It
Cuando yo estaba estudiando en la jur¨¢sica Universidad Central del franquismo, uno de nuestos profesores -ya fallecido- invit¨® a su clase a don Luis Recasens Sitches, un soci¨®logo por entonces muy mayor que hab¨ªa hecho toda su carrera en el exilio mexicano (el recientemente nombrado embajador de M¨¦xico en Espa?a me comentaba el otro d¨ªa que fue alumno suyo). No era precisamente don Luis un revolucionario, pero llegaba a nosotros nimbado por su prestigio de republicano y desterrado: de su charla no recuerdo piadosamente nada, salvo que calific¨® a Mussolini de 'payaso tr¨¢gico', y esa denominaci¨®n impresion¨® tanto ¨¦tica como est¨¦ticamente a mi ingenua mocedad. Muchos a?os despu¨¦s le¨ª la novela It, de Stephen King, en la que un duradero monstruo espectral adopta la apariencia de payaso nocivo para hostigar a los j¨®venes protagonistas, y record¨¦ caprichosamente a don Luis Recasens y su caracterizaci¨®n dram¨¢tica del l¨ªder fascista. Ambos episodios me volvieron otra vez a la memoria ayer, al enterarme de que la representante de EH en el Ayuntamiento de Lasarte que se neg¨® a condenar el obsceno asesinato de Froil¨¢n act¨²a en sus ratos libres como payaso ante p¨²blicos infantiles. De nuevo me impact¨® el contraste entre la bonhom¨ªa ingenua del abigarrado personaje dedicado noblemente a hacer reir y la vocaci¨®n sanguinaria latente bajo chafarrinones de purpurina.
Pero es que tambi¨¦n en el horror ya enquistado que padecemos los vascos y por extensi¨®n perversa otros muchos espa?oles no faltan rasgos propios de un circo aciago. Si no acumul¨¢semos tantas v¨ªctimas, tanto espanto envilecedor, tanta tristeza por lo que ha pasado y tanta angustia por lo que se nos viene encima... ser¨ªa para re¨ªrse. No me digan que no tienen gracia, por ejemplo, las reacciones que ha suscitado el informe sobre Euskadi del comisario Gil-Robles. Lo ¨²nico que ha hecho es poner negro sobre blanco una peque?a parte de lo que todo el mundo que vive all¨ª y no est¨¢ en n¨®mina del nacionalismo en fase terminal comenta cada d¨ªa: probablemente tambi¨¦n lo que le dice en privado I?aki Anasagasti a su amatxo cuando se acuerdan del incidente aquel del autob¨²s incendiado y suspira al verse paseando en coche blindado.
Pero a la hora de calificar p¨²blicamente el informe, I?aki habla de 'panfleto antidemocr¨¢tico' y de 'golpe sucio y bajo'. ?Por qu¨¦? Uno: porque el comisario estuvo en la CAV s¨®lo dos d¨ªas y no visit¨® Navarra. ?Como si para entender lo que sucede en la CAV fuera obligatorio pasar tambi¨¦n por Navarra! ?Como si convivir dos semanas o dos meses con los amenazados, con la impunidad de los violentos, con la propaganda deformadora y crimin¨®gena, quiz¨¢ incluso como si esperar a ver un asesinato en directo fuese a mejorar la opini¨®n del comisario sobre nuestra feliz Peneuvelandia! Si se llega a quedar m¨¢s tiempo, Gil-Robles hubiera asistido a la detenci¨®n de los asesinos de un ertzaina dos horas despu¨¦s de cometer su crimen, eficacia admirable que contrasta con otras muestras de indolencia m¨¢s inexplicables y contribuye evidentemente a reforzar las cr¨ªticas de ERNE. Los otros reproches de Anasagasti al documento europeo resultan a¨²n m¨¢s raros: le acusa de haber omitido las reservas sobre las cr¨ªticas a la educaci¨®n del escrito formuladas por el rector de la UPV despu¨¦s de que el informe se hiciera p¨²blico y sobre todo que ¨¦ste apareciera antes de la cita electoral de mayo. Claro, lo ideal ser¨ªa informar de lo que pasa cuando ya se hubiera votado, para que la turbia realidad no pueda comprometer ni modificar la nitidez tenebrosa del programa electoral nacionalista. ?Payasos? Gabi, Fof¨® y Miliki hac¨ªan re¨ªr con comentarios menos grotescos...
