El miedo arbitral impone su ley
El juez principal apela a su instinto de supervivencia y priva al Tau del triunfo en Atenas
El an¨¢lisis emp¨ªrico, la ortodoxia, anunciaba un partido duro, ¨¢rido, ¨¢spero,poco dado a los atrevimientos. Esos partidos que se juegan en dos terrenos: uno, la charla t¨¦cnica de la ma?ana (v¨ªdeo incluido) y otro en la cancha con el coraz¨®n caliente y la cabeza fr¨ªa. Todo cierto. Una pr¨®rroga en la que se acumulan alternativas. Tan cierto como que hay que estar preparado para todo. Llegado el caso, todo se pondr¨¢ en contra del inferior, es decir del visitante. Es el tercer partido, el de los ¨¢rbitros, el de la mesa, tambi¨¦n previsible: en caso de duda, tambi¨¦n se sabe qui¨¦n gana: el anfitri¨®n. Puro instinto de supervivencia. Y gan¨® el AEK con una canasta dos segundos fuera de tiempo que nadie se atrevi¨® a anular.
AEK 75|ATENAS 74
AEK Atenas: Stefanov (7), Kutluay (20), Kikilias (3), Dikoudis (17), Betts (10) -equipo inicial-, Kakiovzis (6), Hatzis (10), Panteliadis (-) y Hammink (2). Tau Vitoria: Bennett (6), Foirest (15), Timinskas (5), Alexander (19), Oberto (8) -equipo inicial-, Scola (10), Stombergas (5) y Corchiani (6). ?rbitros: Radic (Croacia), Pozzana (Italia) y Jersan (Eslovenia). Excluyeron por faltas a Oberto (m. 38) y Foirest (m. 39). 6.000 espectadores en el pabell¨®n OAKA.
Vista la reacci¨®n de los directores, empleados, jugadores y aficionados del AEK tras serles regalado el triunfo, cabe pensar que los ¨¢rbitros decidieron penalizar al Tau pero salvaguardar su integridad f¨ªsica. Ganando un partido que debieron perder, arremet¨ªan contra todos, se amenaz¨® con alguna silla, hubo intentos de agresi¨®n. ?Qu¨¦ hubiera pasado si se anula la canasta? La respuesta, en la p¨¢gina de sucesos.
La humana condici¨®n prevaleci¨® en un partido que respondi¨® a todas las expectativas de igualdad. Las buenas y las malas. Dos cuartos para cada equipo, dos prodigios de fuerza mental para sobreponerse a las adversidades, dos estilos similares donde se combina el m¨²sculo y la mu?eca. Jugadores desaparecidos que resucitan (caso de Alexander) en el momento oportuno y jugadores esplendorosos que se hunden en el momento m¨¢s inoportuno (Kutluay). Un partido igualado, tanto que debi¨® resolverlo un colegiado, Radic, en el caso probablemente m¨¢s sangrante de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Un caso de libro salvo para el croata Radic, que contravino todas las leyes del tiempo. Y luego el altercado, la impotencia, el suceso. Y Radic impasible, con los dedos hacia abajo diciendo que su canasta es v¨¢lida. La suya, no la de Dikoudis. Una l¨¢stima para el Tau y para el baloncesto. Porque el partido, que huy¨® de las leyes art¨ªsticas ofreci¨® esos ingredientes que tambi¨¦n elevan la bilirrubina deportiva. Pero nada como lo ocurrido al final, en la pr¨®rroga. Cinco minutos que terminaron en la hora de la verdad. O en la hora del esc¨¢ndalo. El triunfo del miedo. El af¨¢n de sobrevivir. Radic pit¨® y corri¨® al vestuario. Es humano. Pero es injusto.
La jugada no ofrece dudas. Kakiusis falla un triple a cuatro segundos del final y con 73-74 en el marcador. Stefanov coge el rebote, vuelve a la l¨ªnea de triple y cede el bal¨®n de nuevo a Kakiusis. Pero ¨¦ste yerra otra vez. Cuando lanza la pelota, el reloj marca 0:00. A partir de ah¨ª, el bal¨®n vuela, toca en el aro, lo recoge Dikoudis y anota. Todo eso, en m¨¢s de dos segundos.
Tras el tumulto formado alrededor de la mesa, el Tau present¨® inmediatamente un recurso. En ¨¦l explica que el comisario -quien deb¨ªa imponer su criterio- dio la raz¨®n al club espa?ol y se remite a las im¨¢genes de televisi¨®n. Seg¨²n el reglamento, el club vitoriano dispone de 48 horas para reclamar. Sus alegaciones, junto a las apreciaciones del AEK y del comisario, y el acta, llegar¨¢n a manos del juez ¨²nico de la Euroliga, el portugu¨¦s Manuel Meirim, quien tomar¨¢ una decisi¨®n entre hoy y ma?ana.
Dusko Ivanovic, entrenador del Tau, no par¨® de mover los brazos en horizontal. El partido se hab¨ªa acabado, insisti¨®. Pero no. A la vista de los hechos y en caliente, Ivanovic fue tajante: 'Hemos ganado el partido. Esto es el esc¨¢ndalo m¨¢s grande que he visto en el baloncesto en Europa. Para el futuro de la Euroliga es muy importante que se haga justicia'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.