El sudor del m¨²sico
M¨¢s de 500 estudiantes acuden estos d¨ªas a las pruebas para entrar en la Orquesta Joven de Andaluc¨ªa
Temblor en las manos, sudor fr¨ªo, p¨¦rdida temporal de memoria, perdida temporal de o¨ªdo... No. No son los s¨ªntomas de ninguna enfermedad nueva, sino la sensaci¨®n que experimenta un m¨²sico de conservatorio cuando tiene que presentarse a una prueba de audici¨®n. Es lo que, entre ayer y hoy, est¨¢n sintiendo m¨¢s de medio centenar de j¨®venes granadinos que aspiran a formar parte de la Orquesta Joven de Andaluc¨ªa (OJA). Quien mejor combata los s¨ªntomas del p¨¢nico puede aspirar a ser m¨²sico de orquesta.
M¨¢s de 500 j¨®venes en toda Andaluc¨ªa, de entre 12 y 22 a?os, est¨¢n siendo escuchados por el nuevo titular de la OJA, Michael Thomas, acompa?ado en diferentes ciudades por otro director de orquesta. Ayer y hoy, en Granada, le ha tocado al titular de la Orquesta Pablo Sarasate de Pamplona, Ernest Mart¨ªnez Izquierdo. Los dos coincidieron en el mismo diagn¨®stico: el nivel est¨¢ siendo muy alto.
'Hemos visto desde cosas tremendamente buenas hasta cosas no tan buenas', explicaba Thomas. 'Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que escuchamos a gente de 12 a?os y a gente de 20. Pero el nivel nos est¨¢ sorprendiendo mucho'.
En las bambalinas del Auditorio Manuel de Falla de Granada hab¨ªa ayer un ambiente aparentemente tranquilo. Pero s¨®lo eso. Aparentemente. '?C¨®mo ha sonado por fuera?', preguntaba, acalorado, Francisco Javier Corral, un brillante percusionista de 23 a?os del pueblo de Nig¨¹elas, que se las vi¨® con una sonata para timbales de John Beck. '?C¨®mo ha sonado?', insist¨ªa al terminar su intervenci¨®n.
'Ya hice una prueba para la OJA en 1997', comentaba m¨¢s tarde, 'y qued¨¦ como reserva, pero nadie dej¨® la plaza vacante'.
Corral va estos d¨ªas de audici¨®n en audici¨®n y, mientras, se gana la vida dando clases, asistiendo al conservatorio de Sevilla, donde cursa 4? de percusi¨®n, y 'haciendo algunos bolos con bandas y orquestas'.
Un m¨²sico profesional sabe que el resto de su vida estar¨¢ dedicado al instrumento que ejecuta. 'Yo s¨¦ que estar¨¦ tocando hasta que me muera', dice Corral. 'Es lo que me gusta, y s¨¦ que requiere mucho sacrificio, porque siempre est¨¢s aprendiendo'. Luego a?ade: 'Lo que me sorprende es cuando la gente me pregunta que, a parte de estudiar m¨²sica, qu¨¦ m¨¢s estudio. ?C¨®mo si esto no fuese estudiar! Si los m¨¦dicos estudiasen lo que estudian los m¨²sicos de orquesta, habr¨ªa unos cuantos Premios Nobel m¨¢s'.
La tarde de ayer estuvo dedicada a las percusiones, las cuerdas y los metales. Los m¨²sicos sub¨ªan con su partitura al escenario; manten¨ªan una breve charla con los dos directores de orquesta, sacaban una partitura que ellos hab¨ªan preparado y la tocaban. Luego deb¨ªan leer otra partitura que desconoc¨ªan e interpretarla.
?Nervios? Todos los del mundo. Fabi¨¢n Pedregosa, de 17 a?os, violinista, lo admit¨ªa sin mover un s¨®lo m¨²sculo del rostro. No es la primera vez que se ha visto en una de ¨¦stas. Ya hizo audiciones en Bruselas, y ha tocado con la Orquesta de la Escuela de Europa. Pero nunca desaparece el mal trago del momento inmediatamente anterior al de subirse a un escenario. Como ¨¦l, otro joven aspirante a ser m¨²sico de la OJA, Ernesto Correa, de 12 a?os, tambi¨¦n violinista. '?Nervioso? Un poco'.
Unos 500 aspirantes en Andaluc¨ªa son muchos para una sola orquesta. Parece un s¨ªntoma de inter¨¦s. 'Lo que s¨ª he notado', afirmaba Thomas, 'es que el nivel entre los m¨²sicos ha mejorado mucho'. Su sudor les cuesta. Y el vencer los s¨ªntomas del p¨¢nico.
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