Tampoco deja de tener su triste gracia que a estas alturas haya que justificar una pancarta que dice 'no' tanto a ETA como a sus c¨®mplices. ?O es que acaso ETA no tiene c¨®mplices, con mayor o menor grado de deliberaci¨®n y responsabilidad penal? Que son c¨®mplices los que se?alan a sus vecinos y dan informaci¨®n a los verdugos para que los maten no puede dudarlo nadie cuerdo. Pero ?acaso no hay complicidad alguna en quienes hablan de 'conflicto pol¨ªtico' despu¨¦s de cada crimen, en quienes condenan aparatosamente la violencia pero comprenden obstinadamente a los violentos, en los que proclaman tener id¨¦nticos objetivos de radicalismo ¨¦tnico que los terroristas, en quienes vienen sembrando desde hace d¨¦cadas el odio y la mentira como fundamentos de la construcci¨®n nacional y luego califican de enemigos de dicha entelequia nacionalista a los que denuncian el odio y la mentira? Tengo en las manos una revista infantil, distribuida generosamente por todas las escuelas y pagada con subvenciones oficiales, en la que -junto a historietas de las hermanas Gilda o Mortadelo- se propone en la secci¨®n de entretenimientos la siguiente adivinanza: 'No es espa?ol/a ni franc¨¦s/a, est¨¢ bajo el yugo de Espa?a o Francia, vive en Euskal Herria y sabe euskera'. Respuesta: vasco/a. ?Carecen tales comeduras de coco de toda complicidad con la violencia? ?No me hagan re¨ªr!
Pero sigamos carcaje¨¢ndonos (rire jaune le llaman los franceses a esta hilaridad). Aqu¨ª llegan los invictos representantes del izquierdismo hisp¨¢nico para sostener que el resultado de las elecciones no decidir¨¢ nada (despu¨¦s de haber dicho que no hay soluci¨®n policial, tampoco el m¨¦todo pol¨ªtico tiene su benepl¨¢cito), para afirmar que no habr¨ªa mayor cat¨¢strofe que un Gobierno no nacionalista pese a que todas las cat¨¢strofes hasta ahora han ocurrido bajo el Gobierno nacionalista, para denostar el pacto por la libertad y contra el terrorismo -el m¨ªnimo com¨²n denominador de la democracia en el Pa¨ªs Vasco- como algo sectario, tramposo e inhumano. Son los pont¨ªfices a lo Haro Tecglen, a los que todos los puentes se le han ca¨ªdo, menos mal, pero que no por eso dejan de pontificar. Y se indignan de que alguien les suponga complicidades o complacencias con ETA. No, hombre, no, pueden estar tranquilos. ETA es una organizaci¨®n perversa pero eficaz y nunca admitir¨ªa como colaboradores a in¨²tiles semejantes, que no sirven ni para poner bombas ni para explicar racionalmente la realidad pol¨ªtica.
?No har¨ªa tambi¨¦n re¨ªr, si tuvi¨¦semos ganas de re¨ªrnos, el cacareado p¨¢nico a la posible y hasta inminente 'fractura social'? De tan grande peligro, si hemos de creer al se?or Tr¨ªas de CiU, todos somos culpables: tanto la gente como Froil¨¢n, que charlaba paciente y civilizadamente con sus delatores, como quienes le delataron a la bestia y quiz¨¢ como la bestia misma que le ejecut¨®. ?Qu¨¦ cosas! Ahora no hay fractura, s¨®lo personas que no pueden moverse ni realizar campa?a pol¨ªtica sin escolta, gente en el corredor de la muerte, gente que no se atreve ni a decir a los encuestadores lo que va a votar... y otros que les miran, les compadecen, de labios para fuera (aunque critican su obstinaci¨®n en no dialogar, es decir, en no ceder ante quienes les amenazan) y unos cuantos m¨¢s que planean fr¨ªamente su eliminaci¨®n. Fractura social de la buena no habr¨¢, seg¨²n ellos, hasta que al d¨ªa siguiente de un atentado de ETA tengan m¨¢s miedo de salir a la calle los que vitorean a los criminales que las dem¨¢s posibles v¨ªctimas. ?Qu¨¦ gran desgracia ser¨ªa! Ja, ja, ja.
Bernard Crick comienza su excelente En defensa de la pol¨ªtica (ed. Tusquets) con estas palabras: 'Uno de los grandes riesgos que corren los hombres libres es aburrirse de las verdades establecidas. El hast¨ªo les proporciona una excusa en los tiempos dif¨ªciles para evitar redefinir las cosas con inteligencia e imaginaci¨®n, o para escudarse en la indiferencia acad¨¦mica o en la imparcialidad cient¨ªfica, en lugar de hacer fecundos los viejos t¨®picos'. Viejos t¨®picos como constituci¨®n, estatuto, ciudadan¨ªa frente a etnicismo. S¨ª, lo que faltan es pol¨ªticos -eso que cualquier dem¨®crata debe ser- y sobran payasos. Y payasadas.
Fernando Savater es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad Complutense.
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