La falta de una pol¨ªtica cultural universitaria
Las sucesivas demoras en acometer la reforma de la Universidad que todos estiman urgente, los enconados debates en torno a ella, est¨¢n llevando a una situaci¨®n l¨ªmite. Ahora la pregunta ya no es s¨®lo qu¨¦ Universidad queremos, sino si queremos que haya Universidad. No se trata ¨²nicamente de una reforma de la Reforma, sino de una redefinici¨®n de la Universidad o, en su caso, de la supresi¨®n de la palabra por haberse quedado vac¨ªa de contenido. De hecho, ya se habla abiertamente de una 'educaci¨®n superior' al margen de la Universidad. Una muestra de todo ello la encontramos en ese pol¨¦mico documento, el informe Universidad 2000, tambi¨¦n llamado informe Bricall, que en su loable prop¨®sito de corregir el 'd¨¦ficit de reflexi¨®n' en torno a estos temas, la introduce con el ep¨ªgrafe 'Cambios en la misi¨®n de la Universidad', t¨ªtulo que ciertamente recuerda otro, el de Misi¨®n de la Universidad de Ortega y Gasset de 1930.
Llama la atenci¨®n que todo el debate en torno a la Universidad se centre casi exclusivamente en la docencia y la investigaci¨®n y no tenga en cuenta la tercera finalidad que es la creaci¨®n, desarrollo y difusi¨®n de la cultura. A ella se alude en la Magna Charta Universitatum de Bolonia (1988), tambi¨¦n en las declaraciones de la Sorbona de 1998 y la de Bolonia de 1999, donde se enfatiza el papel de la Universidad en la construcci¨®n cultural europea. Y la Ley de Reforma Universitaria en su art¨ªculo n¨²mero 2 destaca como funciones de la Universidad 'la creaci¨®n, desarrollo, transmisi¨®n y cr¨ªtica de la ciencia, de la t¨¦cnica y de la cultura'. No faltan, pues, indicaciones claras, sino que, como en otras ocasiones, la ley no se cumple.
En la mayor¨ªa de las Universidades contrasta la proliferaci¨®n de actividades culturales con la ausencia de una pol¨ªtica cultural universitaria. Ahora bien, ¨¦sta no es s¨®lo un asunto de 'extensi¨®n' universitaria, propio de Vicerrectorados o de Servicios de Actividades Culturales, sino que afecta al n¨²cleo de la vida universitaria misma. Se trata (hay que volver a hablar en estos t¨¦rminos) de la alta cultura, de la cultura de la excelencia, nacida de la interacci¨®n de los diferentes conocimientos y de la colaboraci¨®n de los miembros de la comunidad universitaria. Es una cultura que sustituye el ya caduco modelo del espectador por el de la participaci¨®n. Y es as¨ª como la Universidad aporta a la sociedad un plexo de ideas vivientes y vigentes, cumpliendo el papel que se le asign¨® hace tiempo, el de ser un 'poder espiritual' decisivo en la construcci¨®n pol¨ªtica de Europa, entendida tambi¨¦n como tarea cultural.
Que la Universidad no asuma esta responsabilidad no beneficia a nadie, y menos todav¨ªa a ella misma. Por el contrario, el desarrollo de una aut¨¦ntica cultura universitaria elevar¨ªa el nivel medio existente, descargar¨ªa de tareas similares a otras instancias y ayudar¨ªa a corregir el norte de algunas iniciativas estatales. La cultura es el modo como los saberes se comunican entre s¨ª y se hacen comunicables como sabidur¨ªa de la vida. Su ausencia provoca que cualquier intento de reforma se traduzca, no en una mejora solidaria del saber, sino en un nuevo reparto de parcelas de poder.
La Universidad tiene que cobrar conciencia de que en buena medida ha dejado de serlo de puertas adentro. Pero tambi¨¦n de que, con todas las deficiencias que puedan se?alarse, est¨¢ hoy mejor dotada que nunca para remediar esa carencia de pol¨ªtica cultural que afecta a su propia esencia. Por parte de la sociedad, se trata de considerar si queremos la Universidad de oficios que supuestamente demanda el mercado, en cuyo caso habr¨¢ que pensar en darle otro nombre, o si debe cumplir una funci¨®n social distinta aunque no desconectada de las exigencias anteriores. La sociedad espera de la Universidad que no sea s¨®lo la instituci¨®n en la que se generan y transmiten conocimientos, sino que tambi¨¦n eduque en valores. Y ¨¦sa es una tarea cultural que debe asumir.
Jos¨¦ Luis Molinuevo es catedr¨¢tico de la Universidad de Salamanca (molv@gugu.usal.es).
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