Una gala sin sorpresas
La presencia de Javier Bardem, Jennifer L¨®pez, Pen¨¦lope Cruz y Benicio del Toro dio el toque hispano
Los m¨¢s guapos de la noche no recibieron ning¨²n Oscar, porque ni tan siquiera eran candidatos. Fueron el actor chino Chow Yun-Fat, protagonista de Tigre y drag¨®n, y una an¨®nima azafata asi¨¢tica que, alta, delgada y radiante, se mov¨ªa detr¨¢s de Steve Martin. Y a la chica m¨¢s osada del show los productores de la retransmisi¨®n televisiva la censuraron mostr¨¢ndole de cuello para arriba. Era Jennifer L¨®pez, que, tras el escotazo en los Grammy de hace un par de a?os, exhib¨ªa sus pechos tras una gasa transparente.
La gala de los Oscar, dada la falta de sorpresas y pese al recorte de media hora con relaci¨®n a anteriores, se hizo larga. Lo dijo muy bien Steve Martin: 'Es interesante observar que al principio de este espect¨¢culo el se?or Lehman ten¨ªa 24 a?os'. Ernest Lehman, el guionista de Sabrina y West side story, que acababa de recibir un Oscar honorario, naci¨® en Nueva York hace 85 a?os. Como maestro de ceremonias, Martin hizo todo lo posible por abreviar la cosa. Sobre un decorado que recordaba las losetas de un cuarto de ba?o, estuvo m¨¢s sobrio que Billy Crystal y su humor fue m¨¢s ¨¢cido e inteligente que el de su hist¨®rico predecesor.
Ganaron la novia de Am¨¦rica y el destructor de matrimonios venido de Ocean¨ªa. Lo del Oscar para Julia Roberts estaba cantado; el conseguido por Russell Crowe era previsible. 'Amo al mundo, soy tan feliz', dijo la Roberts, que ten¨ªa grandes problemas para caminar arrastrando la cola de su hermoso traje negro de Valentino. Esta chica es tan normal que, sin duda, est¨¢ m¨¢s acostumbrada a vaqueros y minifaldas. Crowe, con una medalla en el esmoquin, se comport¨® como un toro encajonado hasta que le dieron la estatuilla. M¨¢s seco que Maximus y mascando chicle.
Javier Bardem y sus amigos le dieron a las Coronitas antes de la gala, pero en la alfombra roja y en el auditorio el espa?ol estuvo muy profesional. Cuando se anunci¨® la victoria de Crowe, rompi¨® a aplaudir como aliviado de una carga. A lo mejor no haber ganado le evita muchos problemas a Bardem, al que antes hab¨ªan mencionado elogiosamente Martin y Winona Ryder. La otra presencia espa?ola fue la de una muy linda Pen¨¦lope Cruz, que present¨® el primero de los cinco oscars que se llev¨® Gladiator, al mejor vestuario.
Bromas para Pen¨¦lope
Martin le dedic¨® una broma a Cruz, 'que empez¨®', dijo, 'con Mujeres encima; sigui¨® con Carne tr¨¦mula, y termin¨® con Blow, una palabra que en ingl¨¦s puede tener m¨²ltiples significados, alguno de ellos sexual. Lo que quiso decir Martin es que la feminidad de la espa?ola est¨¢ provocando terremotos en Hollywood, am¨¦n, como es notorio, de portadas por doquier en todo EEUU. La ¨²ltima es la que le dedica esta semana la revista Time como exponente de las nuevas generaciones europeas.
Siguiendo con lo hispano, estuvo muy bien que, como esperaba la cr¨ªtica y el p¨²blico, Benicio del Toro se llevara el Oscar al mejor actor de reparto. El puertorrique?o de los ojos hinchados y enigm¨¢ticos se lo dedic¨® al Nogales de Arizona y al Nogales de M¨¦xico, haciendo su aportaci¨®n a la progresiva extinci¨®n de la frontera del r¨ªo Grande.
Entre el p¨²blico, la ¨²nica excentricidad la puso Danny DeVito, que se lo pasaba en grande sin quitarse las gafas de sol y dejar de comer zanahorias. Se ech¨® en falta la bulla que suele meter Jack Nicholson. Otra cosa curiosa fue que Bob Dylan gan¨® un Oscar. El veterano del folk con mensaje lo agradeci¨® en directo desde Australia y, muy limadas sus aristas, con referencias a Dios. El Oscar a la mejor direcci¨®n para Steven Soderbergh fue justo, ya que Traffic era la pel¨ªcula de darle m¨¢s al coco de las candidatas, y la estatuilla al mejor filme para Gladiator encaj¨® en la pasi¨®n de Hollywood por superproducciones de romanos.
A muchos, Juliette Binoche les pareci¨® horrible con su disfraz de los a?os del charlest¨®n. En cambio, la joven promesa rubia Ren¨¦e Zellweger estaba arrebatadora. Tom Cruise fue discreto, que el horno no est¨¢ para bollos tras su divorcio de Nicole Kidman. Ya lo dijo Martin: 'Si en Hollywood es dif¨ªcil mantener un matrimonio es porque dormimos con tanta gente'. El gran efecto especial de la gala, que se desarroll¨® bajo la invocaci¨®n de 2001, una odisea del espacio, fue la conexi¨®n con la estaci¨®n espacial internacional y sus astronautas.
Pero quiz¨¢ lo que quede de ella es la idea de que por falso, interesado y pesetero que sea Hollywood, es mucho mejor que la ausencia de Hollywood. Tambi¨¦n lo se?al¨® Martin cuando, aludiendo al gigantesco Oscar que ten¨ªa detr¨¢s, dijo: 'Si esta estatua estuviera en Afganist¨¢n, ya habr¨ªa sido destruida'.
Babelia
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