La vida 'aventurera' de Javier Bergia
El cantautor re¨²ne a sus colegas en un disco homenaje al Madrid de sus a?os de infancia y adolescencia
-A m¨ª, ya ve usted, Franco me dio una vez un guantazo.
-No me diga.
-Como se lo cuento. Yo estudiaba en el colegio de San Ant¨®n, ah¨ª mismo, en Chueca, y un d¨ªa vino Franco, de negro, con unos se?ores de negro y unos coches negros. Nos formaron en el patio y Franco, ese hombre, nos dio un cachete a cada uno.
Lo dice en serio. Javier Bergia (Madrid, 3 de junio de 1958) lo dice completamente en serio y jura que es verdad. Y lo ser¨¢. Porque Javier Bergia no miente. Aunque reconozca que en los cientos de canciones que ha hecho se le haya escapado alguna mentirijilla, o, bueno, una exageraci¨®n tal vez. Pero la esencia est¨¢ ah¨ª. As¨ª que todo lo que cuenta y canta en ese disco que acaba de sacar (Veinticinco A?os, Tagomago 2001) es verdad.
'Soy de una generaci¨®n ¨²nica; vamos, que soy el ¨²nico de mi generaci¨®n'
Ese Madrid de la Nochevieja en la Puerta del Sol, esa calle de Recoletos, esa Castellana, esos paseos y esos hoteles fronterizos, esos viajes en tren hacia un Par¨ªs so?ado, las canciones de Los Brincos, los a?os en la buhardilla, el deseo de ser hippy en Ibiza...Todo eso es verdad.
Es Bergia grande, enorme. Una especie de Goliat sin Capit¨¢n Trueno. Y en sus palabras se le desborda una capacidad extraordinaria para la fabulaci¨®n. Para contar cada cosa cotidiana como si fuera una aventura en una isla llena de piratas, en una selva de salvajes antrop¨®fagos. As¨ª que cuando habla de su abuelo materno, el tenor Jos¨¦ Garc¨ªa Romero, destaca que era un hombre que se disfrazaba de mendigo y se iba a la estaci¨®n de Atocha, a observar a la gente, para luego representar bien sus papeles en el teatro. Y su 'gran facilidad para sacar caramelos de las orejas'. Su madre tambi¨¦n era artista, la soprano Amelia Garlez.
Su padre fue motorista, correo en las Brigadas Internacionales. Y su abuelo paterno, Pablo de Bergia y Olmedo, fue abogado, diputado y reportero del diario El Liberal, amigo de Juli¨¢n Besteiro.
-Y le gan¨® tres pleitos al Rey Alfonso XIII.
En su manera de contar, su colegio no era un colegio normal. Era un colegio al que iba Franco, y en el que colocaban a los frailes fallecidos en el patio, en un f¨¦retro, y ellos ten¨ªan que pasar por delante del ata¨²d, asustados y silenciosos. Y hab¨ªa ratas como castores, dice. Y ¨¦l se tumbaba encima de la alcantarilla, en el patio, y las contaban cuando cruzaban por debajo.
Su calle, en la que siempre ha vivido, Cedaceros, era el ¨²ltimo puesto civilizado antes de internarse en terriotorio inexplorado, con aquel cine donde pon¨ªan Tarz¨¢n y King Kong. Pel¨ªculas que considera fundamentales en su vida.
Todo era una aventura. Hasta ir a la calle Le¨®n a comprar treinta churros y cuarenta porras. Es que era una familia amplia y de buen comer: ocho hermanos tiene Bergia. Y todos -alguno, profesionalmente- relacionados con la m¨²sica. Una aventura ir a la bodega La Regional, en la calle de los Madrazo, por ejemplo. La entrada al escenario del Teatro de la Zarzuela estaba al lado.
