El humor de Pep¨ªn Bello y la solemnidad de los pol¨ªticos
Con su sonrisa permanente, genio y figura, el oscense Jos¨¦ Bello Lasierra (1904) dio ayer otra lecci¨®n de naturalidad y alegr¨ªa, y resucit¨® de paso la memoria de los buenos y viejos tiempos en que la Residencia era un hervidero de talentos.
Su discurso, improvisado y lleno de bromas, contrast¨® con la oficialista solemnidad de las alocuciones, le¨ªdas, de Aznar, Anna Birul¨¦s y Pilar del Castillo, aunque la ministra de Cultura traz¨® una c¨¢lida y elogiosa semblanza de Pep¨ªn Bello.
Aznar, al que gusta mucho ir por la Residencia, termin¨® diciendo: 'Si no es molestia, que me vuelvan a invitar'. Antes de ponerse jocoso, cit¨® a Prados, Moreno Villa y Altolaguirre, y, a prop¨®sito de Cernuda, anunci¨® que el a?o pr¨®ximo se celebrar¨¢ el centenario de su nacimiento: 'Espero', dijo, 'que sea un ¨¦xito tan rotundo como fue el de Lorca'.
Cuando el presidente impuso a Pep¨ªn Bello la Gran Cruz del M¨¦rito Civil de Alfonso X el Sabio, ¨¦ste subi¨® con su bast¨®n al estrado y dijo: 'Estoy verdaderamente rebasao, sin argumentos para deciros algo. No se qu¨¦ pensar en este momento. Eso que ha dicho la ministra es, a mi modo de ver, excesivo. Yo no tengo esos m¨¦ritos. La generaci¨®n del 27 se bast¨® muy cumplidamente para ser quien fue. No hac¨ªa falta ning¨²n Jos¨¦ Bello para situarlos, val¨ªan todos much¨ªsimo; desde luego, mucho m¨¢s que yo. Pero algo hab¨ªa que decir de m¨ª para darme esta corona'.
'No es que no hiciera nada', continu¨® Bello, 'hice lo necesario, lo que pude, lo que la generaci¨®n necesitaba de m¨ª. Eso lo hice, pero no los elev¨¦ a ning¨²n pedestal. Ellos eran gente muy civilizada, muy preparada, muy bien educada, y, por cierto, casi ninguno era de Madrid. En esa situaci¨®n, hice lo que deb¨ªa hacer, ser un buen componedor entre lo que no estaba del todo bien compuesto'.
'Creo que lo consegu¨ª', a?adi¨®, 'porque tuve la amistad de todos, el afecto de todos, y eso me bast¨®. Tanto es as¨ª, que creo que esta condecoraci¨®n le corresponde en gran parte a la generaci¨®n del 27. Me la han puesto a m¨ª porque soy el ¨²ltimo representante, porque hace unas semanas ha muerto Rafael Mart¨ªnez Nadal'.
Junto a Pep¨ªn Bello estaban sus hermanas Adelina (92 a?os) y Elena (74), supervivientes de una familia que lleg¨® a tener siete hermanos. Adelina, que nada cada d¨ªa, va al gimnasio y cree 'en el agua fr¨ªa', tambi¨¦n record¨® sus tiempos de estudiante en la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, cuando en ese mismo sal¨®n de actos ahora reformado daban conferencias 'todas las celebridades de Europa'.
Pep¨ªn cit¨® a algunos de esos 'amigos a los que estrech¨¦ la mano': Einstein, Wells, Marie Curie, Chesterton, Tagore, Ortega, Baroja, P¨¦rez de Ayala, Coss¨ªo 'y aquellos portugueses, tremendos oradores, casi irresistibles de o¨ªr'.
Fue su gran d¨ªa, el d¨ªa del homenaje merecido y tard¨ªo a un hombre excepcional, que termin¨® dedic¨¢ndoselo 'a los muertos'.
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