por Chomsky, del que se declara disc¨ªpulo, y su sistem¨¢tica desconfianza de los medios. Le agradar¨ªa dedicarse a tareas m¨¢s sofisticadas -el an¨¢lisis del discurso medi¨¢tico referente a la econom¨ªa, por ejemplo-, pero cree, con buen sentido, que todav¨ªa se precisa mucha pedagog¨ªa elemental.
El se?or Miquel Almirall ha distribuido en su bolet¨ªn algunas noticias sensacionales. 1. Que en la Diada de 1977 fueron unos doscientos mil catalanes (un mill¨®n seg¨²n la Aritm¨¦tica Recreativa) los que desfilaron por el paseo de Gr¨¤cia. 2. Que la manifestaci¨®n en memoria de Ernest Lluch reuni¨® no m¨¢s de 108.360 (900.000 seg¨²n la AR) manifestantes. 3. Que los que protestaron en febrero y en Barcelona contra el Plan Hidrol¨®gico Nacional no fueron m¨¢s all¨¢ de 37.983 (120.000 seg¨²n la AR). En las dos ¨²ltimas cifras ofrecidas por Contrastant se observa una precisi¨®n casi decimal. No es s¨®lo una provocaci¨®n y una asunci¨®n de responsabilidades: hay que observar tambi¨¦n el matiz 'no m¨¢s' de que acompa?a las cifras. En cuanto a la Diada, el redondeo obedece a que Contrastant no estaba all¨ª y la cifra surge del an¨¢lisis del territorio por donde discurri¨® la manifestaci¨®n. A¨²n m¨¢s sobre la Diada de 1977: el periodista Albert Viladot, en un reportaje publicado hace a?os en un lugar que no recuerdo, ya hab¨ªa advertido de que el mill¨®n era pura m¨ªmica: honor y gloria al pionero.
?Han inventado algo el se?or Almirall y la compa?a? ?Alguna m¨¢quina cuentahombres? El se?or Almirall s¨®lo multiplica: metros cuadrados del territorio de la manifestaci¨®n por la densidad media que presenta. Determinar el territorio es relativamente sencillo: mapas, grabaciones de televisi¨®n y la asistencia en directo de un par o tres de personas que se comunican entre s¨ª basta para saber cu¨¢l es el espacio total que ocupa una manifestaci¨®n. La densidad humana es m¨¢s complicada: los c¨¢lculos generales var¨ªan entre 1 y 2 personas por metro cuadrado y s¨®lo la visualizaci¨®n del acontecimiento permite establecerla con garant¨ªas. Por supuesto que es imposible saber el n¨²mero exacto de asistentes a una manifestaci¨®n convencional. Pero ¨¦ste no es el problema que tratamos. El problema que tratamos lo resume perfectamente el se?or Almirall.
-A veces la gente desconf¨ªa de nuestras cifras. Pero la desconfianza se acaba cuando hablamos en plata. ?Un mill¨®n, dice? ?Sabe usted que un mill¨®n de personas son 10 camps nous llenos a rebosar? ?Ha pensado usted lo que se tarda en desalojar un camp nou, uno, no 10? No estamos hablando de peque?as discrepancias entre lo que ofrecen los organizadores, las polic¨ªas locales o nosotros. Estamos hablando de grandes magnitudes. Mire, en la manifestaci¨®n en memoria de Ernest Lluch, la Guardia Urbana dio 900.000. Pero algunos peri¨®dicos, atrevi¨¦ndose por una vez a dar cifras propias, redondearon la cosa en un mill¨®n. Cien mil m¨¢s. Otro camp nou. Como el que no quiere la cosa.
La polic¨ªa local, al menos la de Barcelona, trabaja con los mismos instrumentos que Contrastant. Aplica las mismas reglas de evaluaci¨®n. Y m¨¢s o menos, unos y otros se han regido por el mismo sistema educativo. El se?or Almirall ha observado un fen¨®meno. Hay manifestaciones que desbordan la simpat¨ªa de la ciudadan¨ªa. La Guardia Urbana es ciudadan¨ªa. Cuando calcula estas manifestaciones, llena de alegr¨ªa, sus n¨²meros y los de Contrastant difieren radicalmente. En cambio, en otras, hoscas y minoritarias, como la que protest¨® recientemente en Barcelona por la aplicaci¨®n de la ley antiterrorista, Contrastant y la Guardia Urbana coincidieron n¨²mero por n¨²mero.
'?La versi¨®n de los hechos? ?Oh, s¨ª!, por supuesto', sostiene el ecu¨¢nime. 'Aunque depende de los hechos', redondea.
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