-Te encontrabas con toda una legi¨®n de romanos comiendo a toda velocidad tajadas de bacalao durante el entreacto y, despu¨¦s, sal¨ªan a toda mecha para seguir con la funci¨®n. Era alucinante, ya le digo.
Fue una infancia que le llen¨®. Que ahora se refleja en sus canciones. En ese recuerdo de las ma?anas del Price. De colegios mayores. De Rockola, cantando folck en mitad de la movida.
-Yo es que llegu¨¦ tarde o demasiado pronto, seg¨²n se mire.
-?Por qu¨¦ dice eso?
-Pues, mire usted: yo empec¨¦ a tocar folk y no estaba de moda. Y aparec¨ª como cantautor cuando los cantautores estaban en decadencia. Soy de una generaci¨®n ¨²nica. Vamos, que soy el ¨²nico de mi generaci¨®n.
Pero eso de que no ha llegado a ning¨²n sitio a tiempo no es verdad. Ha hecho ocho discos. Y ha conseguido que la gente sonr¨ªa, cante, se emocione con sus canciones, con su pasi¨®n por la hermana de su novia, con la frustraci¨®n de la casa donde bes¨® una vez a alguien, y en la que el PSOE tiene ahora unas oficinas. Y es capaz de hacer un disco que se llama Veinticinco A?os, cuando lleva veinte dedicado a la m¨²sica. Pero, ?es que en toda aventura no hay siempre algo de fantas¨ªa? Pues entonces.
![El cantautor Javier Bergia, en su casa de Val de Santo Domingo (Toledo).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QHECXUIF2CBTFAT3THJOUDCW5A.jpg?auth=5be5239ab33276ffa0b06ae260080c25316c7b1a00b30cb5530e2a2ca7a7256a&width=414)
Aqu¨ª unos amigos
En este disco, recuerdo de Madrid, de sus sue?os de adolescente, Javier Bergia ha reunido a una parte m¨ªnima de sus amigos: Clara Serrano -m¨¢s que amiga-, Jos¨¦ Mar¨ªa Guzm¨¢n, Marta de la Aldea, Alberto P¨¦rez -magn¨ªfico cha-cha-ch¨¢-, Mar¨ªa Jos¨¦ Hern¨¢ndez, Ismael Serrano, Luis Pastor, Pablo Guerrero, Ra¨²l Santana y sus compa?eros m¨²sicos: Fredi Marug¨¢n, Fran Rubio, Santi Mu?oz, Juan Alberto Arteche, Cuco P¨¦rez, Eduardo Laguillo, Antonio Toledo y tantos otros. Porque a Bergia le crecen los amigos. 'Habla de... no te olvides a...' Al grupo sefard¨ª Halilem, Alquibla... Pero, sobre todo, a su 'aut¨¦ntico maestro', Gregorio Paniagua. Con ¨¦l fue en 1994 a Budapest (Hungr¨ªa), a trabajar en la m¨²sica de la pel¨ªcula Der Freichutz, de la directora h¨²ngara Ildik¨® Szab¨®. Y le arrastr¨® por EE UU, con el grupo de m¨²sica tradicional La Musga?a, y por Argentina y media Europa. Ahora est¨¢ en un pueblecito de Toledo, Val de Santo Domingo. All¨ª prepara un nuevo disco, produce y compone, hace arreglos para amigos, discos de villancicos, canciones infantiles, m¨²sica para series de televisi¨®n. C¨®mo saca tiempo para todo es uno de sus secretos mejor guardados. Porque, adem¨¢s, interviene como percusionista con otros m¨²sicos, viaja, experimenta con nuevos y viejos instrumentos, escribe poes¨ªa y prepara sus memorias, que lee absolutamente serio entre las carcajadas de quienes le escuchan. Y le da tiempo a hablar con la gente, recorrer la sierra de San Vicente, trabajar en la radio y hasta maldecir la hora en que adopt¨® un perro perdido, golfo y vagabundo, que le torea y se le va continuamente de perras.
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